Chicos Buenos ^ Crítica & Resumen

Si hay algo que han hecho bien producciones como It y Stranger Things, es la de representar con un muy buen grado de fidelidad los desafíos de crecer y dejar atrás las niñez en la fantástica década de los 1980s.

Ahora, y hago esta pregunta a los que nacimos en esa fantástica década ¿se han puesto a pensar lo que implica para un niño crecer en ésta época ? ¿Sí, en esta época, donde cualquier tipo de pregunta y/o curiosidad de corte sexual está explícitamente resuelta en algún rincón del Internet, dónde a los padres les resulta imposible controlar lo que sus hijos ven en su computador, en su tableta o en su celular? ¿Y dónde la presión de grupo se multiplica por mil gracias a la presencia de las redes sociales? ¿Lo han siquiera imaginado?

Pues, Chicos Buenos – Título original: Good Boys – dirigida por el desconocido Gene Stupnitsky, y producida por el actor Seth Rogen, por primera vez ofrece una perspectiva 2019 al ese complicadísimo asunto de crecer. Ahora, la pregunta del millón ¿vale la pena perder 89 minutos de tu vida, para ver como es el despertar a la adolescencia de un trío de chicos de 12 años en estos tiempos tan turbulentos? Pues, a continuación, la respuesta.

¿Cómo inicia la historia de Chicos Buenos?

Luego de ser invitados a su primera fiesta de besos, Max (Jacob Tremblay), Thor (Brady Noon) y Lucas (Keith L. Williams), se embarcarán en una serie de situaciones absurdas para llegar preparados al evento, situaciones que implican el entrar en conflicto con dos sexys adolescentes (Molly Gordon, Midori Francis), con sus compañeros de escuela, con un grupo de universitarios, con sus propios padres y hasta con ellos mismos, entendiendo, a las malas, lo que implica dejar de ser niños.

¿Qué hace especial a Chicos Buenos?

Chicos Buenos es una comedia de adultos, protagonizada por niños, contradicción que de hecho fue expuesto por el mismo Seth Rogen en el trailer de la cinta: una visión que aunque jocosa, comprende a la perfección y de manera global los retos que implican pasar de la niñez a la adolescencia en estos días. Y que precisamente, no sea apta para niños.

En las versiones dobladas, como la que se presenta en castellano, los traductores hicieron un gran esfuerzo por suavizar el impacto de las palabras, y aún así recomiendo ampliamente que si tiene la oportunidad, véala en su idioma original, sobre todo si usted entiende bien el idioma de Shakespeare.

Chicos Buenos tiene un excelente argumento, basado en una premisa sólida, y respaldado por unas actuaciones impecables, los tres protagonistas infantiles hacen un trabajo magistral apropiándose de los personajes y transmitiendo al público la esencia de los mismos. Y todo, sin perder en ningún momento su estilo entretenido y divertido.

¿Cuál es el problema con Chicos Buenos?

Aunque quizás algunos intenten restarle puntos a Chicos Buenos, por poner palabras subidas de tono en la boca de unos chicos de doce años, lo cierto es que eso es exactamente lo que vemos hoy en día, y las razones de dicho comportamiento – que van mucho más allá de ser simplemente una señal de los tiempos – se basa en una multiplicidad de factores, que si bien son tocados apenas tangencialmente en en la historia, funcionan para darle alma y corazón al largometraje.

¿Vale la pena ir a ver Chicos Buenos?

Sí, ya sea que usted busque una perspectiva de lo que implica crecer en estos tiempos tan turbulentos, o si por el contrario, sólo quiere pasar 89 minutos desternillado de la risa, esta es sin duda alguna, una película que vale la pena ver.

P.D. ¿Cuál es la canción que suena al final en el musical de Chicos Buenos?

La canción se llama I want to know what love is, del dúo británico-estadounidense Foreigner, canción que posteriormente se usó para el musical Rock of Ages, tanto en su versión en tablas, como luego en su versión en pantalla grande, donde es cantada por nada más y nada menos que Tom Cruise, en el papel de Stacee Jaxx , que parece ser el mismo personaje que interpreta Thor en el musical de la escuela. Aquí les dejo la rola: