Bogotá D.C. Septiembre de 2014. En algún punto entre la 30 y la 45.
–Buenos días, mis queridos estudiantes de Cine y Televisión. En la clase de hoy analizaremos una película dirigida por el francés Luc Besson, que quizás ustedes recuerden por la película «El Quinto Elemento», el nombre de su nueva película es «Lucy» ¿Alguien la ha visto?
(Todos levantan la mano)
-Muy bien… entonces describan con una palabra la película, mis queridos estudiantes.
-¡Severa Mamasita!
-¡Plomo!
-¡Heroína! (Ojo, la droga no)
-¡Exagerada!

¡Ay! ¡estos estudiantes de hoy en día! Pero bueno, retomando la pregunta que realizó este ingenuo profesor, quizás la respuesta no es «¡Severa Mamasita!» que en realidad son dos palabras… una palabra que describe muy bien esta película es sencillamente EXPERIMENTO.
«Lucy» es una película FRANCESA, dirigida por Luc Besson y protagonizada por Scarlett Johansson, de hecho creo que es la primera película en la que el estrellato recae única y exclusivamente sobre Johansson, porque en todas las películas donde aparece está acompañada de algún actor (Nathalie Portman en The Other Boleyn Girl) o de muchos (Downey Jr; Hemsworth; Ruffalo, etc en The Avengers). Y creo que hasta le sienta bien no tener que compartir el protagónico, para variar.
Lucy es un experimento, de hecho parece un esfuerzo del director (y probablemente del equipo de producción) en realizar una película con todo el estilo artístico europeo, capaz al mismo tiempo de atrapar al exigente y frívolo público estadounidense. Para tal efecto contaron con una de las actrices más populares y atractivas de Hollywood, le añadieron un toque de heroína con súper-poderes y un mito que la mayoría de los mortales cree que es cierto.

Scarlett Johansson representa a Lucy, una chica estadounidense que queda atrapada en medio de las mafias narcotraficante del Este de Asia y que en el proceso de servir de mula de una peligrosa sustancia, se ve expuesta a ella y es capaz de expandir el porcentaje de utilización de su cerebro progresivamente hasta llegar al 100%. Por supuesto, la mayoría de los científicos no concuerdan con la teoría de que los humanos sólo usamos el 10% de nuestra capacidad cerebral, y que de hecho usamos, incluso dormidos, el 100% del órgano que nos hace humanos. Pero claro, el espectador medio de Estados Unidos ni tendrá idea de eso.
Por otro lado, la película está dirigida, organizada y escrita al modo preciosista y artístico del cine europeo, que con películas como esta y como Nymphomaniac, quiere salir del closet de las salas de cine a medio llenar y del cine arte, para convertirse en una verdadera opción de entretenimiento, sin perder el alma en el proceso.
Cómo toda película europea, Lucy está cuidada al detalle, cada toma, cada cuadro, cada diálogo, cada locación, cada vestuario, cada gesto, está perfectamente cuidado y todo combinado se traduce en una excelente experiencia visual. La actuación de Johansson es pertinente al ritmo y estilo de la película pudiendo interpretar muy bien los momentos claves del personaje, en lo que sin duda es su mejor trabajo hasta la fecha.
Las actuaciones de Amr Waked y Choi Min-sik y Morgan Freeman, en sus personajes del bueno, el malo y el sabio complementan y balancean el peso de Johansson en la cinta. El argumento, a pesar del mito en el que se basa, es coherente, consecuente y sólido. Quizás al final parece dejar demasiados cabos sueltos, pero ¡es una película europea! ¿Qué esperaban?

Quizás el único lunar visible en la cinta es la carga de violencia gratuita en algunas secciones, un tanto fuera de contexto, pero nada que le reste algún punto en cualquier sentido a la cinta. Una película que 1) va a tener secuela, eso no lo duden, 2) se convertirá en una película de culto, prepárate Buffy, la cazavampiros y 3) Toca ver y si quieren entenderla un poco mejor, quizás repetirla. Quizás hasta los estudiantes de la introducción quieran hacerlo a ver si encuentran un adjetivo apropiado esta vez.
Calificación: 4.32/5.00