Cuando Dwayne Johnson aceptó el pequeño papel del Rey Escorpión en la segunda entrega de La Momia, en 2001, quizás no pensó a dónde lo llevaría su carrera. Y hoy, 17 años después la respuesta es bastante clara: Dwayne Johnson está encasillado.
El temor más persistente para los actores en Hollywood y en todo el mundo es verse encasillados, por dos razones: la primera, por lo poco interesante que resulta interpretar siempre el mismo personaje y la segunda, porque tarde o temprano, ese mismo tipo de personajes va a pasar de moda, y en consecuencia se acaban las opciones de trabajo.
Quizás le pueda sorprender que, por ejemplo, Tom Hanks es frecuentemente solicitado para cierto tipo de personajes: Castaway, The Terminal, Filadelfia, Captain Phillips y Sully presentan a Hanks como un personaje que sufre una catástrofe y debe enfrentarse a las consecuencias de la misma. Ese es el prototipo en el que encaja. Por eso sus películas de la saga de El Código Da Vinci no han sido tan exitosas.
Así mismo, Dwayne Johnson se ha encasillado como el tipo rudo y divertido que salva al mundo con la fuerza de sus músculos, su carisma, y millones de dólares en efectos especiales. Ese ha sido el plan de películas como San Andreas, Jumanji: Welcome to the Jungle, Baywatch y todas las de Fast & The Furious. Para 2018 Johnson estrena dos películas tituladas Rampage y Skyscraper y ambas tienen el mismo esquema: algo malo pasa, mucha destrucción, vidrios rotos, chistes de Johnson, peleas cuerpo a cuerpo y armas monstruosas. ¿Llegará el momento en que la misma fórmula repetida se agotará y el público no quiera ver más a Dwayne Johnson? ¿Podrá hacer otros personajes? Eso sólo lo dirá el tiempo, hoy veamos que tan buena es su película más reciente Rampage: Devastación …
¿De qué se trata Rampage: Devastación?
Davis Okoye (Johnson), un especialista en primates en San Diego, California, intenta comprender la razón por la que uno de sus animales, George, un gorila albino incrementa incomprensiblemente de tamaño tras una noche. Y lo peor es que George no es el único animal que lo ha hecho.
La única solución a la vista es dada por la doctora Kate Caldwell (Naomie Harries) quien podría no sólo explicar las razones detrás del misterioso y peligroso crecimiento, sino incluso una cura para el mismo. Algo que los que están detrás del misterio no están dispuestos a consentir.
¿Qué tan buena es Rampage: Devastación?
Sólo se puede decir que esta película es entretenida, como todas en las que participa el encasillado de Dwayne Johnson, es decir: chistes, peleas, músculos, armas, misiones imposibles y muchos, muchos efectos especiales. Al menos no se va a dormir en la película.
¿Qué tiene de malo Rampage: Devastación?
Lo primero que se me pasó por la cabeza cuando estaba viendo esta película, era lo mucho que se asemejaba a las películas de Netflix. Es decir, extravaganza, efectos especiales, un intento de drama nada efectivo y una dirección bastante mediocre.
Me pregunto si antes de que Universal consiguiera a Dwayne Johnson, el guión era otro, y se lo adaptaron fielmente a la personalidad del ex-luchador. Si fue así, muy probablemente el guión original era mucho peor de lo que terminó siendo este.
Y eso que no mencionamos los «homenajes» de la cinta a otras películas, homenajes que ya sinceramente rayaban en el plagio.
En resumen: Rampage: Devastación es una secuencia de escenas repletas de efectos especiales que intenta encontrar un alma y corazón en un drama desabrido que no tiene ni ton ni son. Tan poco hay que decir de esta película, que resultó más interesante y amplio hablar de lo encasillado que está el protagonista.