2,2
⭐⭐
Netflix
Guión
⭐⭐⭐
Dirección
⭐
Actuaciones
⭐⭐⭐
Impacto
⭐
Premisa
⭐⭐⭐⭐
¿Alguién de este lado del planeta había visto algo proveniente de Nueva Zelanda que no sea Xena, La Princesa Guerrera? Bueno, si no lo ha hecho, Netflix trae dentro de sus estrenos internacionales de 2019, una película que proviene de ese remoto y exótico archipiélago angloparlante, The Breaker Upperers. Pero ¿será que toda esa rareza y extravagancia proveniente del Pacífico Sur, son sinónimos de calidad? A continuación las respuestas.
1 ^ ¿De qué se trata The Breakers Upperers?
Jen (Jackie van Beek) y Mel (Madeleine Sami) son un par de amigas unidas por el singular hecho de haber sido engañadas por el mismo sujeto, años atrás, razón por la cual deciden montar juntas un negocio en el que ayudan a diferentes personas a destruir sus relaciones afectivas.
Todo parece ir de maravilla para Jen y Mel, hasta que Mel conoce a Jordan (James Rolleston), un chico de 17 años que la lleva a cuestionar la ética de lo que está haciendo, así como las motivaciones de Jen para seguir con el proyecto. El conflicto que se genera a partir de entonces desembocará en situaciones inesperadas para Jen, Mel, Jordan, en incluso el mismo negocios de las rompe-noviazgos.
2 ^ ¿Cuáles son los puntos positivos de The Breaker Upperers?
Podría aceptar como algo positivo la actuación de James Rolleston como algo un tanto refrescante para el largometraje de 80 minutos, así como el hecho de que se muestre un país del que generalmente en estas latitudes no conocemos nada, y quizás un poco el uso de la música, y la premisa que tiene que ver con luchar y hacer sacrificios por conservar una amistad que se considera importante. Pero, hasta ahí.
3 ^ ¿Cuáles son los puntos negativos de The Breaker Upperers?
Para empezar es una comedia que no da risa. Sus chistes son flojos y bastante mediocres en su ejecución en pantalla. El guión da demasiados tumbos, evidenciando el hecho de que fuera de la idea central, de dos amigas en conflicto por sus posiciones emocionales, no tenían ni idea de cómo traducirla correctamente, sacando personajes de la manga, cada vez que necesitaban unos minutos extra, con unos diálogos y unas escenas lamentables.
La dirección es, a falta de otra palabra, ingenua y ni hablemos de la fotografía, que por momentos es francamente desastrosa, pareciendo una laminilla de los años 1980s.
Veredicto
Una buena oportunidad para conocer algo de Nueva Zelanda, sin pagar el infierno de plata que cuesta el boleto de avión, sin nada particularmente bueno que ofrecer a nivel cinematográfico.