«Jobs»: Reseña De Un Apple Hater.

Para nadie es un secreto mi profundo desdén por Apple, una compañía que desde mi prejuicioso punto de vista, no es otra cosa que una empresa aparatosamente sobrevalorada, que ha hecho trillones de dólares explotando la naturaleza arribista y extravagante del ser humano promedio, vendiendo una falsa imagen de innovación y vanguardia, mientras encierran a los usuarios en una prisión tecnológica en la que el desorbitado precio que pagaron por sus productos ni siquiera les da derecho a abrirlos con un destornillador. Habiendo dicho lo anterior, sin embargo, creo que «Jobs», película basada en la vida del ya difunto empresario, merece un análisis imparcial, lejos de cualquier displicencia que pueda sentir por el finado y su manera de llevar las riendas de su multinacional, radicada en Cupertino.

Empezaré con decir que «Jobs» se puede ver de dos maneras fundamentalmente: la primera, como una más del cúmulo de producciones cinematográficas que apunta descaradamente a los Premios Oscar o; la segunda, como una biografía en pantalla grande, formato 1.85:1.

Si vemos a «Jobs» sin pretender analizar los aspectos biográficos de la misma, diría que están muy equivocados los que la tachan de lenta e incoherente, de hecho me pareció una cinta bastante sólida en términos estructurales, que utiliza un propósito narrativo sencillo, pero no por eso menos efectivo. El desconocido director Joshua Michael Stern pudo haber tomado el camino fácil y haber convertido la cinta en un extenso y aburrido comercial de la marca Apple, pero en su lugar apostó por un enfoque dramático de su personaje principal. Los diálogos y escenas, aunque en ocasiones un tanto forzados, en realidad funcionan muy bien durante toda la película y la trama se mueve fluidamente sin entrar en explicaciones innecesarias, dejando al espectador la tarea de realizar deducciones y conclusiones, lo cuál a mi parecer denota inteligencia y buen trabajo.

A la fotografía y a las actuaciones en general les daría sin titubear cuatro de cinco estrellas, con tomas impecables y estéticas, complementadas con actores creíbles, capaces de transmitir más que parlamento, y eso incluye a la joya de la corona: Ashton Kutcher.

Quise dejar la actuación de Kutcher de último porque es donde se han dirigido las críticas más agudas. Los actores que interpretan personajes históricos como Jesús y Enrique VIII, tienen la enorme ventaja de que el público en general no tiene la más remota idea de como caminaban, que manías tenían, ni como hablaban; Nadie puede asegurar que Jim Caviezel interpretó correctamente a Jesús por la sencilla razón de que ningún ser humano en la actualidad sabe que gestos, ademanes o manerismos tenía. Kutcher tenía en sus hombros la tarea de interpretar a Steve Jobs, a quien todo el mundo ha visto hablar, caminar y moverse.

En lo que estoy de acuerdo con los críticos de Kutcher es que el actor nativo de Iowa, no trató de hacer una imitación perfecta de Jobs, estilo Helen Mirren en «The Queen»; diría que tanto el director como el actor optaron por irse por lo seguro y plantearon un Steve Jobs diferente, pero convicente, en lugar de uno exacto, pero risible. El Steve Jobs de Kutcher, no es el Steve Jobs que salía ante multitudes a presentar los nuevos productos de Apple, es la aproximación de Kutcher al personaje, que en realidad es bastante buena, teniendo en cuenta los referentes del actor. Diría que Kutcher logró construir un personaje con sus herramientas y le salió bien, aunque este Jobs parezca una más mezcla entre Michael Kelso (That’s 70s Show) y Evan Treborn (The Butterfly Effect) que al fundador de Apple.

Ahora ¿es «Jobs» una representación confiable de la vida de Steve Jobs? La respuesta es NO. Todo el que conoce algo de la forma en que Hollywood aborda las biografías es que se toma muchísimas licencias en el proceso, que hacen que el 90% de ese tipo de cintas sea pura y simple invención. Sin embargo es allí donde entra el discernimiento del espectador al preguntarse que tanto de la cinta es cierta y que tanto es, bueno, no tan cierto. Por ejemplo, la salida de Jobs de Apple fue abordada en la cinta como una conspiración contra el gran visionario, en lugar de mencionar que la visión de Bill Gates fue el que llevó a Apple al abismo y lo que condujo a Jobs a su salida. Aunque tratan de mostrar un Jobs estricto e insensible, el señor era mucho peor, rayando en la megalomanía, literalmente capaz de lo que sea para logra sus propósitos. Realmente no me quiero ni imaginar de que fue capaz ese señor con el fin de hacer resurgir a su compañía, pero el simple hecho de asociarse con Microsoft después de décadas de tratar inútilmente de destruirla, sería el menos.

¿Por qué no me sorprende que sea Apple el que más flechas tiene en este gráfico?

 

La película narra el viaje de un joven Jobs, rígido y orientado al logro, que injustamente perdió la compañía que construyó con sacrificios y que luego volvió a tomar en sus manos haciéndole pagar a todos los que los sacaron a la fuerza. Se oye muy bonita, pero la realidad es completamente diferente. Para terminar quisiera apuntar que la obsesión de Jobs para evitar que le pasara lo mismo que le ocurrió con Microsoft, convirtió a Apple en una empresa retrógrada, no visionaria, donde un ejército de abogados intimidadores han frenado los avances en la tecnología, que no solo arremete contra Google, Samsung o Motorola, sino en contra de cualquier pobre individuo que se atreva a cruzar los alambres de púas que puso Apple sobre sus productos. Pero claro, nada de eso aparece en una película que para los fanboys de Apple seguramente se convertirá en el evangelio según «Stern».

Calificación: 4.00/5.00

Apple después de Steve Jobs ¿Hay vida después del iPad?

Para nadie es un secreto mi profundo desdén por la compañía tecnológica Apple. Razones son muchas. Desde el marketing manipulador que utiliza para atraer nuevos incautos, hasta la forma en que encierra a sus usuarios para que ni siquiera se les ocurra comprar algo que no sea de otra marca, hasta las ridículas acciones legales que reclaman como suya hasta el aire que se respira en el mundo.

Apple es una de las compañías más poderosas del mundo, y sacando a todas las que están en el negocio del petroleo, la energía y Walmart (por supuesto) es la número uno, detrás (por supuesto) de Samsung. Y ni hablar de su capitalización en la bolsa de valores.

Pero a pesar de estos sólidos números, se puede decir con toda confianza que Apple aún navega con el viento a favor de la labor de Steve Jobs, antes de su muerte en 2011.  Luego del lanzamiento del iPad (que hizo el mismo Jobs hizo), Apple no ha lanzado algo verdaderamente innovador… sólo una serie de actualizaciones de las viejas versiones de sus dispositivos o (en el caso de OS X Mountain Lion) su software.

Dos hechos impensables en la época de Jobs demuestran que en la empresa basada en Cupertino (CA), están dando palos de ciegos. Primero en un intento de deshacerse de la influencia de Google, decidieron sacar Google Maps de sus preciosos iPhones, para utilizar su propia versión de mapas. ¿El resultado? Desastroso. Apple por primera vez, desde los tiempos de Gil Amelio se convirtió en el hazmerreir del mundo tecnológico.

Luego el rumor del llamado iWatch… no quiero tirármelas de gurú informático pero en un mundo donde todo el mundo mira la hora en su celular, los relojes de mano han pasado a la historia. Y no me imagino a la fila de borregos fieles usuarios de Apple para comprar un aparato, que a diferencia de los teléfonos y las tabletas, no están en el top de prioridades del usuario de a pie.

Mientras Samsung, Nokia y Google ponen todo su esfuerzo para darle al usuario cosas innovadoras, tanto en diseño de hardware como en software (para la muestra el Samsung Galaxy S4), Apple lanzó un iPhone  (5) que es aterradoramente similar a todos los iPhones que hemos visto desde 2007.

El testamento de Steve Jobs puede que les haya servido de guía a los actuales jefes de Apple, pero ciertamente Steve Jobs no podía saber que iba a pasar después de pasar al otro mundo y por supuesto, no vio el Samsung Galaxy SIII, y mucho menos el Samsung Galaxy S4… Así que Apple tiene dos problemas fundamentales 1) Sus productos estrellas están estancados y 2) No tienen ni idea que es lo que sigue después del iPad (y no es el iPad Mini).

En ningún momento de su historia Apple había perdido más de 200 puntos en el índice NASDAQ, ni siquiera cuando estaba a punto de quedar en la bancarrota, pero desde Septiembre de 2012, ha perdido casi 270 puntos, en una tendencia a la baja que parece imparable. Y más aún, nunca después del lanzamiento de uno de sus dispositivos estrella había caído en picada como lo hizo luego del lanzamiento del iPhone 5. Curioso en verdad que las secciones de economía de los medios internacionales nunca mencionaran esto ¿Otra estrategia sucia de Apple? No sería la primera.

Apple tocó su pico histórico en Septiembre de 2012, antes del lanzamiento del iPhone 5, a partir de entonces la tendencia ha sido a la baja.
Apple tocó su pico histórico en Septiembre de 2012, antes del lanzamiento del iPhone 5, a partir de entonces la tendencia ha sido a la baja.

En una empresa tan monumental como Apple esos pequeños detalles son mucho más notorios y son señales de debilidad. ¿Caerá Apple? Probablemente no caerá hoy, ni mañana… pero es cuestión de esperar los próximos lanzamientos y ver como se comporta el mercado. Pero teniendo en cuenta lo que han dado a conocer, no parece sensato tener muchas esperanzas.

Steve Jobs ¿Héroe o Villano?

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Steve Jobs ¿Héroe o Villano?

Desde que el ser humano se le dio por hacer cuchillos y lanzas a partir de huesos y piedras en la prehistoria, es un hecho que la tecnología se hizo para que el hombre la utilice. No tengo nada en contra de ningún invento en sí mismo, no tengo nada en contra de la bomba atómica, de los fusiles de fragmentación o del AbTronic, al fin y al cabo son objetos inertes que por si solos no causan ni bien ni mal. Es el hombre el que les da un buen o un mal uso.

Así mismo debo decir que no tengo nada en contra de los iPods, iPhones, iPads ni ningún otro producto de Apple, y tampoco tengo problemas con que haya muchos que lo utilicen, así como debe haber muchos que utilizan el AbTronic creyendo que van a sacar los abdominales de Maribel Guardia o Zac Efron. Hasta allí todo bien, con lo que si tengo problemas es que se tergiverse y se retuerza la información para darle tintes angélicos a asuntos para los que no hay que tener dos dedos de frente para darse cuenta que son mucho más oscuros de lo que aparentan.

Es cierto, Steve Jobs fue un visionario, y hasta cierto punto de no ser por sus ideas es probable que el presente tal y como lo conocemos no existiera. Pero hay que mirar atentamente cuales eran las motivaciones del señor Jobs y hay que ver la manera como manejaba su compañía y las cosas que hacía esa compañía que el manejaba para ver que aunque el mundo en realidad puede que le haya debido algo, ha pagado un precio muy alto, una cuota con intereses exorbitantes por las que comparaciones con genios de la talla de Leonardo da Vinci y afirmaciones blasfemas como esta:

http://twitter.com/#!/sopademondongo/status/121967063072907266

no hacen sino obscurecer la verdad con tintes sectarios, reservados únicamente para las inquisiciones.

Antes de analizar que tan ciertas son afirmaciones como esta:

http://twitter.com/#!/NoelSchajris/status/121744661344829441

veamos un poco las perlas de la compañía que el creó y dirigió.

Apple es bien conocida en el mundo de los medios como una compañía que dispara primero y pregunta después. En los casos que alcanzamos a conocer, sus empleados (por supuesto bajo las instrucciones de Jobs) han utilizado la intimadación y los recursos legales en contra de periodistas y medios en general que se atreven a publicar información sobre sus «super secretos» productos antes de que salgan a la venta. En Abril de 2010, en California la policia confiscó los computadores de la oficina de Jason Chen, editor de Gizmodo sólo por publicar en su blog articulos sobre tecnología inversa en el iPhone.

Abundan los casos donde Apple ha echado mano de su poderosa y mano y su influencia para doblegar la ley a su favor y presionar o castigar a individuos cuyo único error fue creerse con derechos sobre aparatos por los que pagaron (y muy caro además).

Muy dudosa la calidad angélica del señor Jobs también cuando firmó convenios con el gobierno de China y en sus fabricas de iPhones y iPods en ese país viven cientos y cientos de personas en condiciones peores que en la época de la esclavitud, tanto que prefieren matarse antes de seguir viviendo tan miserable vida.

Y eso sin mencionar la montaña enorme de prácticas antitéticas y anti-competitivas de Apple, todas bajo la instrucción directa del señor Jobs y que la secta Apple insiste en defender bajo la premisa de que «Apple es un negocio y por tanto puede hacer lo que le de la gana».

En todo caso, es cierto que Jobs fue uno de los grandes, fabricó buenos computadores, buenos teléfonos, buenas reproductores de música y los vendió a sobrevaluados altísimos precios a una horda de seguidores capaz de sacarse los riñones y venderlos para tener uno de esos. Y si, se hizo obscenamente rico, aunque no le sirvió de mucho ultimamente. Pero Steve Jobs no cambió al mundo ¿Steve Jobs hizo algo para reducir el hambre en el mundo? NO ¿Steve Jobs hizo algún descubrimiento científico o inventó algo que salvara vidas? NO ¿Steve Jobs ayudó a detener las guerras que desangran el mundo? NO. Si, y aunque la mayoría de nosotros en realidad no hace nada de eso tampoco, también es cierto que la mayoría de nosotros no tiene una secta de fanáticos tratando de ser parte de un todo ficticio como si lo tiene (o tenía) Jobs, tratando de elevarlo a un nivel superior que claramente no tiene.

Para contestar la pregunta que da título a esta nota, Steve Jobs fue un ser humano con muchas virtudes pero a la vez muchos defectos, uno de los cuales fue crear una horda de idiotas que lo veneraran como un dios, sólamente para vender mejor sus productos y seguir tapándose en plata.