El Problema con Annabelle 3: Viene a Casa

¿Qué harías si fueras menor de edad y por una noche tuvieras una casa completa para ti solo, totalmente libre de adultos? Pues esa pregunta es la que el neófito director Gary Dauberman toma como referencia para entregar en la pantalla grande la tercera entrega de la malvada muñeca, que es – al mismo tiempo – la séptima entrega de el macrouniverso de El Conjuro.

Las preguntas son ¿Hay algo más que decir sobre Annabelle luego de alcanzar su pico con la crítica y el público y explicar ampliamente su origen en Annabelle: El Origen? ¿Qué tal le va a Gary Dauberman como director, luego de su éxito como guionista? ¿Es suficiente el nombre de McKenna Grace, y la participación de Patrick Wilson y Vera Farmiga para que valga la pena ver los 106 minutos de esta película? Pues, a continuación, las respuestas.

1 | ¿Cómo inicia la trama de Annabelle 3?

Luego de los trágicos sucesos ocurridos en 1955 y 1967, Annabelle termina en manos de Debbie y Camilla, dos enfermeras que luego de ser aterrorizadas por días por la demoníaca muñeca, acuden a Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) que a pesar del enorme peligro que implica portar la muñeca, deciden llevarla a su casa y buscar un medio para contenerla definitivamente.

Con lo que los Warren no cuentan es con que Daniela (Katie Sarife) una chica obsesionada con comunicarse con los espíritus más allá, aprovechará uno de los viajes de la pareja de demonólogos y su amistad con su niñera Mary Ellen (Madison Iseman) para introducirse sin permiso en el cuarto de artefactos donde se encuentra encerrada la malvada muñeca.

A partir de entonces, Daniela, Mary Ellen y Judy (McKenna Grace) tendrán que enfrentar las consecuencias nefastas de romper las reglas de los Warren, terminando encerradas con la muñeca demoníaca que amenaza con apoderarse de sus almas por toda la eternidad.

2 | ¿Por qué vale la pena ver Annabelle 3?

Annabelle 3 funciona esencialmente como una fábula de horror, con una moraleja sólida que habla sobre la conveniencia de saltarse las reglas para conseguir cualquier tipo de propósito, mucho peor si es un propósito egoísta.

Así que su usted es uno de esos padres de familia modernos, que les gusta darle contentillo a sus hijos porque literalmente le da pereza tener que enfrentarse a ellos, y estos terminan burlándose de sus intentos de marcar reglas y autoridad, llévelos a ver esta película. Mientras más jóvenes mejor, quizás lo piensen mejor la próxima vez que intenten hacer una de las suyas.

Sólo tenga en cuenta que en la mayoría de países donde ha llegado la película está clasificada para mayores de 12, 13 o 14 años.

3 | ¿Cuál es el problema con Annabelle 3?

El problema con Annabelle 3 es que no tiene un único problema, tiene muchos y muy serios. Para empezar luego de alcanzar el pico del éxito en taquilla y en crítico con Annabelle: El Origen y dejar a la muñeca encerrada en ese cuarto de los Warren, esta película resulta completamente innecesaria. De sus 106 minutos de duración no hay ni uno donde no se sienta forzada y poco natural.

El argumento está traído de los cabellos y tiene la enorme desventaja de tratar de encajar en una cronología ya determinada, cuyo final está más que cantado, porque ya sabemos lo que sucede con Judy Warren, luego de verla en El Conjuro y en El Conjuro 2.

La dirección a cargo de Gary Dauberman deja TODO que desear. La edición es aburrida, la fotografía es monótona, y la musicalización, que es uno de los pilares en el género del terror, en esta película es – a falta de una mejor definición – bastante mediocre.

Las actuaciones son nefastas. Aunque McKenna Grace hace lo posible para mantener a flote su personaje, liderando los 2 o 3 escenas que en realidad vale la pena ver en esta cinta, sus coprotagonistas Madison Iseman y Katie Sarife no tienen el talento suficiente para conectar con el público. Y aunque Patrick Wilson y Vera Farmiga logran conectar a un nivel completamente diferente, su presencia en la película es más bien efímera.

Y por último la supuesta carga de terror que debe contener esta película, quizás sea apropiada para un niño de 2 o 3 años, o para los aparentadores que van a las salas de cines a llamar la atención, queriendo ser los más sensibles gritando con cada pendejada que ven en pantalla, pero no para un adulto sin esas falencias emocionales tan bravas.

Veredicto

Una película perfecta para asustar niños impúberes y adultos charlatanes.