Reseñas X (Libros): 50 Sombras De Grey

Hace exactamente dos semanas, y más por curiosidad que por interés, empecé a leer la tantas veces leída, criticada, admirada, desdeñada y degradada novela de E.L. James titulada 50 Sombras de Grey y debo decir que en realidad hay motivos para que esta novela, que empezó como un experimento fanfiction de la autora, se convirtiera en el fenómeno mundial que es hoy en día.

50 Sombras de Grey combina muy bien (de manera magistral diría yo) dos géneros completamente disimiles: la novela romántica para adolescentes (conocida también como young-adult) y el subgénero BDSM de la novela erótica para adultos. Esto, dicho así rapidito, suena fácil, pero en realidad es complejo construir personajes que se muevan entre esos dos mundos que muy poco tienen que ver el uno con el otro, y que la historia tenga algo de sentido. Pero de si 50 Sombras de Grey tiene sentido o no, hablaremos más adelante.

Conozco muy poco de la novela erótica, mucho menos del subgénero BDSM, del cual apenas tengo referencias por mi lectura de «Nueve Semanas y Media» hace algunos años. Y aunque parezca increíble, mis conocimientos sobre literatura para adolescentes se relacionan más con sus adaptaciones cinematográficas, que por sus originales literarias, con «Los Instrumentos Mortales: Ciudad de Hueso» como el libro más reciente de este estilo en mi haber.

Mientras las novelas románticas de corte adolescente, son en esencia novelas rosas, donde el héroes y al heroína están perdidamente enamorados el uno del otro, en medio de un cúmulo de situaciones inverosímiles que los separan, las novelas eróticas son mucho más crudas en su definición del ser humano, presa fácil de deseos impronunciables que derrotan fácilmente cualquier sentimiento romántico  que en es en su unión, no en su separación donde empieza la autodestrucción. En Nueve Semanas y Media la protagonista sucumbe ante los deseos de un personaje masculino completamente dominante hasta dejarla abandonada, sin ningún remordimiento, en un estado denigrante de frigidez sexual.

En esta novela, 50 Sombras de Grey, tenemos a un personaje típico de las novelas de adolescentes, una chica inteligente, despierta y que se cree mucho menos bonita de lo que en realidad es: Anastacia Steele, y por el otro, a un personaje salido de los cuentos de terror de la fantasía erótica: Cristian Grey. La premisa de la novela es precisamente que tan dispuesto estamos a sacrificar parte de nosotros por amor. Anastacia y Cristian tienen conceptos radicalmente opuestos sobre lo que debe ser una relación de pareja (no digamos amor), y la dinámica de la novela gira en torno a las concesiones que se hacen el uno al otro para estar juntos a pesar de ser tan diferentes.

Otro punto a favor de esta novela es que favorece la lectura rápida. Muchos libros se pasan capítulos enteros debatiendo asuntos filosóficos, a manera de ensayos que hace el autor a través del personaje. 50 Sombras de Grey se narra desde la perspectiva de Anastacia Steele, quien en realidad relata lo que ve y lo que siente en el momento de la acción y nunca divaga por más de uno o dos párrafos sobre eventos pasados o sobre cuestiones de «¿Quienes somos?» y «¿Por qué estamos aquí?» La técnica de la conversación vía mail también permite avanzar rápidamente, con el plus que la autora los utiliza para que sus personajes se expresen de manera libre, sin las ataduras de hielo del cara a cara.

También ayuda mucho a la dinámica lectora la manera en que se abordan las escenas de corte sexual, la autora es muy perspicaz en su manera de abordar el contenido erótico, centrándose en las sensaciones, más que en la mecánica corporal, que en esencia es lo que alguna novelas de este tipo hacen, traduciendo en palabras lo que el porno muestra en imágenes. Yo diría que 50 Shades of Grey, si hubiese una categorización dentro de la novela erótica, sería una especie de softporn de sensaciones.

Por ese misma inmediatez narrativa, esta novela no puede considerarse una obra de alta literatura, es literatura que apunta a un público específico y que considera sus limitaciones. Es evidente también que este libro se escribió al estilo JARDINERO (Más improvisación que planeación), y no al estilo ARQUITECTO (Todo planeación, nada de improvisación). La autora empieza con un tono que muta demasiado a lo largo de la novela, es como si de pronto descubriera una técnica o figura literaria que le funciona y decide seguir utilizándola. Claro, podría decirse que el cambio de estilo obedece a los cambios de la protagonista, que empieza pura e inocente y termina… bueno, termina de otra manera, pero no es asunto de cambios en el personaje, es asunto de coherencia narrativa.

Esta coherencia es también evidente cuando hablamos de todos los personajes, quienes parece tener doble y hasta triple personalidad según el caso, respondiendo a motivaciones, tontas o inverosímiles, que hace que sean impredecible, pero OJO, en una novela, NO SON los personajes los que deben ser impredecibles (y si lo son, se deben dejar pistas con anterioridad) sino las situaciones en las que se desenvuelven.

Para terminar, quizás lo que más choca de esta novela es que no tenía por qué haber secuelas. Un libro hubiese bastado para establecer el punto de la autora, ganarse sus millones y vender la franquicia, pero en su editorial pensaron otra cosa. Esto se nota en los últimos cuatro capítulos cuando de la nada salen personajes que tendrán protagonismo en los libros siguientes y cuando a pesar de todo lo que habían logrado el héroe y la heroína, en dos segundos se pierde todo por razones que se salen del universo de lo creíble.

Para resumir: 50 Sombras de Grey es una novela escrita para la lectura entretenida de cierto sector poblacional, y por su facilidad es atrayente para muchas edades y tipos de lector, sin embargo tiene algunas fallas que lesionan su calidad como obra literaria.

Libro 4/12 para 2014


 

Ficha

Nombre: Cincuenta Sombra de Grey

Autora: E.L. James (Reino Unido)

Vintage Books Español 2012

542 Páginas

ISBN 978-0-345-80367-2


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