Antes de empezar con esta reseña, los invito a dar un pequeño paseo por el tiempo… cierren los ojos y vamos a ir al pasado, exactamente al año 2007. ¡Qué maravilloso año! ¿No? Fue el año en que desapareció el vuelo 574 de Adam Air en Indonesia; también fue el año en que el megalomaníaco de Hugo Chávez cerró Radio Caracas Televisión, en el que las FARC por fin reconocieron que sí habían matado a los 11 diputados de Valle, en que salió el último libro de Harry Potter… y también fue el año en que salió la primera película de Ghost Rider, película protagonizada por Nicolas Cage, y que fue literalmente destrozada por la crítica mundial, y más aún por los fanáticos del cómic original, propiedad de Marvel.
Pero lo más asombroso sobre Ghost Rider, no fue lo mala, o bueno, lo pésima y desastrosa que fue, sino que alguien logrará hacer una película aún más mala que esa… Y lo lograron en 2012, y precisamente la ganadora de ese no tan honorable título fue la mismísima secuela de Ghost Rider, titulada «Spirit of vengeance» (Espíritu de venganza)… que con un 83% de desaprobación por parte de la crítica, se convirtió automáticamente en una de las películas más malas de toda la historia del cine. Ahora, se preguntarán ustedes, si esta es una reseña de «Exorcismo en el Vaticano» (Título original: The Vatican Tapes) ¿por qué carajos estoy hablando de Ghost Rider y su desastrosa secuela? Sencillamente porque Exorcismo en el Vaticana está dirigida por Mark Neveldine, el mismo director de Ghost Rider: Spirit of Vengeance, con todo el desastre que eso implica.
«Exorcismo en el Vaticano» cuenta la historia de Continúa leyendo Exorcismo en el Vaticano ^ Reseñas X.
