Protagonistas: John David Washington, Robert Pattinson
Director: Christopher Nolan
Año: 2020 | Metraje: 2 horas y 30 minutos.
Warner Bros. Pictures | Estados Unidos de América
Bueno, y luego de varios meses de cuarentena, tapabocas, muchos alcohol en gel, y salas de cine cerradas, por fin empezaron a abrir nuestras queridas y amadas salas de cine, y una de sus puntas de lanza, así como lo fue en el resto del planeta, ha sido la película número once del director británico Christopher Nolan, titulada TENET, aunque bien puede que la encuentren con este estilito medio invertido del título.
Y dada la ventaja que nos llevan en otros países menos covid-paranoicos donde ya estrenaron la película hace meses, lo curioso es que la mitad de la gente dice que es una obra maestra y la otra mitad dice que es una basura ¿quién tiene la razón?
Tenet, cuenta la historia de un espía anónimo al que bien podremos llamar Pedro Navajas (Washington), ya que nunca le mencionan el nombre. Pedro Navajas logra superar una prueba imposible, lo que lo pone a cargo de una misión cuyo nivel de peligrosidad, de secreto y de complejidad excede cualquier cosa que se haya visto antes, dentro o fuera del cine.
En medio de esta misión, Pedro Navajas conocerá a Neil (Pattinson), quien lo ayudará no solo a develar la peligrosa tecnología que amenaza con una tercera guerra mundial, sino también a rescatar a una mujer (Elizabeth Debicki) de la infernal relación que lleva con un enigmático traficante de armas.
Tenet efectivamente es una película compleja a nivel de argumento, básicamente porque entender la ciencia que respalda toda la historia, no es tarea sencilla. Sin embargo, a nivel visual, y sobre todo a nivel auditivo, es indiscutible que Tenet es una obra maestra.
Como thriller de acción es simplemente fabulosa, aún sustrayendo los complejos elementos de la tecnología de inversión, que obviamente tendremos tiempo de explicar en otra, o más bien, otras publicaciones.
Sí, es cierto que hay mucho que desconocemos de los personajes principales, y quizás tiene mucho que ver con el hecho de que insertar flashbacks, como es el estilo de Nolan para matizar sus protagonistas iba a extender la duración de la cinta, mínimo otra hora más, pero creo que esta es una obra que se presta para análisis que van más allá de una sola sentada. Hay mucho que podemos inferir de Pedro Navaja, de Neil o de Kat, o del villano de la historia, únicamente por cómo se comportan y sin necesidad de tanto tapete introductorio.
Lo que sí es indiscutible aquí, es la premisa de la película, que no se trata precisamente de los efectos del viaje en el tiempo, o del abuso conyugal, esta película es una demostración bastante arrogante y soberbia de Christopher Nolan, que finalmente consiguió hacer lo que quería sin limites de ningún tipo.
En anteriores filmes, Nolan se vio limitado por el género (La trilogía de Batman) o por el peso de un actor (Leonardo DiCaprio, en Inception), o por las ganas de ganarse un Oscar (Interstellar y Dunkirk), aquí eliminó todas esas limitaciones y se quedó con lo único que al parecer le interesa: el mismo. Es claro que todos los actores en esta película son de bajo perfil, y no iban a influenciar en nada al estudio para que hiciera cambios, de ningún tipo. Hasta los dos colaboradores más íntimos de Nolan: su hermano Jonathan y el compositor Hans Zimmer están fuera de la ecuación. Este es Nolan en su faceta más cruda, es Nolan sin máscaras, y si bien es fabuloso, no es necesariamente agradable.
Haciendo una analogía culinaria, comer verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos, es fabuloso para tu salud y para tu cuerpo, pero no supera la sensación de la comida rápida. Eso es Tenet, un platillo sofisticado, extravagante, fabuloso, top-notch, quizás demasiado para los paladares estándar del consumidor promedio de cine, por estos días.
La única ventaja es que si hay alguien que puede hacer este arrogante platillo, y salirse con la suya, es Christopher Nolan.
4,55