Gravity: Decepción en 3D

Primero pensé que se trataba del formato, luego que necesitaba analizar mejor la película y por último que quizás la estaba enfocando mal, pero luego de casi dos semanas de haber visto por primera vez Gravity, confirmo que en realidad la película no me gustó ni cinco.

Sí, hay que reconocer que Gravity es una ópera espacial fantásticamente producida y dirigida (punto para Cuarón) que en realidad nos dan un sorbo de lo que sería una experiencia fuera de la comodidad del planeta tierra, con tomas que le dejan la boca abierta hasta a los más escépticos. Pero hasta ahí.

Si empezamos a analizar que en todas esas escenas donde vemos esas espectaculares vistas de nuestro planeta, en realidad había una pantalla color verde biche cuando la película fue filmada, el 95% de la magia de la película… simplemente desaparece.

Afiche Promocional de «Gravity»

Fuera de lo ya dicho, muy poco me gustó de esta película. George Clooney en su eterno papel de galán de vereda gringo que no sorprende en absoluto, ni siquiera con la escafandra puesta y que da hasta alivio cuando lo vemos flotar a la oscuridad del espacio sin esperanza de retorno. Sandra Bullock, pues sí, se le reconoce el cuerpazo que tiene rayando los cincuenta, pero Sandra… ya, desde «La Red» tus personajes parecen fotocopias los unos de los otros y si en «The Blind Side» te luciste no fue tu excelente propuesta histriónica (ni más faltaba) sino porque te saliste de ese personaje de «la chica de al lado» con el que te hiciste famosa». O sea, ya. Estuvo bueno.

Bullock interpreta a la doctora Ryan Stone, pero realmente no vi nada de doctora, ni de científica en su actuación… Oh, Gillian Anderson y Emily Deschanel ¡Qué alto han subido ese estándar!. Resulta y pasa que la doctora Stone se encuentra haciendo una especie de trabajo (que no entendí )con la NASA, justo en la misma misión que el veterano Matt Kowalsky, que está a punto de retirarse. Stone y Kowalsky se encuentran haciendo caminando espacial fuera de un transbordador cuando son atacados por una lluvia de basura espacial que destruye el vehículo espacial y deja a nuestros dos amigos a la deriva.

Las escenas son espectaculares, pero…

La película en sí una metáfora, hasta bonita, del viaje que hace Ryan para superar la muerte de su única hija y sentir de nuevo las ganas de vivir. La película inicia con una Ryan descuidada con una fuerte tendencia suicida, está destruida, tal y como queda el transbordador luego de la lluvia de basura espacial. Ryan encuentra en Kowalsky una perspectiva diferente de la vida y un punto de apoyo que la aleja de las ganas viscerales que tiene de morirse, justo allí llega a la Estación Espacial Internacional.  La última etapa del viaje de Ryan consiste en no sólo aceptar que estar viva, sino en hacer lo que sea para sobrevivir, es allí donde Ryan se dirige a la estación espacial china y supera todas las barreras para llegar a su objetivo: volver a casa.

Sí, la metáfora es bonita, pero muy mal diseñada. El argumento de la película es flojísimo. La historia de la hija de Ryan es demasiado insípida, buena quizás para un documental de la BBC, pero no para el bluckbuster del Otoño en Estados Unidos. La dinámica entre Ryan y Kowalsky es demasiado reducida, está bien que la película gire en torno al personaje de Bullock, pero necesitaba algo más de chispa entre esos dos. Así mismo son demasiado marcados los momentos (actos) de la película, y por momentos parece un video juego donde uno sube de niveles y no el supuesto «drama» al que apuntaba ser.

Me decepcionaron estos dos.

Me gustó ver algunos de los signature moves de Cuarón, en la cinta especialmente el momento en que Ryan queda empieza a dar vueltas en el brazo mecánico que me recordó al Sauce Boxeador y a Hermione en «El Prisionero de Azkaban» y la escena donde Stone y Kowalsky se abrazan, medio parecido a la interacción de los personajes de «Y tu mamá también».

Vale la pena ver Gravity, pero realmente para ser la película más exitosa de esta parte del año… no me convenció.

Calificación 3.20/5.00

 

9 comentarios en “Gravity: Decepción en 3D

  1. Bueno lamento totalmente decir que no estoy de acuerdo. Más chispa entre los personajes hubiese desatado una tensión entre ellos que desviaría totalmente la idea de la historia, además haría lucir a Clooney más galán que lo que no te gusta, los tiempos estuvieron bien marcados aunque falso el conteo donde con unas escenas continuas intentan hacer creer que van más de 3 horas, sin embargo papel de «la chica de al lado» es precisamente lo que no se ve en la actuación de Sandra, o no recuerdo verla esperan que la salvase un príncipe en corcel ni intentó verse sensual en ningún momento, eso se obviaba, si al ver su performance en el transcurso de la película solo te fijaste en el cuerpazo que se manda créeme que estabas esperando ver otro tipo de film. Las cámaras que transportaban al público a las sensaciones del momento, la angustia compartida entre la audiencia y los actores y el punto de vista melancólico, poético y romántico del entorno, la historia, e incluso el silencio que tanto enamora al personaje hacen de ésta una de las películas mejor hechas a conciencia de los últimos tiempos. Lo del fondo verde, bueno, no esperabas entonces que, como preguntó el periodista mexicano, se fueran al espacio a grabarla; Si te das cuenta que ése apunte te daña las películas, créeme que la ciencia ficción se te va a caer de lleno.

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  2. Precisamente el cuento con el sci-fi es que la gente piensa que necesita ser pensada y analizada y completamente digerida. Hasta con las grandes películas del nuevo siglo, hay que dejar la lógica en la casa e irse simplemente a dejar que la película se fusione de manera orgánica con el espectador. Así sucede con Gravity, las metáforas de renacimiento y epifanía son continuas en toda la película, como tú dices, bonitas. ¿Pero no se supone que cuando uno va a cine no solo va por un buen argumento? Para mí el argumento de la película es preciso ¿qué mejor escenario para hablar sobre la vida que el espacio, donde, como dice la película, la vida no puede existir? La dirección de Cuarón hace que el silencio del espacio se mezcle con la prodigiosa banda sonora en un storytellings sencillo pero con imágenes complejas. La cámara de Lubezki nos hace sentir vívida la experiencia, nos hace sentir que estamos allá arriba. La actuación de Bullock, por la que seguramente será nominada a un Oscar (hasta quizá ganarlo) es trepidante y emocional. Que una película sea 80% efectos especiales, no la hace mala, todo lo contrario, a Tim Webber no se le escapa un detalle y hace que aunque sepamos que es una pantalla verde, reconozcamos ese toque humano en las imágenes. Sí, la película es polarizadora. Pero las mejores películas de todos los tiempos, lo son.

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