Actualmente en varios países como Alemania, Italia, Irlanda, México, Chile y Colombia  ha surgido una especial y bastante álgida controversia sobre la posibilidad de que parejas del mismo sexo puedan ejercer la adopción sobre menores de edad. Una controversia que se basa en una aguda diferencia de opinión en lo que significa una palabra que para todos tiene un gran significado: familia.

Y es precisamente sobre el interrogante de qué significa ser familia que se basa la premisa de la segunda película de la reformada división de Animación de Warner Bros, una interesante fábula llamada Cigüeñas (Título original: Storks).

Cigüeñas cuenta la historia de Junior, una cigüeña blanca que da su mejor esfuerzo por ascender laboralmente en Cornerstone, la compañía fundada por las cigüeñas luego de que decidieran abandonar el negocio de la creación y entrega de bebés veinte años atrás.

Junior está a punto de conseguir su posición como director ejectutivo de Cornerstone por parte de su jefe, con la condición de que se deshaga de Tulip la huérfana humana que se ha quedado con las cigueñas luego de un imperdonable error de Jasper, la cigueña encargada de entregarla de niña.

Sin embargo la disposición gentil de Junior le impide despedir a Tulip, quien tiene un grueso historial de generar desastres en la empresa y en lugar de echarla la encarga de un área olvidada de Cornerstone: la máquina creadora de bebés, donde ella termina creando uno, poniendo en peligro todo el orden social de las cigueñas.

A partir de allí, Junior y Tulip tendrán que trabajar juntos y como una familia, para entregar al bebé recién creado a la familia que le corresponde, enfrentándose en el camino no sólo a los peligros mismos que les ofrece el camino, sino también a las trampas que Hunter y su secuaz Toady que intentan a toda costa evitar que las cigüeñas vuelvan a su antigua vocación.

Hay que reconocer que el guión es en sí mismo bastante espinoso, empezando por todo el cuento de «una máquina que fabrica bebés» como mercancias… y que en definitiva podría dar paso a un extenso y largo debate en el que yo, por supuesto no seré el protagonista y que iniciaron, hace ya bastante tiempo, películas como Children of Men y Man of Steel. Pero lo que hace particularmente diferente a esta película es el enfoque educativo que hacen sobre esta cuestión.

Sin embargo, la película no se arriesga demasiado en la estructura de la historia que es en esencia la misma de cualquier película animada, sea de Disney, de FOX, o de Warner: dos individuos que no se llevan muy bien tienen que unir fuerzas para alcanzar un objetivo común, e intentando alcanzar este objetivo se dan cuenta que son los mejores amigos del mundo y del universo en general. Un armazón del que no se escapa ni Zootopia.

La dirección, para qué, es bastante acertada. La animación de Cornerstone, la Montaña de las Cigüeñas y la máquina de los bebés ciertamente tiene una calidad bastante superior a lo que se podría haber esperado. Los personajes están bien construidos y por lo general se mantienen coherentes hasta el final de la película. Hay escenas divertidas, dramáticas y hasta de acción, pero lastimosamente no se compaginan con unos buenos diálogos.

Sin embargo no creo equivocarme al decir que es el remate de la cinta, es decir los últimos minutos los que en definitiva elevan a un muy buen nivel el resto del largometraje, porque logran enviar el mensaje de que no es necesario un vínculo de sangre, ni mucho menos una estructura predeterminada para armar una familia. Lo más importante es el amor.

Entonces, en resumen, Cigüeñas es una película que a pesar de tener varias deficiencias en asuntos como la originalidad y el mismo guión, tiene un valor especial por el mensaje que tiene y que logra entregar de manera precisa… al igual que estas cigüeñas fantásticas logran entregar todos sus paquetes a tiempo.

4,12 / 5,00