La Torre Oscura ^ Análisis y Explicación

La Torre Oscura (Título original: The Dark Tower) es protagonizada por Idris Elba como el legendario pistolero Roland Deschain, Matthew McConaughey como el enigmático Hombre de Negro y Tom Taylor como el talentoso Jake Chambers, y como bien podría esperarse de una película que está basada en una de las obras más extensas y complejas del prolífico Stephen King, puede que al final de sus 95 minutos de duración haya quedado una que otra duda. Más aún si se tiene en cuenta que estamos hablando que el material base es una de las sagas de fantasía más importantes de la historia reciente, quizás al mismo nivel que La Canción de Hielo y Fuego de G.R.R. Martin.

Pero si luego de que rodaron los créditos de La Torre Oscura a usted lo asaltó uno que otro interrogante, permítame decirle que ha llegado al lugar indicado, porque justo ahora mismo empezaremos con el Análisis y la Explicación de … La Torre Oscura.

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1 ^ ¿La Torre Oscura tiene escenas post-créditos?

En un mundo donde ya no es seguro salir disparado de la sala de cine apenas aparece el nombre del director sobre un fondo negro en la pantalla, por el temor de perderse el último apéndice de la cinta, la primera pregunta que nos asalta no solo al final de La Torre Oscura, sino de cualquier película es ¿hay una escena post-créditos? ¿ya me puedo ir?

Pues en este caso les comento que La Torre Oscura NO tiene Continúa leyendo La Torre Oscura ^ Análisis y Explicación

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El Código Da Vinci: Libro vs Película.

La primera vez que vi un libro de «El Código Da Vinci» me pasó por la cabeza el mismo pensamiento que tuvo Leigh Teabing (Ian McKellen en la película) cuando supo que Jacques Sauniére le había heredado el más grande secreto de la historia a su nieta «No se lo merece». Claro, pensaba en aquél tiempo que el libro que catapultó a Dan Brown al estrellato literario era una pieza de calidad científica que exponía sin lugar a dudas que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana era un fraude. Sin embargo luego de haberlo leído puedo decir cuatro palabras, las mismas que dijo Fermina Daza cuando le preguntaron sobre Europa luego de haberla conocido en la luna de miel «Más es la bulla».

Mis grandes expectativas respecto a «El Código Da Vinci» se deben principalmente a la emoción que le escuché a una no muy perspicaz pariente lejana (la misma del primer párrafo) cuando hablaba del mismo igual que si hubiese descubierto la piedra filosofal, claro si en realidad hubiese tenido idea de que era eso. Grave error mio, escuchar a alguien que se levantaba los fines de semana directamente a almorzar. Y la segunda fue haber sido testigo de la manera en que los críticos destruyeron la cinta basada en la misma obra, y es que habiendo leído que la película era una «pésima» adpatación del super bestseller de Dan Brown, imaginé, sin temor a equivocarme que el libro era una de las grandes obras de nuestro tiempo.  Nada de eso.

«El Código Da Vinci»  (ECDV) es un libro de unas 550 páginas (Edición de Planeta) pero me atrevo decir que un 25% por de esas páginas son puro y simple espacio vacío. Al igual que en su más reciente libro «Inferno» los capítulos de Dan Brown en ECDV son sumamente cortos y casi no amerita un número tan grande encabezándolo, ni las pedazos de página en blanco que separan estas partes del libro.

Habiendo visto la película y leído el libro, evidentemente el libro es mejor que la película, pero sin entrar en el plano de los superlativos. «El Código Da Vinci» es un libro escrito para generar polémica, pero hay que ser muy tonto y/o caído del zarzo para caer en una provocación de ese tipo. Es como si el gerente de la empresa se rebajara a abofetear a las recepcionistas por que dijeron en el baño que no se le paraba. Así se ve la Iglesia Católica poniendo el grito en el cielo por este libro. Es muy evidente que Brown adaptó muchísimos hechos históricos, para acomodarlos a la trama de su libro y aunque es definitivamente muy entretenido leerlo, no se trata de un documento científico y/o histórico, ni mucho menos.

Es obvio que el caracter de bestseller de ECDV se debe más al avispero y al alboroto que generó la misma Iglesia (al igual que sucedió con Harry Potter) que a su calidad literaria. No quiero decir con esto que Dan Brown sea un mal escritor, de hecho diría que es brillante, pero su éxito (al igual que el de Lady Gaga) es más un éxito de mercadeo que literario.

Pasando a las diferencias entre el libro y la película, Brown escribió una compleja red de misterio, drama y acción, que en el libro están perfectamente balanceados. Diría que Brown es un arquitecto de libros, sabiendo que, cómo y cuando va a pasar todo y la manera de maximizar su efecto en el lector, utilizando los puntos de vista de los personajes para hacer creer al lector lo que no es. Las películas basadas en libros tienen el dilema de qué hacer con el material original. Si se aferran demasiado a él, terminan películas larguísimas con detalles innecesarios y diálogos aburridísimos. Si no lo hacen corren el riesgo de quitarle la esencia a la cinta y de paso echarse encima al público. Tenaz.

La película dirigida por Ron Howard, trató de hacer lo primero, adaptando detalles como que ya las búsquedas se hacen en Google y no en computadores obsoletos en Bibliotecas Olvidadas, pero en esencia trata de seguir demasiado cerca al material original, incluso en el orden de las escenas. Es así como la historia de Silas, que en el libro tiene perfecto sentido como contrapeso a Langdon, en la película se torna aburridor, en pantalla no era necesario tratar de entender las motivaciones de Silas, bastaba con saber que los principales principales estaban bajo un inminente peligro y luego ir destapando poco a poco la conspiración e ir entendiendo las motivaciones de los personajes.  Lo mismo pasa con el Obispo Aringarosa.

La parte que más le critican a la cinta, es el último acto donde se empieza a revelar la verdad. Esta verdad es compleja, pero el lector la puede entender, debido a los capítulos «colchón» que incluye Brown para explicarlo todo, pero en la pantalla grande esa dinámica no funciona y es preferible que al menos en las situaciones menos importantes, no haya necesidad de andar ocultando nada, paradespues intentar explicar con el uso extensivo de diálogos y flashbacks. La conspiración final, esa sí debía ser sorprendente, pero fue precisamente ese el detalle que revelaron demasiado temprano en la película.

Este es el segundo libro de la colección de Dan Brown que leo, como voy en orden inverso, seguiría «Ángeles y Demonios» y me preocupa que sus libros sigan una estructura tan similar. Los escritores suelen tomar el riesgo de reinventarse, Hasta Arthur Conan Doyle y Agatha Christie se preocuparon por darle a sus heroicos personajes distintos contextos y no condenarlos a hacer y padecer lo mismo a cada rato. Algunas veces tienen éxito, otra veces fallan, pero si ya son escritores reconocidos, es un lujo que se pueden dar. Sino pregúntenle a J.K. Rowlings, que a pesar de que nadie se acuerda si quiera del nombre de la novela que sacó después de Harry Potter, muy bien que sigue. Claro que ser la mujer más rica de Inglaterra debe ayudar un poco.

PD: Les dejo la mejor escena de la película.

Libro 2/6. Faltan 4.