Smile 2: Entre La Promesa y la Decepción

«Smile 2» es una película que, aunque logra entretener con momentos intensos y una banda sonora impecable, sufre de una incoherencia argumental que termina lastrando su potencial. En muchos sentidos, esta secuela tenía el terreno fértil para construir algo sólido sobre los cimientos de la primera entrega, pero, lamentablemente, opta por un desenlace que desinfla toda la tensión construida a lo largo del filme.

Una experiencia entretenida, pero inconexa

La trama de Smile 2 te mantiene al borde del asiento, jugando con la mente del espectador en todo momento. Los saltos de susto bien colocados, sumados a una atmósfera densa y oscura, logran sostener el interés durante gran parte de la película. Sin embargo, cuando analizamos el desarrollo del guion, se perciben grietas evidentes. La narrativa comienza prometiendo un conflicto más profundo entre la protagonista y la entidad que la persigue, pero, a medida que avanza, las piezas no terminan de encajar.

El problema radica en que, a pesar de toda la intriga que genera el filme, el final resulta una salida fácil y decepcionante: el clásico “todo fue un sueño”. Es un recurso que, en lugar de brindar un cierre satisfactorio o abrir nuevas interrogantes, simplemente arroja por la borda la oportunidad de construir una historia más coherente y significativa. Los eventos que parecen decisivos, las decisiones cruciales de la protagonista, todo se desvanece en el vacío de un desenlace que frustra al espectador.

Una banda sonora memorable

Si hay un aspecto que destaca de manera sobresaliente en Smile 2, es su banda sonora. Desde el inicio, la música juega un papel crucial en la creación de una atmósfera tensa y envolvente. Las composiciones, bien pensadas y colocadas, amplifican las emociones en pantalla, y en varios momentos la música es la que lleva la película sobre sus hombros, elevando escenas que, de otro modo, habrían pasado desapercibidas.

La banda sonora no solo acompaña la acción, sino que la potencia, dándole un toque distintivo que destaca entre otras películas del género. Es, sin duda, uno de los mayores aciertos de Smile 2 y una razón por la que algunos espectadores podrían seguir enganchados a pesar de las debilidades narrativas.

Noomi Scott: una actuación que brilla

En cuanto al reparto, Noomi Scott es, sin lugar a dudas, lo más impactante de la película. Su interpretación de una mujer atrapada en un ciclo de terror psicológico es convincente y poderosa. Scott se entrega por completo al papel, transmitiendo de manera efectiva la desesperación, el miedo y la angustia de su personaje. Cada gesto, cada mirada, contribuye a crear una figura protagonista que, aunque enfrentada a una trama incoherente, logra sostener el peso de la película.

Es frustrante ver que una actuación tan sólida como la de Noomi Scott se vea opacada por la falta de dirección coherente en el guion. Su entrega actoral merece un contexto mucho más robusto que le permita brillar aún más, y Smile 2 le falla en ese sentido. Aun así, su actuación es suficiente para mantener la atención de la audiencia y darle al filme un sentido de urgencia y humanidad que de otro modo no tendría.

La oportunidad perdida

El aspecto más frustrante de Smile 2 es que, desde su premisa, tenía todos los ingredientes para ser una gran película de terror. El primer acto construye un conflicto interesante, y la película juega de manera efectiva con la mente del espectador, haciéndole creer que hay una posible salida para la protagonista. Sin embargo, el desenlace trivializa todo lo que se había planteado antes.

El final en el que “todo fue un sueño” es una decisión narrativa que, más allá de sorprender, desinfla la tensión y elimina el sentido de urgencia que la trama había trabajado arduamente para construir. Este tipo de resoluciones son particularmente dañinas en el género del terror, donde la amenaza real y palpable es lo que mantiene la tensión en el aire. Si al final, esa amenaza resulta ilusoria, todo el viaje se siente en vano.

El futuro de la franquicia: ¿qué queda por contar?

Quizás lo más preocupante de este final es que deja muy poco margen para el futuro de la franquicia. Si la entidad que persigue a la protagonista es, de hecho, imposible de derrotar, ¿qué más se puede hacer en una tercera entrega? Si no hay posibilidad de una resolución, si la historia solo repite los mismos ciclos de desesperanza sin ofrecer una evolución significativa, entonces el interés por futuras entregas podría diluirse rápidamente.

En este punto, la historia se siente agotada. La entidad es invencible, y si la protagonista no puede encontrar una salida, ¿por qué debería importarle al espectador lo que venga después? La secuela deja la incómoda sensación de que ya no hay más terreno por explorar, lo que pone en duda la relevancia de una posible continuación.

Conclusión

Smile 2 es, en última instancia, una película entretenida con un gran potencial desperdiciado. Su atmósfera tensa, una banda sonora fantástica y una actuación memorable de Noomi Scott la hacen disfrutable en ciertos aspectos, pero las incoherencias narrativas y un final insatisfactorio terminan por socavar lo que pudo haber sido una secuela mucho más sólida. Para los fans del terror psicológico, ofrece algunos buenos momentos, pero no logra consolidarse como una obra duradera en el género.

El Derecho a Envejecer Dignamente

dench
Judi Dench

Observe atentamente las imágenes. ¿Cuál de las dos se ve mejor? Si usted es mujer ¿A cual de las dos se quiere usted parecer cuando llegue a los 76 años? En serio ¿A cuál? A menos que usted quiera llegar a esa edad pareciendo un maniquí especialmente construido para Halloween, creo que la opción correcta es la de Judi Dench, porque honestamente envejecer pareciendo un fenómeno de circo como Irma Serrano deberían ponerlo en la lista de las labores necesarias para superar el Purgatorio, con lo cual debo creer que con semejante vida la doña debe tener al menos el cielo asegurado.

serrano
Irma Serrano

No entiendo cual es el afán de famosos y no famosos en detener el tiempo e intentar (con muy malos resultados debo decir) permanecer jóvenes, aún cuando la edad, la piel, el cabello y las misma fuerzas les dicen todo lo contrario: que su tiempo (al menos de juventud) ya pasó. No me parece justo que se vea a la vejez como una etapa a la cual se le deba huir, es simplemente otra etapa de nuestras vidas, tan natural como nuestra niñez, nuestra adolescencia y nuestra vida como adultos. Es más podría decir que es la época más importante, la época en la que debemos reflexionar sobre lo que hemos hecho en nuestra vida y el último chance de rectificar y solucionar aquellas cosas que de jóvenes, quizás hemos hecho mal.

rourke
Luego de ser considerado un galán, el afán de ser joven llevó a Mickey Rourke a parecer una caricatura de si mismo.

Pero así como la publicidad y las multinacionales nos han vendido y revendido la idea de que pesar más de 55 kilos es un crimen contra la estética, generando problemas mayúsculos como la anorexia y la bulimia, también nos ha vendido la idea de que la única etapa de la vida que vale la pena vivir es la de los 18 a los 49 años, que es esencialmente la edad objetivo de toda la publicidad habida y por haber, por la simple y sencilla razón de que los que tiene esa edad, son los mismos que generan el 99.99% de todo lo que se compra y consume en el mundo. Más no es justo que caigamos en ese juego macabro basado en las estadísticas y no en la esencia y la naturaleza de la vida en si

Y aunque podríamos creer que eso es una moda sólo de mujeres, los hombres también hemos caído en el absurdo de tratar de evitar el envejecimiento a cualquier costo, así sea a punta de cuchillo, sangrados y estiramientos de piel, de deformaciones y mal formaciones post-quirúrgicas. ¿Que tiene de malo tener arrugas y tener el pelo cano? ¿Acaso es un crimen mostrar lo que hemos vivido? ¿Es tan malo lucir de acuerdo a la edad que en realidad tenemos?

gere
Richard Gere es un ejemplo de que los años no son sinónimo de descuido o decadencia.

Incluso peor, si bien no es suficiente con querer tratar de parecer maniquís desfigurados, muchos también tratan de emular actitudes que bien o mal, están reservadas para la gente joven. ¿Cómo es posible que un baboso cuarentón como Sergio Barbosa aparezca presentando un programa de moda, vestido como niñito emo de 17 años? Definitivamente hay muchos que en su afán por parecer jóvenes y (falsamente) exitosos se exponen al ridículo y a la vergüenza pública, persiguiendo jovencitos y frecuentando lugares donde los miran de reojo y donde el apodo más respetuoso que se ganan es el de «abuelos».

Hay muchas formas de estar saludable a medida que envejecemos, el ejercicio, la buena alimentación y evitar los vicios generalmente es suficiente para envejecer bien y sobre todo con dignidad. Pienselo dos veces y vea los ejemplos y decida cual de las dos opciones quiere, si terminar sus años pasando el ridículo o hacerlo de manera elegante y con clase, de cualquier manera es su decisión. Espero comentarios.