Reseñas X ^ Ben-Hur.

¿Me creerían si les dijera que tengo una conexión especial con Ben-Hur? Ben-Hur, por supuesto la versión de 1959, fue la primera película que recuerdo haber visto en televisión, muy seguramente en algún jueves o viernes santo perdido de mi infancia y además la recuerdo muy bien porque era una de las favoritas de mi mamá, que solía hacer muchas referencias a ella.

Recuerdo muy especialmente la escena de la curación de las leprosas, una escena tan icónica que ha sido el molde que han utilizado otros directores para escenas claves de sus películas como, por ejemplo, Neil Jordan en Entrevista con el Vampiro y Quentin Tarantino, en la mayoría de sus largometrajes.

No hay ninguna discusión en que la Ben-Hur original es una de las mejores películas de toda la historia del cine, mucho más si le encimamos el hecho que la hicieron en una época en la que los que no había computadoras para generar efectos especiales, por lo que surgen dos preguntas respecto a la versión de 2016: ¿le hace esta nueva versión homenaje a la Ben-Hur original? y ¿era esta nueva versión realmente necesaria?

benhur

Ben-Hur (la nueva, no la original) cuenta la historia de Continúa leyendo Reseñas X ^ Ben-Hur.

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El Código Da Vinci: Libro vs Película.

La primera vez que vi un libro de «El Código Da Vinci» me pasó por la cabeza el mismo pensamiento que tuvo Leigh Teabing (Ian McKellen en la película) cuando supo que Jacques Sauniére le había heredado el más grande secreto de la historia a su nieta «No se lo merece». Claro, pensaba en aquél tiempo que el libro que catapultó a Dan Brown al estrellato literario era una pieza de calidad científica que exponía sin lugar a dudas que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana era un fraude. Sin embargo luego de haberlo leído puedo decir cuatro palabras, las mismas que dijo Fermina Daza cuando le preguntaron sobre Europa luego de haberla conocido en la luna de miel «Más es la bulla».

Mis grandes expectativas respecto a «El Código Da Vinci» se deben principalmente a la emoción que le escuché a una no muy perspicaz pariente lejana (la misma del primer párrafo) cuando hablaba del mismo igual que si hubiese descubierto la piedra filosofal, claro si en realidad hubiese tenido idea de que era eso. Grave error mio, escuchar a alguien que se levantaba los fines de semana directamente a almorzar. Y la segunda fue haber sido testigo de la manera en que los críticos destruyeron la cinta basada en la misma obra, y es que habiendo leído que la película era una «pésima» adpatación del super bestseller de Dan Brown, imaginé, sin temor a equivocarme que el libro era una de las grandes obras de nuestro tiempo.  Nada de eso.

«El Código Da Vinci»  (ECDV) es un libro de unas 550 páginas (Edición de Planeta) pero me atrevo decir que un 25% por de esas páginas son puro y simple espacio vacío. Al igual que en su más reciente libro «Inferno» los capítulos de Dan Brown en ECDV son sumamente cortos y casi no amerita un número tan grande encabezándolo, ni las pedazos de página en blanco que separan estas partes del libro.

Habiendo visto la película y leído el libro, evidentemente el libro es mejor que la película, pero sin entrar en el plano de los superlativos. «El Código Da Vinci» es un libro escrito para generar polémica, pero hay que ser muy tonto y/o caído del zarzo para caer en una provocación de ese tipo. Es como si el gerente de la empresa se rebajara a abofetear a las recepcionistas por que dijeron en el baño que no se le paraba. Así se ve la Iglesia Católica poniendo el grito en el cielo por este libro. Es muy evidente que Brown adaptó muchísimos hechos históricos, para acomodarlos a la trama de su libro y aunque es definitivamente muy entretenido leerlo, no se trata de un documento científico y/o histórico, ni mucho menos.

Es obvio que el caracter de bestseller de ECDV se debe más al avispero y al alboroto que generó la misma Iglesia (al igual que sucedió con Harry Potter) que a su calidad literaria. No quiero decir con esto que Dan Brown sea un mal escritor, de hecho diría que es brillante, pero su éxito (al igual que el de Lady Gaga) es más un éxito de mercadeo que literario.

Pasando a las diferencias entre el libro y la película, Brown escribió una compleja red de misterio, drama y acción, que en el libro están perfectamente balanceados. Diría que Brown es un arquitecto de libros, sabiendo que, cómo y cuando va a pasar todo y la manera de maximizar su efecto en el lector, utilizando los puntos de vista de los personajes para hacer creer al lector lo que no es. Las películas basadas en libros tienen el dilema de qué hacer con el material original. Si se aferran demasiado a él, terminan películas larguísimas con detalles innecesarios y diálogos aburridísimos. Si no lo hacen corren el riesgo de quitarle la esencia a la cinta y de paso echarse encima al público. Tenaz.

La película dirigida por Ron Howard, trató de hacer lo primero, adaptando detalles como que ya las búsquedas se hacen en Google y no en computadores obsoletos en Bibliotecas Olvidadas, pero en esencia trata de seguir demasiado cerca al material original, incluso en el orden de las escenas. Es así como la historia de Silas, que en el libro tiene perfecto sentido como contrapeso a Langdon, en la película se torna aburridor, en pantalla no era necesario tratar de entender las motivaciones de Silas, bastaba con saber que los principales principales estaban bajo un inminente peligro y luego ir destapando poco a poco la conspiración e ir entendiendo las motivaciones de los personajes.  Lo mismo pasa con el Obispo Aringarosa.

La parte que más le critican a la cinta, es el último acto donde se empieza a revelar la verdad. Esta verdad es compleja, pero el lector la puede entender, debido a los capítulos «colchón» que incluye Brown para explicarlo todo, pero en la pantalla grande esa dinámica no funciona y es preferible que al menos en las situaciones menos importantes, no haya necesidad de andar ocultando nada, paradespues intentar explicar con el uso extensivo de diálogos y flashbacks. La conspiración final, esa sí debía ser sorprendente, pero fue precisamente ese el detalle que revelaron demasiado temprano en la película.

Este es el segundo libro de la colección de Dan Brown que leo, como voy en orden inverso, seguiría «Ángeles y Demonios» y me preocupa que sus libros sigan una estructura tan similar. Los escritores suelen tomar el riesgo de reinventarse, Hasta Arthur Conan Doyle y Agatha Christie se preocuparon por darle a sus heroicos personajes distintos contextos y no condenarlos a hacer y padecer lo mismo a cada rato. Algunas veces tienen éxito, otra veces fallan, pero si ya son escritores reconocidos, es un lujo que se pueden dar. Sino pregúntenle a J.K. Rowlings, que a pesar de que nadie se acuerda si quiera del nombre de la novela que sacó después de Harry Potter, muy bien que sigue. Claro que ser la mujer más rica de Inglaterra debe ayudar un poco.

PD: Les dejo la mejor escena de la película.

Libro 2/6. Faltan 4.

La Patraña Del 25 De Diciembre.

¿Realmente es lógico pensar que Jesucristo nació el 25 de Diciembre?

En una época en que la gente apenas si recuerda que la navidad se trata de conmemorar el nacimiento de Jesucristo y no de salir a unirse al tumulto de gente en la calle a comprar o aprovechar los días libres para hartarse de ron, parecería irrelevante discutir si la fecha corresponde con el nacimiento de la figura religiosa más importante en el mundo occidental. Pero aún así. No se pierde nada con intentarlo y decir la verdad.

La primera prueba que desafía la fecha del 25 de diciembre como la fecha de nacimiento de Jesús es la lógica. Los evangelios de Lucas y Mateo señalan que este evento tuvo lugar durante un censo que efectuaron los romanos sobre estas provincias, que obligaba a los ciudadanos a trasladarse hasta su sitio de nacimiento. Judea era una provincia rebelde, donde los romanos tenían que usar la fuerza frecuentemente para cosas mucho menos complicadas como la recolección de impuestos, ahora imagínese usted que a los romanos se les ocurriera poner su dichoso censo al inicio del invierno. En aquella época no existían los buses con calefacción y la gente tenía que andar a pie, porque tener un burro en aquella época equivalía  un Rolls Royce en la actualidad. Las temperatura en el desértico medio oriente en la noche bajan a menos de la temperatura de congelación para esas fecha y eso sumado a que las pocas lluvias que caen en la zona, caen en el invierno, usted se imaginará que las carreteras no eran precisamente una belleza. Los romanos hubiesen tenido que estar locos para obligar a los judíos a chupar frío y a aventurarse en lodazales de espanto nada más para contarlos.

El invierno en Israel es lluvioso y frío, un censo en esa época además de ser inefectivo al encarecerse el transporte, hubiese provocado más revueltas en una provincia rebelde.

La segunda prueba que desafía la dichosa fecha es un estudio concienzudo de los evangelios. Los evangelios señalan que Isabel, la prima de María y madre de Juan, el Bautista, tenía unos seis meses de embarazo para cuando Jesús fue concebido. Por tanto al conocer la fecha de nacimiento de Juan, el Bautista se puede conocer la fecha del nacimiento de Jesús. Lucas 1:5 dice «Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías» pues resulta y pasa que los sacerdotes de la clase de Abías tenían su servicio aproximadamente a mediados de junio y Zacarías estaba de servicio cuando supo que Isabel estaba embarazada. Sacando las cuentas, Juan, el Bautista nacería entonces en Marzo y como Jesús nació seis meses después, Septiembre sería el mes en que nació. El mes de Septiembre es una elección mucho más adecuada para que los romanos hagan censos, la temperatura oscila entre 18 y 30 grados y la precipitación se aproxima a cero.

¿Y entonces por qué se celebra el cumpleaños de Jesús para estas fechas?  Por conveniencia, así como los católicos durante la conquista de México asociaron el culto a María con el culto a la diosa azteca de la fertilidad, así mismo Constantino, centurias antes, pensó que la mejor manera de popularizar el cristianismo era asociandolo con los cultos existentes, y el 25 de Diciembre era la fecha en que se celebraba la fiesta de Saturnalia en Roma, una fecha donde se celebraba el fin de las cosechas y el solsticio de invierno.

dioses celebrados en 25
Muchas religiones optan por el solsticio de invierno como una fecha para celebrar.

Curiosamente los romanos no eran los únicos que tenían celebraciones para esa fecha, de hecho muchas civilizaciones en el hemisferio norte las tenían. No es casualidad que muchas religiones tengan esa fecha como una fecha especial.

Pero igual tal y como lo dice este tweet:

la navidad ya no es una fiesta religiosa, sino una excusa para prolongar las vacaciones de fin de año y aprovechar las primas para comprar regalos y relajarse tomando licor. Si alguna vez fue el propósito de esta fechas recordar a Cristo, ya no lo es más. Pero igual estos días de descanso son sagrados a su propia manera, son los días indicados para descansar, estar con la familia y relajarse. Claro siempre con mucha precaución con el licor y sin pólvora.

P.D. Ese fue mi mensaje navideño. Nos vemos la próxima navidad.

La navidad ha mutado de una conmemoración del nacimiento de Cristo a una época comercial donde los comerciantes hacen su agosto.