¿Qué tan buena puede ser una película que trata de un par de mujeres metidas en líos de espionaje internacional, porque el ex-novio de una de ellas trabaja para una agencia de inteligencia? ¿Y que las dos protagonistas sean Mila Kunis y Kate McKinnon que parece que no le pegan a una? ¿Acaso con esta habrán superado el problemita que tienen ambas actrices con la crítica y la taquilla? Las respuestas, a continuación.
Mi ex es un espía (The spy who dumped me) cuenta la historia de Audrey Stockton (Kunis), una cajera cuya vida da un giro de 180 grados cuando descubre que Drew (Justin Theroux), su antiguo novio, está envuelto en una conspiración internacional para conseguir «el paquete», un misterioso artefacto escondido en uno de los trofeos deportivos de Drew.
Audrey tendrá que entrar en el juego de espías, para lo cual contará con la ayuda incondicional de su amiga Morgan (McKinnon) y la de Sebastian Henshaw (Sam Heughan) un agente británico que bien podría tener su propia agenda en secreto.
Sigh. ¿Por dónde empezamos? Hay que reconocer que la película tiene una buena intención inicial, la idea en sí no es arrolladoramente mala, y algunas de las elecciones del elenco no son desastrosas, como la de Sam Heughan que es una cara nueva que le da algo de presencia y estilo a la película, pero fuera de eso no es mucho lo bueno que se puede decir de este largometraje.
En primer lugar, la idea se traduce de una manera simplemente estúpida en un guión cuyos diálogos viajan entre el cliché y el aburrimiento. En el pre-análisis que hice sobre la película, intentando ver la posibilidad de una publicación de explicación de la cinta, llegué a la conclusión que el número de huecos argumentales e incoherencias en este film es tan alta que uno se pregunta qué clase de inútiles estuvieron a cargo de escribirla.
La película sí genera algo de risa, pero realmente es una risa forzada, como cuando un amigo echa un chiste malo, pero tú para no hacerlo sentir mal, te empiezas a reír como loco. Bueno, exactamente así. A mí personalmente me dio lástima ver a todos los actores de la película en semejante vergüenza cinematográfica y si el asunto sigue así, los productores pronto dejarán de llamar a Mila Kunis, que de hecho siempre hace el mismo papel, y la señora McKinnon, que sí tiene algo de potencial, va a terminar de vuelta en Saturday Night Live.
En resumen: Mi ex es un espía es una película tan ridículamente mala, que parece uno de esos bodrios que en Colombia produce Dago García. Con eso les digo todo.
Nota: ¿Por qué rayos hay tantas películas malas en esta época del año? ¿Qué es? ¿Enero otra vez?