Imagine que un vecino le toca la puerta a medianoche y le solicita permiso para pasar por su casa, para llegar a la de él del otro lado de la calle. Por supuesto si usted quiere colaborar con el vecino y lo conoce muy bien, podría perfectamente hacerle el favor y dejarlo cruzar por su vivienda, pero si en lugar de eso, este vecino ha estado hablando pestes de usted por años, nadie le criticaría que usted le denegara el acceso. Aún más escandaloso sería que este vecino pusiera el grito en el cielo por que usted no lo dejo pasar por su propiedad. La anterior es una muy buena analogía de lo que pasó en el ya famoso incidente del presidente de Bolivia, Evo Morales en Europa.

Evo Morales es el vecino inoportuno que pide permiso para atravesar el territorio soberano de Francia, España y Portugal. Ahora, estos países europeos tienen el derecho soberano de conceder o denegar ese permiso, así el señor Evo y su delegación tengan pasaportes diplomáticos. Desconozco bastante de Derecho Internacional, pero no creo que por ejemplo España este obligada a dejar pasar a cualquier líder de estado por su territorio, mucho más cuando este líder no ha ahorrado en insultos y epítetos denigrantes para este país y sus habitantes, llegando hasta el punto de expropiar miles de millones de dólares en activos de origen español, asentados en Bolivia. ¿Quieren juzgar ahora por qué España es más amiga de Estados Unidos que de Bolivia?
Estados Unidos es uno de los aliados más importantes de España, y claro en Washington no están dando ordenes de expropiación para las empresas españolas en suelo estadounidense, como si lo hacen desde La Paz. Así que si fue verdad que Estados Unidos solicitó a estos países que impidieran que Evo Morales cruzara su territorio, tendrían toda la razón en colaborar con el País del Norte, así el aymara se rompiera las vestiduras y se echara ceniza en la cabeza.
De cierta manera, el mismo Evo Morales se labró esta situación a pulso. Luego de ser una de las marionetas favoritas del difunto Hugo Chávez, copiando sus discursos anti-estadounidenses para ganar votos, y de atravesar medio mundo sin razón aparente para aterrizar en Rusia, el mismo país donde se encuentra Edward Snowden, no es de sorprender que a alguien se le ocurriera que dentro del avión iba el polémico agente.
No tengo nada en contra de Edward Snowden, es más, aplaudo las agallas que tuvo para echarse de enemigo al gobierno más poderoso del mundo y poner a vista de todo el mundo la verdad sobre la transformación del Estado norteamericano en un gobierno que espía a sus ciudadanos y a los ciudadanos de todo el mundo, incluso aquí mismo en Colombia, pero la pregunta que se hacen ahora todos los países que tienen negocios y alianzas con Estados Unidos es si vale la pena echarse de enemigo a este país, aceptando las peticiones de asilo de Snowden.
Ahora, hay muchos países como Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Argentina y la misma Bolivia, que se llenan la boca hablando pestes sobre Estados Unidos y sobre la necesidad que tiene el mundo de librarse del «yugo anti-imperialista», que podrían muy bien otorgarle el asilo a Snowden… pero hasta la fecha ninguno de ellos lo ha hecho ¿Por qué? Por la sencilla razón de que su discurso es una gran mentira, utilizan a los Estados Unidos como el enemigo malvado para mantener alineada a la población, pero sin embargo les venden a los gringos todo lo que pueden para mantener a flote sus economías.

Si fuera verdad que estos países fueran tan «anti-imperialistas» como dicen ya le hubiese otorgado el asilo a Edward Snowden hace ratos. Realmente esta situación con Snowden parece de nunca acabar y espero de verdad que consiga el asilo en algún lugar del mundo, así sea en Bolivia, a lo mejor aprende a masticar la hoja de coca y a engancharse coronas de flores en el cuello para llamar a la lluvia. Falta ver si Snowden quiera. Igual a Evo Morales, ya ni lo respetan, ni mucho menos le temen.