Recuerdo muy bien el episodio. Era el séptimo capítulo de la séptima temporada de The West Wing y era un episodio especial, porque no era un episodio grabado, sino que se transmitiría en vivo y en directo. En este capítulo titulado simplemente «El Debate», los candidatos demócrata Matt Santos (Jimmy Smits) y republicano Arnold Vinick (Alan Alda) se enfrentaban en un debate, álgido, eso sí, pero un debate en el que se enfrentaban ideas, no egos, ni pantallas.
Ese debate, dirigido por Alex Graves, representaba muy fielmente el estilo de los debates de la política estadounidense, en los que las diferencias era ideológicas, nunca personales; algo que ya está a punto de extinguirse en el poderoso país del norte, acercándolo inexorablemente a Continúa leyendo ¿Por qué Donald Trump sigue ganando? ^ Columnas X.
Y resultó que el negro no era tan bueno después de todo. Y es que a pesar de los aires de pureza y bondad que se dio Barack Obama para hacerse elegir, no una, sino dos veces, resulta irónico y hasta gracioso que haya sido el presidente que se vendió como la encarnación del cambio durante sus campañas el que más haya pisoteado los derechos de sus ciudadanos y poner a los Estados Unidos, la nación de la libertad y la democracia, en el mismo plano de países con un talante tan controversial como China, Rusia y hasta la misma Corea del Norte. Pero claro, como era el presidente negro, nadie lo creyó capaz de semejantes barbaridades hasta ahora.
Puede que George W. Bush haya sido el peor presidente de los Estados Unidos en toda su historia, un inepto, un incompetente y todo lo que sus detractores le quieran colgar encima, pero al menos Bush nunca trató de ocultar sus intenciones y siempre fue partidario abierto de reducir ciertas libertades en favor de la seguridad. Eso no es ningún secreto. Pero el asunto con el «inmaculado» Barack Obama, es que en sus discursos siempre habló mierda sobre construir una mejor nación, respetar los derechos de los ciudadanos y una sarta de embustes que ni los mismos demócratas se alcanzaron a tragar en su totalidad.
Si el cambio que prometía Barack Obama empezaba con quitarle el derecho a la privacidad a la gente, entonces sí cumplió.
Y es en medio de toda este desfile de embustes donde la verdad empezó a salir a la luz. Edward Snowden, ex-técnico de la NSA, le confesó a The Guardian y a otros medios, hace menos de dos semanas que la famosa Agencia Nacional de Seguridad (NSA) no sólo estaba interviniendo teléfonos sin ninguna orden judicial, cosa que podían hacer bajo la luz de la Ley Patriota, sino que además estaban grabando y recolectando cientos de millones de llamadas telefónicas, no sólo en los Estados Unidos, sino fuera del país también. Pero el asunto no llegaba hasta ahí. El gobierno Obama no se conformó con escuchar las llamadas telefónicas, sino que prácticamente se le metió en la pieza a medio mundo. Sí, medio mundo.
Microsoft y Facebook ya admitieron que la NSA estaba metida de cabeza en sus servidores, teniendo acceso a la información privada y privilegiada de miles de millones de usuarios. ¿Le parece eso monstruoso? Sólo es la punta del iceberg, el gobierno Obama decidió que ya no quería ir hasta Facebook y Microsoft a violar la privacidad de la gente, sino que era mejor consultarla desde la comodidad de sus cuarteles y es allí donde entra el llamado proyecto PRISM (Prisma).
Desde 2007, PRISM o Prisma empezó a recolectar datos de los más importantes proveedores de servicios informáticos en el mundo, empezando con Microsft hasta llegar a Apple (Fuente: Techcrunch).
Sólo en los más oscuros trabajos de ciencia ficción se podría concebir algo más retorcido. PRISM o Prisma permitiría a la NSA (o sea a un montón de desconocidos de moralidad bastante cuestionable) acceder directamente a todos los servidores no sólo de Microsoft y Facebook, sino de Yahoo, Google, PalTalk, Aol y Apple… y está claro que en este punto ya no sólo se está hablando de la privacidad de los estadounidenses, sino de miles de millones de personas en el mundo que usan estos servicios.
La magnitud de esta violación descarada a los derechos de los ciudadanos es difícil de comprender, pero para poner un ejemplo… si usted es propietario de un iPhone, un Android o un WindowsPhone con conexión a internet en cualquier lugar del mundo, el gobierno de Estados Unidos tendría la capacidad de acceder a los archivos de su teléfono, activar sus cámaras y grabar esta información y utilizarla luego en su contra. No suena divertido ¿O sí?
Edward Snowden, el técnico que destapó la olla podrida de la NSA, es considerado un criminal por la autoridades estadounidenses, pero otros lo consideran un héroe.
No soy realmente un fanático del Status Quo o de eso de «Sino está roto no lo arregles» (de hecho creo que el mundo requiere cambios urgentes) pero cada vez que veo la palabra «Cambio» atada a una campaña electoral, se que las cosas se van a poner muy mal, si lo sabremos los colombianos que elegimos a un inútil como Andrés Pastrana con el eslogan de «El Cambio es Ahora», y ahora mismo lo están experimentando los estadounidenses con el «El Cambio En El Que Podemos Creer» de su «salvador» Barack Obama.´
En Colombia también votamos por «el cambio» y ya todos sabemos como terminó todo eso.
Así que antes de votar por un candidato que promete el «cambio» y dejarse llevar por el resentimiento, o por el color de la piel del mismo, piénselo mejor, no vaya a ser que luego de que le violen el derecho a la privacidad, también lo hagan con el derecho a la vida y a la propiedad privada. Uno nunca sabe. Puede que su candidato se destiña lentamente, igual que le pasó a Obama.
PD. Twitter hasta ahora es la única plataforma importante que se rehusó a participar en PRISM (Prisma), así que si sus tweets son privados, relájese.