Notas de Película |Amor a la Deriva | Overboard | 2018

Cuando en 2010 se anunció el lanzamiento de Pantelion Films, un proyecto conjunto entre Televisa y Lionsgate, el mundo cinematográfico quedó literalmente con la boca abierta ¿Una de las compañías de entretenimiento más importantes y ovacionadas del mundo, en la cama con una compañía mexicana en decadencia que ha sido universalmente escupida por sus contenidos arrabaleros? ¿Qué podía salir de allí? La respuesta, Overboard, conocida en español como Amor a la Deriva.

Y si usted quiere conocer no sólo si esta película vale la pena o no, sino si en general vale la pena ver las películas producidas por Pantelion Films, lo invito a que siga leyendo.

1 | ¿De qué se trata Amor a la Deriva?

Leo Montenegro (Eugenio Derbez) es un heredero excéntrico que dedica su tiempo a los yates, el alcohol y el sexo casual. Leo vive en un perfecto paraíso hedonista hasta el momento en que Kate Sullivan (Anna Faris), una de sus empleadas de servicio enojada por sus malos tratos, le dice en su cara lo despreciable y egoísta que es.

Confundido por las palabras de Kate, Leo sufre una aparatosa caída que lo deja amnésico, sin la más remota idea de quién es en realidad. En vista que ninguno de sus familiares aparece para asistirlo en el hospital, Kate decide engañar a Leo, afirmando que no sólo es su esposo, sino el padre de sus tres hijas: Emily, Olivia y Molly.

El plan de Kate consiste no sólo vengarse del excéntrico millonario que la humilló en uno de sus yates, sino tener una ayuda extra en casa y tener tiempo de estudiar y pasar finalmente su examen de enfermería.

Sin embargo, a medida que Leo se acomoda a su rol de padre y esposo, Kate empieza a sentir afecto por él, justo en el momento en que el heredero empieza a sospechar quién es él realmente.

2 | ¿Cuáles son los puntos positivos de Amor a la Deriva?

Hay que reconocer que algo que sí hizo bien esta película fue escoger el elenco. Eugenio Derbez está que ni mandado a hacer para interpretar a un sobrevalorado sujeto caído en desgracia, ni Tony Stark es tan buen reflejo de Robert Downey Jr, como Derbez lo es con su personaje en esta película.

Anna Faris en su papel de madre en apuros es convincente, quizás porque se le nota el desespero por encontrar un nicho en Hollywood, antes que su reloj biológico marque sus cinco décadas. Pero en general ambos son divertidos, simpáticos y tienen buena química en pantalla, eso no se puede negar.

Y es en parte por esta química, y ese carisma natural que tienen esos dos actores que la película resulta entretenida y no sea de plano un tren completamente descarrilado.

3 | ¿Cuáles son los puntos negativos de Amor a la Deriva?

¿Por dónde empezamos? Pues, al igual que sucede con el grueso de las películas de Pantelion, Amor a la Deriva es la apoteosis de la falta de originalidad. La película tiene todos los clichés habidos y por haber, tanto los que abundan en Hollywood, como los que abundan en las telenovelas de Televisa. Y por su puesto tal falta de originalidad la vuelve desmesuradamente predecible.

El novato director Rob Greenberg intenta compensar la falta de originalidad con manipulación sentimental – algo en lo que Eugenio Derbez es muy bueno, sino pregúntenle a Victoria Ruffo – pero el resultado, a diferencia de lo que vimos La Misma Luna, se ve artificial y fabricado.

Encima de eso, los valores de producción de la cinta son nefastos, demasiado para un presupuesto nada despreciable de doce millones de dólares. La iluminación es atroz y el manejo de los colores es completamente incoherente.

Finalmente la película se construye sobre una premisa débil y poco interesante, mucho más en la forma en que fue abordada, eso de todos podemos cambiar es la idea más común en el cine mundial, pero debe sustentarse en una serie de elementos que incluyen el desarrollo de los personajes, el contexto y los diálogos, elementos que están completamente ausentes.

Veredicto

Una película que resume en 112 minutos lo más corriente y ordinario del cine de Estados Unidos y México. Gracias Derbez.

P.D. Película parte de la lista de presentaciones que quedaron pendientes por reseñar en 2018, y que parece crecer todos los días en mi bloc de notas. No me juzguen.