Las Mentiras de Gina Parody. (Parte 1)

Con una escandalosa campaña mediática que sólo Dios y algunos altos funcionarios del gobierno de Juan Manuel Santos conocen, se lanzó en el día 25 de Marzo de 2015, el llamado Día «E» o de la excelencia educativa, jornada que se vendió al público como la tabla de salvación al naufragio que actualmente vive la educación en el país; pero tal y como lo veremos a continuación esa tabla, orquestada por Gina Parody, una mujer que no tiene ningún crédito en educación o pedagogía en su no tan abultado currículo académico, está basada en mentiras, como muchas de las políticas improvisadas de este gobierno.

gina parody

El Día «E» tal y como lo señala el Ministerio de Educación en su comunicado en Internet, es un día donde los directivos, docentes y administrativos de las escuelas oficiales del país deben reflexionar y analizar su desempeño educativo, representado en un número llamado Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE) y tal como lo señala el decreto 0325 de 2015, elaborar un plan de acción acorde con las metas trazadas por el ministerio. Súper ¿no? Una súper estrategia para incentivar a los rectores, a los profesores y a las secretarias de los colegios a que mejoren la calidad. ¿No? Después de todo, como lo gritó la Ministra a los cuatro vientos por todo el país en sus entrevistas a los medios «No es justo que en el Chocó, Córdoba o en Santander un porcentaje alto de los jóvenes sea analfabeta o esté en niveles insuficientes, con el mismo presupuesto que maneja un colegio privado promedio en Bogotá como el Campo David, que tiene tan buenos resultados«.

Cuando alguien que desconoce como funciona la educación en Colombia, como por ejemplo un padre de familia, escucha estas declaraciones en los cada vez más deficientes, subjetivos y cínicos medios de comunicación nacionales, piensa que el problema de la educación está en esos tres elementos que señala claramente el día E: los administrativos, los directivos y por su puesto, los docentes. Sin embargo, como veremos a continuación la diferencia que hay entre un colegio de Chocó, Córdoba o Santander, con el colegio Campo David en Bogotá y en general con otros colegios privados, no pasa exactamente por la reflexión, el análisis y la acción de los administrativos, directivos y docentes, tal como lo Indica la ministra y que es su primera gran mentira.

1. Política de Inclusión.

¿Recuerdan como, hasta hace unos quince o veinte años, los colegios públicos solían competir por cuál era el más prestigioso? Yo recuerdo muy bien que en mi ciudad, había dos colegios cuyo prestigio superaba al de los colegios privados. ¿Por qué ha cambiado tanto eso? Sencillo, la política de inclusión.

Pero ¿Acaso es mala la inclusión?, podrán preguntar algunos, es decir, estamos tratando de evolucionar como sociedad ¿no? Sí, pero esta política consignada en el Plan Decenal de Educación 2006-2016 equiparó la diversidad étnica, de género, de orientación sexual y de credo, con la aceptación obligatoria de estudiantes sin importar deficiencias elementales y hasta discapacidades físicas y mentales.

Hoy en día, es un delito que una institución oficial (las del Chocó, Córdoba o Santander) no acepte a un estudiante discapacitado en su escuela, pero vaya al «Campo David» en Bogotá a ver cuantos encuentra. Esto, sumado a la política de fusión de establecimientos educativos, y también a la política de gratuidad (ya hablaremos de eso) provocó que los colegios públicos dejaran de hacer pruebas de admisión y que literalmente se metiera todo el mundo. ¿Consecuencia? Los colegios públicos se llenaron de estudiantes que no están obligados a hacer nada, porque la política oficial hace prohibitivo filtrarlos.

Pregunta: ¿Se le puede EXIGIR calidad a un colegio que NO PUEDE EXIGIR calidad de sus estudiantes?

2. Políticas de relación alumno-docente.

No siendo lo anterior suficiente, existe otra razón por la que los colegios de «Chocó, Córdoba o Santander» no pueden rendir al igual que «Campo David» y esto es la relación alumno-docente. Mientras que para el «Campo David», ni para ningún otro colegio privado, existe reglamentación sobre el número de estudiantes que deben mantener en el aula, oscilando este entre 10 y 25, para los colegios oficiales aplica el Decreto 3020 de 2002, que especifica que el número MÍNIMO (es decir, máximo lo que sea) de estudiantes en un aula de clase debe ser de 32.

¿32? No parece mucho ¿verdad? Pero hagamos el siguiente ejercicio, la escuela República de Bahrein (por lo del partido amistoso de Colombia) tiene un solo salón de clases, con una sola maestra. El aula tiene 32 estudiantes, así que cumple con la norma ¿no? ¿Qué pasa si de repente llegan 20 estudiantes más? La maestra tendría ahora 52 estudiantes ¿Se imagina usted dar clases con media centena de niños? Pero la maestra no puede hacer nada, porque no puede solicitar otro profesor y abrir un segundo grupo, porque necesitaría que entre ambos promedien 32. Es decir, a menos que la maestra tenga un aula con 65 hacinados estudiantes, tiene que arreglárselas como pueda.

¿Ven? Por esta razón es que en la mayoría de colegios de «Chocó, Córdoba y Santander» se encuentran salones con 40, 45, y hasta 50 estudiantes, sin que esto sea «anormal»; me consta, que en una institución hubo un caso de un aula con 72 estudiantes.

Pregunta: ¿Se le puede exigir la misma calidad de educación a un docente con 15 estudiantes que a uno con 45?

3. Política de salarios docentes.

El 19 de Agosto de 2014, la recién estrenada Ministra de Educación, salió muy oronda, como siempre luciendo sus gafas en televisión nacional y en todos los medios, que «en 10 años, ser docente sería lo más taquillero«. Todo debido, a que salieron una pruebas donde se señalaba que las licenciaturas eran las carreras con los peores índices de comprensión de lectura y aptitud matemática. La razón de este hecho, respaldado por un estudio de la Fundación Compartir es que los jóvenes más «pilos», se iban a carreras con mejor proyección salarial como las ingenierías, la medicina y el derecho, mientras que los menos «pilos» terminaban en las licenciaturas.

Pero ¿cómo se va a motivar un joven «pilo» a ser docente de una escuela oficial con esos salarios? Pongamos una comparación, primero a nivel estatal. Mientras que un docente de un colegio público, profesional o licenciado, entra ganando $1’400.000, que menos descuentos equivaldrían a $1’150.000 más o menos, uno del SENA entra ganando casi el doble.  O lo que es lo mismo un docente entra ganando menos que un asistente en el SENA. ¿No es eso triste? Si lo comparamos con los sueldos de la inútil y corrupta rama judicial, vemos que un docente gana mucho menos que un auxiliar en un juzgado o que un mensajero (léase citador). Ni siquiera nos metamos con los salarios de los magistrados, o los congresistas.

Pregunta: ¿Se le puede exigir calidad a un docente al que se le paga un sueldo de bachiller y no de profesional?

4. Política de gratuidad.

¿Alguna vez han visto como se llena la boca el presidente o el lacayo lame-suelas que tiene como vicepresidente cuando hablan de cuantos niños tienen educación gratis? Súper ¿no? Que tantos niños se eduquen sin tener que pagar un peso. Pero esa política que aparentemente es todo dulces y caramelos, tiene dos elementos que han impactado en el detrimento de la calidad educativa en el sector oficial.

En primer lugar, una consecuencia directa de la política de gratuidad es que los colegios, digamos más bien los rectores, en vista de que el gobierno paga un monto por cada estudiante, les interesa incrementar su cupo de estudiantes, es decir mientras más mejor. Esto ha generado en un políticas institucionales, dentro de las escuelas donde en primer lugar se recibe a cualquier estudiante, así le haya sacado un ojo a alguien en el otro colegio; y a los que llegan, incluso con el año reprobado, se le dan todas las prebendas para que no quede en el curso anterior y conservarlo dentro del colegio; en ese mismo orden de ideas, los rectores son muy claros en manifestar que no se van a permitir repitencias.

Otra consecuencia de la política de gratuidad es el simple, pero significativo hecho de que el padre de familia no está económicamente afectado por el desempeño de su hijo. En el «Campo David» y en otros colegios privados, el padre de familia, además de matrícula, transporte y alimentación, debe pagar las llamadas mensualidades. Esto genera un sentido de creciente responsabilidad porque no es poco están lo que están invirtiendo en sus hijos y si estos no aprovechan la inversión, literalmente están perdiendo plata. En los colegios públicos, al no tener los padres que pagar nada, se pierde el sentido de la responsabilidad, pues da lo mismo que el estudiante aproveche o no aproveche la educación que se le imparte en el colegio.

Preguntas: ¿Se le puede exigir calidad a un docente de un colegio donde importa más la cantidad que la calidad? ¿Dónde los padres de familia no se sienten responsables de la formación de sus hijos?

¿Se puede exigir calidad en este salón de clases?
¿Se puede exigir calidad en este salón de clases?

 5. Reconocimiento adicional por gestión (también conocido como prima de gestión).

Y para terminar con la primera parte de las mentiras de Gina Parody, tenemos el reconocimiento adicional por gestión, o prima de gestión, (para el año 2014 reglamentada en el decreto 172 de 2014) que es un bono extra que se le da al rector por cumplir parámetros de cobertura, es decir, que maximice el número de estudiantes por docente, es decir, salones hacinados.

El segundo criterio es promoción, es decir que se premia al rector que pase más estudiantes, así estos no cumplan con los mínimos establecidos para cada grado. Es por esta razón, y no por culpa de los docentes, como dijo la ministra en sus entrevistas de Abril de 2015, que hay estudiantes en noveno que no saben hacer promedios, y no entienden una lectura.

El tercer criterio es retención, es decir se premia al rector que no eche a ningún estudiante, así haya llevado armas de fuego, atacado a un compañero, a un docente, haya sido sorprendido vendiendo drogas, tomando alcohol, acosando sexualmente a una compañera… nada. La política es no echar a nadie, porque el rector pierde la prima de gestión.

Por supuesto, el Campo David, ni ninguno de los colegios privados paga a su rector una prima por hacinamiento, promoción y retención.

Pregunta: ¿Se le puede exigir calidad a un docente cuyos estudiantes no pueden perder el año y encima tienen pase libre para cometer toda clase de fechorías?

Para concluir, los colegios públicos están sometidos a una serie de políticas que lesionan no solo la calidad del trabajo del docente, sino la posibilidad misma de que el estudiante alcance los estándares mínimos necesarios para su su proceso de aprendizaje, por medio de la permisividad y la evasión de las responsabilidades. ¿Puede entonces compararse a un colegio de Córdoba, Santander y Chocó, como dice la ministra, con el Campo David, o con cualquier otro colegio privado de Bogotá? Lo dudo.

En la próxima entrega, se hablará en detalle de las mentiras más recientes de Gina Parody, la de que los docentes ganan dos millones y medio de pesos, y otra, la de que va a subir los salarios a los docentes que cumplan con mínimos de calidad. Ya veremos por qué no se le puede creer.

PARTE 2

Stay Tuned.

29 comentarios en “Las Mentiras de Gina Parody. (Parte 1)

  1. Muy buen artículo, pero con respecto al primer punto quiero dejar claro que la política de inclusión social busca que los ptes que sus capacidades cognitivas están levemente dismuidas o tiene discapacidades motoras puedan socializar, participar y estar en un salón de clase y posteriormente en una sociedad, para esto se ajusta el currículum de este estudiante, en los Pte con discapacidad severa este plan no se puede aplicar. El tema de muchos estudiantes que no hacen nada y pasan por promoción automática es otro, la pereza, la falta de actitud, la falta de ganas de estudiar porque se quiere el dinero fácil con el menos esfuerzo, la falta de estímulo por la familia que es lo que está predominando en los colegios que requiere intervención de todos los sectores

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  2. Otro punto que también debería tocar, es que los estudiantes de «Campo David» van con sus estómagos llenos a estudiar, y sus papás también les dan para que compren alguna cosa mientras están en el colegio, cosa que no sucede en MUCHOS colegios de «Chocó, Córdoba y Santander». Y qué pena, pero una cosa es salir de casa hacia el colegio habiendo comido un buen desayuno, y así mismo llegar a casa y encontrar almuerzo; y otra muy distinta ir al colegio con la única motivación de tener algo qué comer porque en su casa no lo tendrá (y eso que cuando en los colegios dan refrigerio, pero en donde no, ¿entonces?). Con hambre nadie rinde.

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  3. yo pienso que lo de la política de inclucion no tiene nada que ver con el rendimiento cuando estudiaba conocí muchos jóvenes sordomudos o invidentes que a pesar de sus discapacidades y contradiciendo lo que dice el articulo «que no están obligados a hacer nada, porque la política oficial hace prohibitivo filtrarlos» (que de cierta manera es ofensivo) son personajes únicos que rinden muy bien academicamente ocupando los primeros puestos y crean una cultura de la no discriminación en los demás estudiantes.

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    1. Soy docente y hablo con conocimiento de causa, si debo manejar un grupo de 42 estudiantes, como es rutinario en mi labor y muy bien explicado por el autor del presente artículo, reflexione si con toda la voluntad y buenas intenciones me es posible atender de forma eficiente las necesidades de tal número de estudiantes y más aun las de mis estudiantes con necesidades especiales. Entiendo de manera diferente lo presentado por el autor ya que habla de mi realidad diaria, soy un docente a l que le toca afrontar la inclusión y sin ánimo de ofender a nadie, sé que cuando la presentan en términos de generar equidad , aceptación y convivencia, suena idílico, pero para nosotros los docentes, que debemos afrontarla sin ninguna preparación, ni apoyo (ya que en muchas instituciones educativas no se cuenta ni con un psicólogo) es muy difícil debido al número de estudiantes y en muchas ocasiones a lo complejo o delicado de la realidad de muchos estudiantes, me disculpo si en esto último no me hago entender muy bien pero no sé cómo expresarlo mejor, sin herir susceptibilidades. Y no es que digamos que estamos en contra de la inclusión o que estemos discriminando, es solo, que si nos piden hacer algo para lo que no estamos realmente preparados, y que en muchos casos aun estando preparados, la cantidad o complejidad de “problemáticas” nos desbordan. Pregunto: ¿lo mejor no seria que existieran instituciones especializadas en inclusión? Con el número adecuado de estudiantes, y por supuesto con y sin necesidades especiales a fin de no perder su finalidad, en donde se cuente con docentes capacitados en atender efectivamente las necesidades de la población estudiantil, permitiendo así su progreso cognitivo y social. Esto no le sirve al gobierno por que tendría que hacer una buena inversión, y lo más fácil es decir señor docente nació con la vocación de ser profesor entonces a trabajar se dijo. Y atiéndame a todos por igual, porque no se evalúa la complejidad de la condición con que llega, simplemente se le asigna un grupo, ¿es esto justo para alguno de los involucrados en este proceso? con todo el corazón y espero con mucha objetividad, debo responder como docente que no. No discriminamos, cada día entramos a un salón de clases, con estas condiciones esperando dar lo mejor a todo nuestros estudiantes, pero la realidad política y social de nuestro país, nos desafía mucho para hacerlo, inclusión si, pero como se debe hacer, criticar solo en base a lo bonito que suena un tema, sin conocer a fondo la realidad de cómo se dan los procesos es muy injusto y triste. Y esto es pan de cada día en nuestro país.

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    2. Como que no tiene nada que ver. No es lo mismo enseñar a 45 niños que a 40 y 2 con atención dispersa o cualquier otro problema que limite su aprendizaje, incluyendo enfermedades como cáncer y muchas otras que causan repetidas ausencias, además del estrés a que se somete el docente, y que estos niños tienen necesidades especiales que no se suplen con cualquier docente sino un docente preparado para suplir todas sus necesidades y tiempo adicional bueno para esto están los orientadores que en ocasiones son licenciados, no psicólogos y tienen alrededor de 600 o 1500 estudiantes y cumplen jornada continua.

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  4. Duele decirlo pero los padres descargaron toda la responsabilidad tanto educativa como económica en las instituciones educativas del estado, y lo único que les interesa es que a su hijo no se le exija nada en su proceso académico, (porque la culpa es del docente y ni que decir cuando la exigencia es a nivel convivencia, le justifican todo). En cuanto a lo económico ahora se convirtió en obligación la nutrición de sus hijos cuando cuando al momento de pensar en traer niños a este mundo el factor económico seria el primero que se debería revisar por todos los gastos que ello conlleva. Y si bien la administración de Bogotá cumple con dar estos incentivos (dotaciones escolares y alimentación – comida caliente o refrigerios) la calidad debería aumentar si se generaran políticas que exigieran compromiso, seguimiento y acompañamiento familiar a los estudiantes, que así como se reciben beneficios se exíjan buenos resultados para acceder a ello. De esta manera la educación pública volvería a ocupar lugares ponderosos en su calidad educativa.

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  5. Lo que dice el artículo es muy cierto, no existe un punto en contra es la verdad de nuestro sistema educativo, no hay nada que explicar o que defender o un pero o algo en contra, lo único que nos queda por hacer es luchar por una verdadera reforma y un nuevo sistema educativo, no ningún sistema copiado de otro país porque nuestro caso es un caso especial.

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  6. El artículo está muy bien argumentado pero algo me deja muy triste. Es increíble que una persona tan inteligente como la que ha escrito este artículo, use un pensamiento medieval o fascista en el primer punto. Es un descaro afirmar que por causa de la inclusión y las personas con discapacidad se ha contribuido para que baje el nivel académico en los colegios públicos. La inclusión de las pcd es un avance en la sociedad, decir lo contrario es no avanzar en el pensamiento y ser un troglodita.

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    1. Buenas tardes, el primer punto pasa más por la eliminación de los procesos de admisión, que por otra cosa. Y la discapacidad física no genera en detrimento, lo sé por experiencia. Pero hay que incluir también discapacidades mentales y motoras que por su gravedad requieren de un cuidado especial. Ahí sí me parece que deberían estar en instituciones especializadas. En todo caso me disculpo si se entendió mal el punto.

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    2. Se supone que estas personas con cualquier discapacidad si bajan el nivel académico porque necesitan más tiempo y retrasan el programa, por eso se cuentan como 2 pero es una falacia, ellos necesitan inclusión pero con una educación especial, hay cursos de 42 niños con hasta 6 PCD, no es justo ni para el docente ni para el niño, ellos necesitan más atención y ayuda, pero eso representaría más costos.

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  7. Me parece muy segregador e hiriente el primer punto, desde su punto de vista entonces significa que aolo las personas con discapacidad física tienen derecho a estar incluidos? Y eso lo digo por las respuestas posteriores; significa según su punto de vista que una persona con síndrome de dawn no puede estar en un aula regular porque según usted no debe hacer nada? Dejeme decirle que conozco muchas personas con este síndrome que han alcanzado muchos logros académicos. Además, la política de inclusión no apareció de la nada, es una política mundial, eso significa que TODO el mundo la debe aplicar. Acaso piensa usted entonces que con un exámen de admisión para un colegio se va a poder depurar toda la población? Qué segregador señor y se lo digo con todo el respeto, pero por visiones como la suya es que la inclusión no ha podido avanzar mucho más allá de lo que usted mismo dice: «rrcibir personas es el aula que no están obligadas a hacer nada» acaso socializar y adquirir habilidades sociales y para la vida son nada? Lo invito a que lea acerca de la inclusión y no solo en Colombia, sino enel mundo y las guías para el diseño universal para el aprendizaje ye diga si su primer punto no es segregador y excluyente.

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    1. A mi me paso al revés; como no hay una evaluación de entrada, mi hijo estaba muy avanzado para el nivel y paso de ser el mejor alumno del colegio priva a ser el peor en el colegio público, pues no lo promovieron a tiempo y el se aburrió y comenzó a ir de para atrás, olvidar números, invertir letras, confundir palabras, indisciplinado, etc. y desde entonces llevo 4 años con psicólogo y terapia ocupacional. Uno no se alcanza a imaginar el daño que se le puede hacer a un niño a esa edad y eso siendo sanos imagínese que siente un niño con cualquier discapacidad que le pasa lo mismo pero al contrario, ve que todos pueden y él no, que hace el maestro lo atiende a él y descuida los otros 40 o como hace.

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  8. Hablar de inclusión es un tema bastante complejo, la ley 115 que ya cumplió 21 años y el decreto 2082 de 1996 estaban concebidos con la intención de «equiparar oportunidades» asunto que es tan falso como la ministra misma. Pues en el año 2015 los niños con Necesidades Educativas Especiales generadas por una discapacidad son los que llevan la peor parte en un sistema absurdo en el que se deben llenar aulas para cumplir con metas absurdas de «educación para todos» cuando no hay inversión ni acompañamiento adecuado para ellos. Los niños con discapacidad no son los culpables del bajo rendimiento… son las víctimas de un sistema absurdo que no respeta las particularidades y necesidades de atención especializada.
    Ese es otro punto para la ministra: la inclusión le quedó grande a Colombia, que está en deuda con estos niños y sus familias.

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  9. Que explique la ministra, como un licenciado de Educación puede elaborar, porque en las paginas de empleo sale mucha vacante, pero nunca piden un perfil de docente que tenga licenciatura, ni siquiera para trabajar con la población vulnerable,,, que de la solución pues la ministra si sabe tanto….

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  10. queridos educadores aunque respeto mucho su profesión y su vocación con comentarios tan absurdos como que un niño con discapacidad no puede interactuar con niños sanos me dejan decepcionado y haciendo una fuerte critica amigos se equivocaron de vocación profesores, educadores deben estar consagrados a compartir su conocimiento con la humanidad, cierto que no solo los educadores son los profesores junto con los padres debe ir de la mano la educación pero estoy de acuerdo con la inclusión y solo en este punto se debería recapacitar en los demás estoy de acuerdo.

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    1. El asunto es que algunos niños, requieren de un seguimiento y un cuidado especial por patologías física, emocionales o mentales, a las que un docente regular, preparado en pedagogía no puede hacer frente. Es en eso en lo que hago énfasis. Además, por supuesto, de la eliminación de filtros mínimos de entrada a ciertas instituciones, por otras razones, además de las ya mencionadas.

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    2. En ninguna parte dice que no pueda interactuar pero decía Albert E. Todo el mundo es un genio. «Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil». ¿Sabe cuanto cuesta la educación especial?, ¿a pasado un día cuidando o compartiendo con un niño con cualquier discapacidad, es más, intente enseñarle a 20 niños nomas, un docente en Colombia enseña a más o menos 200 niños por jornada algunos de 6to a 11vo grado, y tiene que preparar clases, calificar cuadernos, revisar tareas, verificar asistencia y enseñarles el tema del día «EN 45 MINUTOS» si se demorara 1 minuto por evaluación la clase no le alcanzaría para más y aparte de eso tiene que cuidar el niño porque ellos no miden riesgos ni peligros. A QUE HORA. son docentes no magos.

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    3. Los docentes no hemos sido capacitados para responder a la famosa politica de inclusión , casosno hay psicopedagogos, mucho menos personal interdisciplinario para atender eficazmente los casos

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  11. Falta decir que «no pueden pedir textos escolares», como pretende el estado que un maestro enseñe si no le da una guía al alumno es como ir a la guerra sin escudo y sin espada, a uno como papá también le afecta porque como le adelanta si sabe que van a ver pero no como, a un alcalde local le dije aquí en el colegio ni siquiera hay biblioteca, y me contesto: para eso esta internet y eso lo maneja directamente es Mintic y son las políticas del gobierno. Ahora les dio por ahorrar papel y después dicen que por que los niños no leen.
    Y todavía tienen el descaro de decir que aumentaron el presupuesto. Pero para los sueldos de ellos y la mermelada.

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  12. No estoy muy de acuerdo con eso que el autor dijo de la gratuidad…yo tengo mi hijo en colegio público y la verdad aunque no pago mensualidad no exactamente me vale pitó si mi hijo va mal o bien….pienso que teniendo en cuenta que un salario mínimo, el cual ganan muchos profesionales con años de experiencia… Salario que casi que viene siendo la mitad de un salario del profesor que menos ganabde acuerdo a lo q usted menciona (y no con esto demérito la labor de los docentes, más bien le doy valor todas las carreras por que para mi todas las carreras tienen su parte bella y su parte tensa)… Podría pagar una pensión en un colegio privado que por lo menos en Barranquilla no se baja de 300000… Que técnicamente vendría siendo casi la mitad de su salario… La cuestión es hacer escuelas más dinámicas no sólo para los niños si no para los padres…y rectores más eficientes en la gestión y manejo de recursos…por que aun siendo públicos no todos los colegios tienen papitos en tan bajas condiciones económicas… y por lo menos en la humboltd de Barranquilla que es colegio de mi hijo el rector le apuesta a la excelencia y no mete más de 25 niños en un salón…pero los papitos contribuimos económicamente en las mejoras de la institución… Muchos rectores podrían seguir el ejemplo de esta institución…. Y seguro la educación de los colegios públicos…o por lo menos la mayoría sería de mejor calidad

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