Los Nuevos Mutantes: ¿Valió la pena la espera?

Protagonistas: Anya Taylor-Joy, Maisie Williams

Director: Josh Boone

Año: 2020 | Metraje: 1 hora y 34 minutos.

20th Century Studios | Estados Unidos de América

¿Recuerdan la época en que Maisie Williams era como la súper neo-estrella, sensación del momento, por su papel de chica mala, asesina cambiacaras en Juego de Tronos? Sí, bueno, ya hace bastante de todo eso, y no solo ha pasado mucha agua bajo el puente, sino el desastroso final de Game of Thrones, que redujo a cenizas las aspiraciones de muchos de sus actores, que están en estos momentos más desaparecidos que el elenco de Lost. Y hablo de eso, porque de esa época datan las aspiraciones de que Los Nuevos Mutantes fuera una gran película que pusiera al Universo de los X-Men en el mapa, antes de que Disney comprara Fox y decidiera hacer un reboot completo de todo ese universo.

Pero fuera de las series que acabaron mal, las compras hostiles y todo lo demás ¿realmente valió la pena esperar los 3 años para ver esta película? Sí, pero por una única razón.

Los Nuevos Mutantes curiosamente se enfoca en el personaje más aburrido de todos, Dani Moonstar (Blu Hunt), una chica nativo-americana que sobrevive a un cataclismo en su aldea, que bien hubiese valido la pena que hubiesen conservado en secreto hasta el final de la cinta. Dani es llevada hasta un asilo donde esperan entender la participación de la chica en el mencionado cataclismo, mientras conoce a los otros huéspedes del poco convencional centro de reclusión, Rahne (Williams) una cristiana fervorosa, Ilyana (Taylor-Joy) una psicótica abusiva, Sam (Charlie Heaton) un chico con miedo a sus poderes mutantes, y Roberto (Henry Zaga) otro que le tiene miedo a sus poderes.

Y toda esta mezcla de poderes mutantes reprimidos y experimentos secretos se volverán una bomba de tiempo cuando se revele lo que realmente buscan los que los recluyeron allí.

La premisa de la película claramente tenía potencial, pero en algún momento en los 2 años que tardó en ser lanzada la película, el rumbo se perdió por completo. Al enfocarse tanto en un personaje tan aburrido como el de Dani, los otros personajes se pierden en su desdibujada sombra.

Las escenas, en un contexto diferente, y con una edición mucho más perspicaz, hubiesen sido un completo hit, pero quisieron hacerlo diferente y desperdiciaron a Anya Taylor-Joy que es lo único rescatable de la cinta, sin desmeritar el trabajo de Maisie Williams que realmente merecía un mejor material para trabajar. Sorpresivo, eso sí, el peso que tiene en pantalla Henry Zaga, que con un par de buenas decisiones, lo podramos ver protagonizando un blockbuster en los próximos años.

Del resto, la película intenta emular el trabajo de M. Night Shyamalan en Split, pero el uso del CGI marca Disney, sencillamente no cuadra.

Una película que en otra época, con otra estructura, hubiese funcionado muy bien, y quizás hasta hubiese salvado a 20th Century Fox, de convertirse en la perra de Disney.

3,19

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