En un mundo cubierto con la sombra publicitaria nefasta de Lady Gaga, es al menos refrescante tener una artista como Katy Perry. Y su último vídeo «Last Friday Night» demuestra sin lugar a dudas que no se necesita tanta parafernalia y tanto mercado al límite para sacar buenas producciones.
Al igual que Rihanna, Katy no sólo posee un talento vocal indiscutible, sino que también tiene muy buen oído para elegir sus canciones y sobre todo tiene muy buen gusto para elegir a sus colaboradores.
«Last Friday Night» su último sencillo es nada más y nada menos que la más reciente colaboración de Max Martin, Dr. Luke y Bonnie McKee, que ya habían trabajado juntos en el hit electropopero de Britney Spears «Hold it Against Me», el sonido es excelente, impecable, los breaks son completamente adecuados y la letra es precisa y certera, creando en conjunto una canción pegajosa, de muy buena calidad que a diferencia de la pieza cantado por Britney si tuvo la fortuna de tener una buena dirección creativa para su vídeo.
La elección de Marc Klasfeld fue un acierto total, el man ha dirigido vídeos de tan alta recordación como «A Thousand Miles» de Vanessa Carlton y los siempre divertidos de Sum 41 «Fat Lip» e «Into deep» sin mencionar «When You’re Gone» de Avril Lavigne. Sus vídeos logran tener un aire cinematográfico, una historia coherente y sobre todo logran sorprender en una época en la que parece que ya hemos visto todo en vídeos musicales.
La historia es sencilla, una chica fea va a una fiesta salvaje donde se transforma y logra coronarse como el alma de la fiesta, sólo para despertar en medio de las sobras de la noche anterior con una fuerte carga de arrepentimiento. Parecería no ser otra cosa que un mal reencauche de todas las películas de adolescentes que vimos en los noventas, protagonizadas por Jennifer Love Hewitt y Freddy Prince Jr, pero en realidad el vídeo es excelente. Para empezar cuenta con un buen elenco, incluyendo a Rebecca Black que en los pocos minutos que aparece en pantalla logra conquistar a los espectadores de la misma manera que lo hizo en «Friday», Kevin Mchale de Glee también contribuye con la fantasía del vídeo y sin contar los Hanson que tienen una participación especial. El trabajo de dirección es impecable, los colores fuertes, reminiscentes de los 80s y 90s le dan un aire de Stoner Film, de clásico adolescente de antaño, logran crear una pieza excelente que ya no sólo está en el mundo del videoclip musical, sino que raya en las proporciones de cortometraje.
No queda sino disfrutar de la canción y el vídeo, que demuestran que el talento es mucho más efectivo que el mercadeo descarado.