Protagonizada por Jamie Lee Curtis, en su retorno estelar al rol de Laurie Strode, y dirigida por el más bien desconocido director David Gordon Green, Halloween se convierte en la arriesgada apuesta de Universal Pictures para la temporada de finales de Octubre, con una mezcla de homenaje, terror, suspenso y drama.
Pero ¿qué tan buena resulta esta mezcla una vez trasladada a la pantalla grande? ¿está Halloween al nivel de la primera entrega de la saga en 1978? ¿la supera? ¿o más bien destruye su legado? No se preocupe, porque a continuación le daremos las respuestas.

Halloween (2018) cuenta la historia de Laurie Strode (Curtis) una mujer con un serio problema de estrés post-traumático, luego de los hechos ocurridos 40 años atrás con el ya legendario asesino Michael Myers. La inestabilidad de Laurie la ha llevado a destruir dos matrimonios y a ser aislada por su propia hija, Karen (Judy Greer). Sin embargo los problemas familiares de Laurie pronto pasarán a un segundo plano, cuando empieza a conocerse que Michael Myers ha escapado de su reclusión y con intenciones nada agradables para los habitantes de Haddonfield, en Illinois.
Debo decir que al inicio de la película tenía mis serias dudas sobre su calidad, y más cuando empecé a ver el carácter degradado de la fotografía, pero a diferencia de lo que sucede con Nace una Estrella, aquí ese estilo está plenamente justificado y encaja a la perfección con la calidad de la historia.
La intención del director David Gordon Green con este estilo visual, no es solo rendir un merecido homenaje a la película original de 1978, sino que muestra la decadencia del sueño americano a todo nivel. Ya no vemos las cercas perfectas, ni el entusiasmo por el Halloween, ni mucho menos los super autos deportivos. Lo único que vemos son espacios secos, repletos de los productos desechables del consumismo, que encaja simbólicamente con la decadencia del personaje de Jamie Lee Curtis.
Respecto al guión, se puede decir que aunque sufre en los minutos iniciales como consecuencia de la presentación no expositiva de la historia, una vez toma forma es posible pasar por alto esa falla inicial. Y es que la película debía cumplir al mismo tiempo con la expectativa de explicar que era una continuación de Halloween de 1978, sin incluir en el canon NINGUNA de las secuelas que siguieron; y además tratar de enganchar a un público juvenil que probablemente ni siquiera vio la primera entrega.
Pero como dije, el último acto compensa CUALQUIER falla que haya tenido la película en su primera fase. Con un segundo acto bastante movido, a decir verdad, aunque quizás me faltó en esta parte un poco más de humor, y me refiero específicamente a cierto niño afroamericano, que con una escena estilo meme, corriendo despavorido hubiese servido de alivio cómico a la cinta. Pero en general, los diálogos y las escenas son impecables, incluso los del primer acto. No digamos el segundo o el tercero.
Y por supuesto, todo esta estructura está soportada en una premisa sólida. La preparación ante el peligro nunca sobra, y mucho menos cuando el peligro es álgido e inminente. En la película vemos como Laurie soportó 40 años de aislamiento social, rechazo familiar e incluso el deterioro de su salud mental, para lo que ella sabía que era inevitable, y no sólo se preparó ella sino también a su propia hija.
Quizás nosotros cuando nos advierten de un peligro latente, una enfermedad, un desastre natural o una persona, generalmente en nuestra cultura de la confianza extrema tendemos a hacer caso omiso a los signos de alerta que están por todas partes y al final terminamos pagando el precio. Lo que Laurie, en esta segunda entrega de Halloween nos enseña, es que nunca debemos hacer caso omiso a las señales de alarma, nunca las debemos pasar por alto. Y quizás, de esa manera, podamos tener el privilegio de sobrevivir.
En resumen: Halloween (2018) no sólo cumple con su propósito de rescatar una franquicia que se creía perdida, sino que lo hace con elegancia, estilo, terror y una premisa arrolladora. Completamente recomendada.
4,94 / 5,00
★★★★★