Para nadie es un secreto mi profundo desdén por la compañía tecnológica Apple. Razones son muchas. Desde el marketing manipulador que utiliza para atraer nuevos incautos, hasta la forma en que encierra a sus usuarios para que ni siquiera se les ocurra comprar algo que no sea de otra marca, hasta las ridículas acciones legales que reclaman como suya hasta el aire que se respira en el mundo.
Apple es una de las compañías más poderosas del mundo, y sacando a todas las que están en el negocio del petroleo, la energía y Walmart (por supuesto) es la número uno, detrás (por supuesto) de Samsung. Y ni hablar de su capitalización en la bolsa de valores.
Pero a pesar de estos sólidos números, se puede decir con toda confianza que Apple aún navega con el viento a favor de la labor de Steve Jobs, antes de su muerte en 2011. Luego del lanzamiento del iPad (que hizo el mismo Jobs hizo), Apple no ha lanzado algo verdaderamente innovador… sólo una serie de actualizaciones de las viejas versiones de sus dispositivos o (en el caso de OS X Mountain Lion) su software.
Dos hechos impensables en la época de Jobs demuestran que en la empresa basada en Cupertino (CA), están dando palos de ciegos. Primero en un intento de deshacerse de la influencia de Google, decidieron sacar Google Maps de sus preciosos iPhones, para utilizar su propia versión de mapas. ¿El resultado? Desastroso. Apple por primera vez, desde los tiempos de Gil Amelio se convirtió en el hazmerreir del mundo tecnológico.
Luego el rumor del llamado iWatch… no quiero tirármelas de gurú informático pero en un mundo donde todo el mundo mira la hora en su celular, los relojes de mano han pasado a la historia. Y no me imagino a la fila de borregos fieles usuarios de Apple para comprar un aparato, que a diferencia de los teléfonos y las tabletas, no están en el top de prioridades del usuario de a pie.
Mientras Samsung, Nokia y Google ponen todo su esfuerzo para darle al usuario cosas innovadoras, tanto en diseño de hardware como en software (para la muestra el Samsung Galaxy S4), Apple lanzó un iPhone (5) que es aterradoramente similar a todos los iPhones que hemos visto desde 2007.
El testamento de Steve Jobs puede que les haya servido de guía a los actuales jefes de Apple, pero ciertamente Steve Jobs no podía saber que iba a pasar después de pasar al otro mundo y por supuesto, no vio el Samsung Galaxy SIII, y mucho menos el Samsung Galaxy S4… Así que Apple tiene dos problemas fundamentales 1) Sus productos estrellas están estancados y 2) No tienen ni idea que es lo que sigue después del iPad (y no es el iPad Mini).
En ningún momento de su historia Apple había perdido más de 200 puntos en el índice NASDAQ, ni siquiera cuando estaba a punto de quedar en la bancarrota, pero desde Septiembre de 2012, ha perdido casi 270 puntos, en una tendencia a la baja que parece imparable. Y más aún, nunca después del lanzamiento de uno de sus dispositivos estrella había caído en picada como lo hizo luego del lanzamiento del iPhone 5. Curioso en verdad que las secciones de economía de los medios internacionales nunca mencionaran esto ¿Otra estrategia sucia de Apple? No sería la primera.

En una empresa tan monumental como Apple esos pequeños detalles son mucho más notorios y son señales de debilidad. ¿Caerá Apple? Probablemente no caerá hoy, ni mañana… pero es cuestión de esperar los próximos lanzamientos y ver como se comporta el mercado. Pero teniendo en cuenta lo que han dado a conocer, no parece sensato tener muchas esperanzas.