Las Variaciones Grimm: Cenicienta ^ Análisis y Explicación

Si hay una serie intrigante y excepcional en el catálogo de estrenos de Netflix en este 2024, esa es Las Variaciones Grimm (The Grimm Variations), una mirada peculiar y bastante retorcida de los famosos cuentos de hadas que, por lo menos en Colombia, se hicieron inmensamente populares por el anime de 1988 que se emite todos los fines de semana en el Canal Caracol. Ahora, en otra publicación hablaremos extensamente de las introducciones que se presentan en cada episodio, pero a continuación y sin más preámbulo vamos a analizar el primer cuento que nos presenta esta historia: La Cenicienta.

1 ^ ¿Qué diferencias hay entre la Cenicienta clásica y la de las Variaciones Grimm?

Sin duda, la diferencia más significativa es la ubicación geográfica. La Cenicienta de Las Variaciones Grimm se sitúa en el Japón de inicios del Siglo XX, y aunque mantiene la misma estructura de los personajes, es decir, la madrastra, las dos hermanastras, el noble heredero y la damisela protagonistas, las motivaciones de ésta última son, cuando menos, tenebrosas.

Mientras que el cuento clásico de Los Hermanos Grimm, es una historia en la que la amabilidad y el buen corazón de una joven, le permite no sólo superar la adversidad provocada por su nueva familia, sino incluso ganar el corazón de un príncipe, en Las Variaciones Grimm, la joven protagonista no se puede definir de otra manera que como una psicópata manipuladora.

2 ^ ¿Qué rayos es lo que le sucede a Kiyoko? ¿La muñeca de Kiyoko es diabólica?

La protagonista de esta versión de Cenicienta se llama Kiyoko Otawara. Kiyoko ha sufrido la pérdida de su madre, y vive con su padre en un Japón que inicia el Siglo XX en pleno renacimiento industrial. El asunto es que, quizás por la ausencia de su madre, y la sobreprotección de su padre, un noble Vizconde, Kiyoko ha desarrollado un patrón mental que le entrega parte de su personalidad a una muñeca con la que habla frecuentemente.

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Spaceman (Netflix, 2024)

Spaceman es el ejemplo de que una película sin ser pretenciosa, como la pecueca esa de Poor Things, o extravagante, como Dune o Avengers, puede llegar al corazón del espectador con solo tres ingredientes: una buena historia, un buen director y unos buenos actores. Excelentes Carey Mulligan y Adam Sandler, y la voz de Paul Dano, genial.

Griselda, una tragedia a fuego lento que se desmarca del negro legado de las series de narcos

¡Oh, pero qué sorpresa! Los mismos periodistas trasnochados de los medios colombianos tradicionales y «alternativos», están de acuerdo en algo, así como para variar: todos están hablando pestes de Griselda, la serie protagonizada y producida por la internacionalmente reconocida actriz barranquillera Sofía Vergara. Pero como siempre sucede, ahí están todos intentando capturar vistas y likes diciendo lo que la gente quiere oír, por supuesto, diciendo mentiras, o lo que es peor, verdades a medias.

Lo que estos «honorables» periodistas de entretenimiento están afirmando es que Griselda continúa con la tradición de poner a Colombia en la picota internacional como un país que solo produce drogas y narcos, y que por eso ha perdido el respeto de la comunidad internacional, que se agarran de eso para estigmatizar a los colombianos que salen fuera del país. Pero curiosamente Griselda tiene una narrativa muy diferente, pero que muy diferente a la de sus predecesoras en el género de las series sobre narcotráfico.

Para nadie es un secreto que el género de las narcoseries tuvo su inicio y ascenso con la ya icónica Sin Tetas No Hay Paraíso, protagonizada por María Adelaida Puerta, y que de ahí en adelante llegó un boom que marcó una reestructuración del género melodramático que reinó en América Latina por más de medio siglo, y llegaron: Alias El Mexicano, El Capo, El Chema, El Señor de los Cielos, La Mariposa, La Reina del Sur, La Viuda Negra, El Patrón del Mal, Rosario Tijeras y la que más alcance internacional ha tenido: Narcos. Pero a pesar de la multiplicidad de nombres todas esta series tienen algo en común, algo que el mismo Gustavo Bolívar se encargó de convertir en el eje de sus telenovelas de narcos: glorificar la vida del traqueto.

Usted ve Sin Tetas No Hay Paraíso, El Capo, o Victorinos y vemos que por más de 100 capítulos en cada una, el enfoque es a convertir al narco en un ser, sí de extracción humilde, pero sin duda alguna poderoso, opulento, rodeado de lujos y sin enfrentar consecuencias serias de su actividad criminal, sino hasta los últimos capítulos. Es decir el 95% de la serie los narcos los ve usted, ordenando asesinatos, levantando mujeres que se pelean por él, viviendo a sus anchas en cómodas mansiones, obteniendo todo lo que desean sin ninguna repercusión que se quede en la psique del espectador. Básicamente las narcoseries venden la idea de que dedicarse al negocio del narcotráfico, es una ganga, porque vives la vida que todo el mundo sueña, sin consecuencias, básicamente hasta el final, cuando ya se ha hecho de todo.

Claro, el objetivo de las narcoseries, al igual que el de las telenovelas melodramáticas es vender una fantasía. En las telenovelas mexicanas y venezolanas de antaño, la fantasía corría por cuenta de venderle a la gente la idea de que una niña ignorante, bruta y violenta, puede aspirar a casarse con el hijo de un millonario. En las narcoseries, la fantasía corre por cuenta de venderle a la gente la idea de que usted, sin estudiar, y siendo un patán, ordinario y corriente, puede convertirse en millonario vendiendo veneno. Curiosamente Griselda hace el proceso inverso.

En sus 6 episodios, Griselda, la protagonista, enfrenta en cada uno de ellos las negras consecuencias de la decisión que toma de basar su estilo de vida en el narcotráfico. Hay un enfoque mucho menor en sus lujos, y mucho más en el peligro latente y constante que corre, en los enemigos que hace y en las jugadas sucias que proliferan en el mundo del narcotráfico y cómo las decisiones que toma para sobrevivir van afectando lentamente su vida familiar, su vida en pareja, hasta que, aún rodeada de absolutamente todo lo material, se queda completamente sola. Y al ser la serie tan corta y siendo cada episodio tan complejo, vemos el lastre emocional de la protagonista creciendo hasta que finalmente se vuelve insostenible y la termina resquebrajando.

Griselda, en seis episodios, sufre muchísimo más que cualquier protagonista de cualquier narcoserie, nos está dando una lección de que involucrarse en actividades ilegales no es todo glamour, plata y poder, es terror, traición y muerte.

Quizás lo que los afamados periodistas que dicen odiar tanto a Griselda, sin haberla visto, por supuesto, deberían empezar a buscar culpables en los que crearon las series en los 2000s, y los 2010s, allá es donde está la raíz de la corrupción mental de la generación joven, allá es donde está la raíz de la burla hacia Colombia, del narcoturismo, de que se haya afianzado muy bien la idea de que aquí solo se producen drogas, narcos y prostitutas. No le echen la culpa a Sofía Vergara de querer usar el género para hacer lo que por 20 años ninguna de las narcoseries hizo: hacer una crítica mordaz del narcotráfico, como sí lo ha hecho Hollywood desde los tiempos de El Padrino.

Un consejo final: vean la serie, disfrútenla y fórmense su propia opinión, en lugar de estar viendo tiktoks de falsos periodistas hablando basura de lo que no saben.

¿Por qué los sobrevivientes de La Sociedad de la Nieve estaban orinando negro?

Si ya viste la nueva película de J.A. Bayona para Netflix quizás te haya dejado pensando una frase que dijeron los personajes, unos días después de haber quedado sin comida en medio de la naturaleza mortal de los Andes: «Yo estoy meando negro», frase secundada por otros sobrevivientes, pero ¿por qué estaban los sobrevivientes de La Sociedad de la Nieve orinando negro? ¿puede el hambre causar que alguien orine negro?

1 ^ La orina negra es una señal de deshidratación

Primero que todo hay que anotar, que la orina negra no es una señal de desnutrición, es una señal de deshidratación. Todos los sobrevivientes del accidente del Vuelo 571, al punto en que mencionan el problema en su orina, debían estar seriamente deshidratados, por eso su orina se torna de un color marrón oscuro, que al contraste con la nieve, se percibe como negro.

2 ^ ¿Pero por qué estaban los sobrevivientes deshidratados si estaban consumiendo el agua de la nieve?

La idea de que el cuerpo humano se puede deshidratar a partir del hielo, o de la nieve, es básicamente un producto del consumo de medios. Son las películas y las series, las que han dejado una idea general de consumir agua en estado sólido puede hidratar un cuerpo, pero no es así.

El hecho es que cuando se consume hielo, o nieve, se ve forzado a subir su temperatura para derretir el hielo dentro del cuerpo, lo que requiere muchas calorías, y sí, requiere gasto del agua corporal para lograrlo. En caso de que el hielo y la nieve sea la única fuente de agua disponible, se recomienda derretirlos antes de consumirlos.

Algo adicional a tener en cuenta es que la nieve o el hielo pueden contener impurezas o microorganismos que una vez en el cuerpo pueden resultar perjudiciales o letales. Por eso también se recomienda que una vez derretida la nieve, se filtre de alguna manera y se exponga directamente al sol varias horas antes de consumirla.

3 ^ ¿Por qué consumir carne puede ayudar a combatir la deshidratación?

Bueno, y llegando al punto polémico ¿por qué consumir carne – ya ustedes saben de quién – podría ayudarles a los sobrevivientes La Sociedad de la Nieve a dejar de «mear negro»? Básicamente porque el músculo de cualquier corte animal es aproximadamente 70% agua, incluso si se ha dejado a temperaturas muy bajas, el porcentaje de agua sigue siendo alto y si se consume de manera moderada, logra balancear la cantidad de agua dentro del cuerpo, aumentándola, en lugar de disminuirla. Con mayor porcentaje de agua en el cuerpo, el cuerpo deja de estar deshidratado y el molesto efecto de la orina negra debe desaparecer.