¿Usted qué espera estar haciendo cuando cumpla 63 años? ¿Quizás, disfrutar de los ahorros y la pensión y comprar una casa en el campo? ¿Quizás viajar un poco? ¿Cruceros para adultos mayores? ¿O quizás la tendencia que se impone en estos días, cuidar a las bendiciones de los hijos? Bueno, al parecer a Denzel Washington nadie le pasó ese memo, porque a sus 63 años, sus actividades favoritas incluyen el asalto a mano armada, el secuestro, y el descuartizamiento de villanos. Todo en la secuela de la película de 2014 The Equalizer, conocida en mercados hispanos como El Justiciero 2 o El Castigador 2.

The Equalizer 2 continúa con la historia de Robert McCall (Washington), un asesino de élite del gobierno de los Estados Unidos, que a pesar de estar retirado y dedicado mayormente a la lectura, usa sus peligrosas habilidades para ayudar gente necesitada de vez en cuando. Luego de los hechos de la primera entrega, el pasado de McCall vuelve a recordarle quien es, cuando Susan Plummer (Melissa Leo), una antigua compañera de su agencia es brutalmente asesinada en un hotel de Bruselas.

A partir de allí McCall tendrá no sólo que descubrir la identidad de los responsables sino conectarla con su propio pasado, dónde quizás estén otras respuestas que él no está preparado para enfrentar.

Visualmente, la película es agradable. El director Antoine Fuqua hace un buen manejo de la luz, los colores y sobre todo las sombras, que es quizás el elemento clave que mejor describe al personaje de Denzel Washington. Sin embargo no es un estilo que no se haya visto antes, en mejores traducciones a la pantalla grande.

Uno de los aspectos polémicos de esta cinta es su ritmo. En efecto, las primeras 3/5 partes de la película son esencialmente una secuencia de diálogos, conversaciones e historias que son, cuando menos, innecesarias. Quizás los guionistas cayeron en la trampa de concretar los personajes antes de iniciar la acción, pero aquí no era necesario. Ya conocíamos al personaje de Denzel Washington, y los otros personajes, secundarios, obviamente no necesitaban tanta introducción y mucho menos una en que el espectador termina bostezando.

Pero incluso con este obstáculo, prácticamente insalvable para el largometraje, Denzel Washington demuestra la clase de actor que es. Washington interpreta a Robert McCall, que es en esencia un actor. Un asesino, capaz de cosas monstruosas que busca su redención con obras que ayuden a gente buena, pero que en el fondo es un ser oscuro, violento y peligroso. Pero todo eso se oculta detrás de una careta de tranquilidad, y en ocasiones hasta de alegría. Y Denzel refleja todo eso en su actuación. Intenta lograr eso, Chris Hemsworth.

En resumen, The Equalizer 2 palidece en comparación a su primera entrega en ciertos aspectos, pero es un largometraje que nos invita a reflexionar sobre la capacidad que tenemos de darnos segundas oportunidades, incluso cuando todo, hasta nuestro pasado, está en nuestra contra.

3,40 / 5,00

★★★★★