Reseñas X ^ Hitman: Agente 47.

En el complicado y sórdido mundo del cine, una película puede estar restringida por muchos factores, desde los diálogos sin palabrotas, en películas para toda la familia, pasando por la elusión de temas controversiales, como la sexualidad o la religión, hasta las imperecederas limitaciones presupuestales… pareciera que hoy en día los largometrajes se producen no tanto con lo que quieren mostrar, como por todo aquello que NO pueden. Sin embargo, en la obra prima del director alemán, titulada Hitman: Agente 47 (Hitman: Agent 47) parece haber surgido otro tipo de restricción de la cuál no me había percatado en otras cintas, y es la limitación que le impone su propio apelativo. Pero antes de entrar en detalles, veamos de que trata la película.

Hitman: Agente 86, narra la historia de Katia Van Dees (Hannah Ware) una escurridiza mujer cuyo único propósito es él de encontrar a su padre, el desaparecido doctor Litvenko (Ciarán Hinds). Mientras tanto, una corporación llamada Syndicate International, que también trata de ubicar a Litvenko cree que Katia podría tener la clave para encontrarlo, por eso envían al agente John Smith (Zachary Quinto) para acercarse a ella y desentrañar la localización del científico. Sin embargo, los planes de John y Katia son interrumpidos repentinamente con la llegada del Agente 47 (Rupert Friend) quien está íntimamente ligado a Katia y a su padre, y que tiene otros planes para ella.

No es muy difícil notar, que dentro del contexto, el Agente 47, que irónicamente le da el nombre a la película, es el personaje menos relevante en ella.

Efectivamente, mientras transcurre el primer acto, donde tienen prevalencia los personajes de Ware y Quinto, la película se demuestra como una pieza, si bien no sólida, al menos bastante coherente de suspenso corporativo. Pero es justo en el momento en que aparece el Agente 47 cuando la película pasa de un suspenso relativamente bien trabajado, a una plástica y artificial trama de acción, que no tiene nada que envidiarle al video juego en la que se basó.

No sólo es que todas las secuencias donde aparece el mencionado Agente 47, parezcan sacadas del video juego, haciendo uso de los clásicos clichés de la cámara lenta, el encuadre tembloroso y el remate de afiche promocional, sino que la misma actuación de Friend se ve fingida y artificial, al tiempo que el argumento se enfrasca en unos giros absurdos de la historia, que hacen que se asemeje más a un culebrón venezolano de los años 80 (sí, porque ahora ya no hacen) que a una buena película de acción de Hollywood.

Quisiera rescatar la actuación de Zachary Quinto, y quizás la de Hannah Ware, pero es que todo el trabajo decente que lograron en la primera parte, se difuminó por completo en el resto de la película, que dicho de la forma más corta posible, parecía una fotocopia desdibujada de Soldado Universal con los giros argumentales de todas las películas de Terminator, condensados en 96 minutos.

No dudo que Hitman: Agente 47 pueda parecer entretenida, porque, igual, tiene muchas secuencias de acción, peleas, bravuconadas, y el sentimentalismo barato de un melodrama mexicano, pero aunque otras películas hayan logrado traducir todo eso en una cinta con algún significado o mensaje envuelto en el desarrollo de sus personajes, en esta no pasan de ser un cúmulo de escenas amontonadas, algunas con escenarios exóticos, sí, pero que merecían pasar directamente al DVD/BlueRay, y bajo ninguna circunstancia a la pantalla de un teatro de cine.

En conclusión Hitman: Agente 47 hubiese sido una mejor película, si no hubiera estado el mencionado Agente 47. Lástima que no le podían cambiar el nombre.

P.D. No confundir al Agente 47, con el Súper Agente 86, a mi me pasó y me tocó corregir toda la reseña.