El Código Da Vinci: Libro vs Película.

La primera vez que vi un libro de «El Código Da Vinci» me pasó por la cabeza el mismo pensamiento que tuvo Leigh Teabing (Ian McKellen en la película) cuando supo que Jacques Sauniére le había heredado el más grande secreto de la historia a su nieta «No se lo merece». Claro, pensaba en aquél tiempo que el libro que catapultó a Dan Brown al estrellato literario era una pieza de calidad científica que exponía sin lugar a dudas que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana era un fraude. Sin embargo luego de haberlo leído puedo decir cuatro palabras, las mismas que dijo Fermina Daza cuando le preguntaron sobre Europa luego de haberla conocido en la luna de miel «Más es la bulla».

Mis grandes expectativas respecto a «El Código Da Vinci» se deben principalmente a la emoción que le escuché a una no muy perspicaz pariente lejana (la misma del primer párrafo) cuando hablaba del mismo igual que si hubiese descubierto la piedra filosofal, claro si en realidad hubiese tenido idea de que era eso. Grave error mio, escuchar a alguien que se levantaba los fines de semana directamente a almorzar. Y la segunda fue haber sido testigo de la manera en que los críticos destruyeron la cinta basada en la misma obra, y es que habiendo leído que la película era una «pésima» adpatación del super bestseller de Dan Brown, imaginé, sin temor a equivocarme que el libro era una de las grandes obras de nuestro tiempo.  Nada de eso.

«El Código Da Vinci»  (ECDV) es un libro de unas 550 páginas (Edición de Planeta) pero me atrevo decir que un 25% por de esas páginas son puro y simple espacio vacío. Al igual que en su más reciente libro «Inferno» los capítulos de Dan Brown en ECDV son sumamente cortos y casi no amerita un número tan grande encabezándolo, ni las pedazos de página en blanco que separan estas partes del libro.

Habiendo visto la película y leído el libro, evidentemente el libro es mejor que la película, pero sin entrar en el plano de los superlativos. «El Código Da Vinci» es un libro escrito para generar polémica, pero hay que ser muy tonto y/o caído del zarzo para caer en una provocación de ese tipo. Es como si el gerente de la empresa se rebajara a abofetear a las recepcionistas por que dijeron en el baño que no se le paraba. Así se ve la Iglesia Católica poniendo el grito en el cielo por este libro. Es muy evidente que Brown adaptó muchísimos hechos históricos, para acomodarlos a la trama de su libro y aunque es definitivamente muy entretenido leerlo, no se trata de un documento científico y/o histórico, ni mucho menos.

Es obvio que el caracter de bestseller de ECDV se debe más al avispero y al alboroto que generó la misma Iglesia (al igual que sucedió con Harry Potter) que a su calidad literaria. No quiero decir con esto que Dan Brown sea un mal escritor, de hecho diría que es brillante, pero su éxito (al igual que el de Lady Gaga) es más un éxito de mercadeo que literario.

Pasando a las diferencias entre el libro y la película, Brown escribió una compleja red de misterio, drama y acción, que en el libro están perfectamente balanceados. Diría que Brown es un arquitecto de libros, sabiendo que, cómo y cuando va a pasar todo y la manera de maximizar su efecto en el lector, utilizando los puntos de vista de los personajes para hacer creer al lector lo que no es. Las películas basadas en libros tienen el dilema de qué hacer con el material original. Si se aferran demasiado a él, terminan películas larguísimas con detalles innecesarios y diálogos aburridísimos. Si no lo hacen corren el riesgo de quitarle la esencia a la cinta y de paso echarse encima al público. Tenaz.

La película dirigida por Ron Howard, trató de hacer lo primero, adaptando detalles como que ya las búsquedas se hacen en Google y no en computadores obsoletos en Bibliotecas Olvidadas, pero en esencia trata de seguir demasiado cerca al material original, incluso en el orden de las escenas. Es así como la historia de Silas, que en el libro tiene perfecto sentido como contrapeso a Langdon, en la película se torna aburridor, en pantalla no era necesario tratar de entender las motivaciones de Silas, bastaba con saber que los principales principales estaban bajo un inminente peligro y luego ir destapando poco a poco la conspiración e ir entendiendo las motivaciones de los personajes.  Lo mismo pasa con el Obispo Aringarosa.

La parte que más le critican a la cinta, es el último acto donde se empieza a revelar la verdad. Esta verdad es compleja, pero el lector la puede entender, debido a los capítulos «colchón» que incluye Brown para explicarlo todo, pero en la pantalla grande esa dinámica no funciona y es preferible que al menos en las situaciones menos importantes, no haya necesidad de andar ocultando nada, paradespues intentar explicar con el uso extensivo de diálogos y flashbacks. La conspiración final, esa sí debía ser sorprendente, pero fue precisamente ese el detalle que revelaron demasiado temprano en la película.

Este es el segundo libro de la colección de Dan Brown que leo, como voy en orden inverso, seguiría «Ángeles y Demonios» y me preocupa que sus libros sigan una estructura tan similar. Los escritores suelen tomar el riesgo de reinventarse, Hasta Arthur Conan Doyle y Agatha Christie se preocuparon por darle a sus heroicos personajes distintos contextos y no condenarlos a hacer y padecer lo mismo a cada rato. Algunas veces tienen éxito, otra veces fallan, pero si ya son escritores reconocidos, es un lujo que se pueden dar. Sino pregúntenle a J.K. Rowlings, que a pesar de que nadie se acuerda si quiera del nombre de la novela que sacó después de Harry Potter, muy bien que sigue. Claro que ser la mujer más rica de Inglaterra debe ayudar un poco.

PD: Les dejo la mejor escena de la película.

Libro 2/6. Faltan 4.

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Dan Brown e «Inferno»

Nota Inicial: No hay spoilers, así que lea con confianza.

Dan Brown «Inferno»

Bueno, ya hace un par de semanas (¡pero cómo vuela el tiempo!) desde que me leí el libro más reciente del escritor estadounidense Dan Brown, sí, el mismo de «El Código Da Vinci» y luego de reflexionar varios días al respecto, puedo decir que el libro es fascinante, pero al mismo tiempo demasiado… ¿cómo decirlo?  ¿absurdo? Sí, esos son los dos adjetivos que se merece «Inferno», fascinante y absurdo.

«Inferno» es la cuarta novela de Dan Brown y sigue en la linea de sus otras tres novelas tratando temas espinosos y aprovechando para poner el dedo en la llaga, esta vez con el tema de la sobrepoblación mundial.

Evidentemente Brown quería sentar su postura frente al hecho que nos estamos dirigiendo hacia un abismo sin fondo con cada niño que nace y pone en tela de juicio la moralidad de aquellos que se hacen los de la vista gorda ante el problema. Pero si la novela es sobre la sobrepoblación ¿Por qué se llama «Inferno»?

Bueno como en todas las obras de Dan Brown, de alguna manera tenía que meter a Robert Langdon descifrando códigos y esta vez le toca no sólo para evitar un desastre, como en todas sus Brownie-aventuras sino para recuperar dos días que fueron borrados de su memoria. Para hacerlo deberá seguir las pistas dejadas por un trastornado, obsesionado con el «Inferno» de Dante, quizás la obra más importante en italiano.

Pero a diferencia del «Inferno» de Dante, el «Inferno» de Brown no es un poema épico, sino… bueno, en realidad es difícil clasificarlo en un sólo genero y es más diría que tiene más en común con un libro de turismo, que con una novela de misterio. El libro hace un extenso recorrido por tres ciudades, siendo la primera de ella Florencia (las otras dos me las reservo, no vayan a decir que les dañé el libro)… con un detalle que deja en ridículo a Tripadvisor o a Kayak. Pero ese recorrido tiene un propósito… y es el de descubrir la verdad de los dos días perdidos de Robert Langdon.

El libro está escrito desde varios puntos de vista, siendo el más importante (por supuesto) el de Robert Langdon, en capítulos cortos que hacen que el argumento fluya con rapidez. Evidentemente el propósito de los otros puntos de vista presente en el libro no es el de aclarar nada, sino más bien el de enredar al lector en una serie de asumpciones, que contribuyen a un final bastante sorprendente.

Algo que no pude dejar de notar es que confirmo que Tom Hanks no era el indicado para interpretar a Langdon, en ese papel debe haber alguien que no se vea tan endeble como Hanks, que ha hecho su carrera a base de personajes dramáticos y nada de acción, pero bueno, Ron Howard es el que debe saber esa vaina.

Florencia, Italia, donde transcurre buena parte de la acción.

Es interesante ver como es Langdon el único personaje que sabemos bien como es, los otros, como en todos sus libros, los buenos resultan malos, y después buenos otra vez y así mismo con los villanos, que en realidad era buenos y luego son más malos aún…. y es ahí donde todos los puntos positivos del libro se vuelven en su contra. Está bien que haya uno o dos giros sorpredentes en la historia, pero cuando ya pasan de tres o cuatro y el número de situaciones improbables e imposibles aumenta exponencialmente al final, el libro pierde cualquier validez que hubiese podido tener por fuera del entretenimiento.

Para resumir, sí, vale la pena leer el libro, pero no espere una obra de arte, como las que abundan en las descripciones del libro… no la va a encontrar.

PD: Libro 1/6 para 2013, faltan 5.