Contratado como un elemento decorativo en una de las miles de ceremonias y eventos sociales en cabeza de la Reina Victoria (Judi Dench), el carisma y presencia de Abdul Karim (Ali Fazal) pronto lo convierte en el favorito de la monarca británica, y en el objeto del desprecio del resto de la familia, la corte y el servicio real.
Con una sólida y entretenida introducción, y además con una fotografía y puesta en escena bastante decentes, en Victoria & Abdul, el director Stephen Frears se tambalea a medio camino, y parece no encontrar la manera y sobre todo el tono narrativo correcto de abordar el conflicto central de la película: el racismo. Y no cualquier racismo, el racismo dentro de la Casa Real Británica, en el momento en que el Imperio Británico dominaba el mundo. Sólo las actuaciones extraordinarias de Judi Dench y de Ali Fazal evitan que la película se convierta en otra biográfica fábrica de bostezos. Emotiva.