Para nadie es un secreto que Tom Cruise es uno de los actores más importantes e influyentes en la industria cinematográfica de Estados Unidos. Con 49 películas en su registro filmográfico y un total de tres mil setecientos millones de dólares recaudados en 36 años de carrera artística, nadie puede negar que el hombre, aún hoy a sus 54 años, sigue teniendo su estrella brillando en lo más alto del firmamento de Hollywood. Y el secreto para un éxito tan arrollador en una industria frecuentemente criticada por usar y desechar a sus figuras más emblemáticas, ha sido un gran carisma y una elección sobresaliente de sus personajes.
A pesar de que Tom Cruise sólo ha estado en 3 filmes de Nivel Oscar (Born on the Fourth of July, Jerry Maguire y Magnolia) el resto de sus películas ha tenido buena recepción, si bien no tanto por la crítica, sí por el público que parece tener una buena conexión con Cruise. De allí el éxito de Top Gun, Misión Imposible, La Guerra de los Mundos y Minority Report, siendo estas últimas dirigidas por el mismo Steven Spielberg. Tom Cruise se puede preciar de haber trabajado con los mejores directores que le han asignado personajes de primer nivel, demasiado quizás para su nivel de actuación que sí es bastante bajo.
Sin embargo con La Momia (The Mummy) algo le tuvo que suceder a Tom Cruise. Quizás es que necesitaba el dinero, o quizás no leyó el guión, o quizás está pensando en hacer unos cuantos miles de millones antes de su inevitable fecha de retiro. Lo que sí podemos decir desde ya es que aceptar un papel en esta película ha sido el peor error que el icónico actor ha podido cometer en su carrera.
La Momia cuenta la historia de Nick Morton (Cruise) un ex-oficial del ejército de Estados Unidos, que aprovecha su nueva posición como contratista (léase mercenario) para robar tesoros antiguos ubicados en el área de Mesopotamia, conocida hoy como Iraq. Las cosas para Nick parecen ir bien, hasta que en su intención de buscar un antiguo tesoro, se encuentra con un extraño y antiguo sarcófago egipcio que lo hundirá en una antigua maldición de la que sólo podrá salir con la ayuda de su amigo Vail (Jake Johnson), la arqueóloga Jenny Halsey (Annabelle Wallis) y el misterioso doctor Henry Jekyll (Russell Crowe).
La historia es innecesariamente confusa y ampliamente incoherente. Si el propósito de esta cinta era introducir el primer monstruo del Universo Cinematográfico de los Monstruos Universales con La Momia y aprovechar para introducir al Dr. Jekyll, no pudieron hacer un PEOR trabajo. La película intenta por momentos ser la típica película de Tom Cruise, mezclándola con mitología del Universo de los Monstruos, pero a Alex Kurtzman (que yo no sé quien le dijo que podía ser director) le quedó grande sostener esas dos bolas en el aire.
La película es visualmente una pesadilla. No hay diversidad en los colores, en la iluminación, ni en las escenografías. Todo parece ser hecho con la intención de producirle un dolor de cabeza descomunal al pobre espectador que se quedó a ver los 107 minutos del largometraje. Y un uso altamente deficiente de la musicalización sólo empeora las cosas.
Las actuaciones son para llorar. Tom Cruise nunca ha sido un buen actor, pero aquí 1) ya está muy viejo para repetir el milagro de Top Gun 2) ya nadie le cree el cuento del aventurero y 3) la pose de comediante le queda terriblemente mal. Pero lo peor es que al resto del elenco no le fue mejor que digamos. ¿En serio le pagaron a esa gente por esas actuaciones tan planas y aburridas?
Y pasando a las escenas. Salvo un par de tomas, ni siquiera escenas, tomas, donde se notó la intervención de Tom Cruise, la película es una sucesión tras otra de sinsentidos. Ni siquiera la repetitiva premisa de las películas de Tom Cruise de que «hasta los idiotas se pueden volver héroes» funciona aquí.
Para resumir: En comparación con esta versión de La Momia, las versiones protagonizadas por Brendan Fraser son casi obras maestras. Calcule usted. Muy mal por Tom Cruise que ponga en peligro su prolífica carrera por semejante mal desacierto.
El Sabanero X 