Proveniente del latín PLEBISCITUM, que traduce “Decreto de la gente del común”, un plebiscito es una consulta realizada por los poderes púbicos para que la ciudadanía se exprese mediante el voto directo sobre una propuesta.
A diferencia del referéndum, que es una consulta vinculante en la que la población puede aprobar o rechazar directamente una ley o una reforma a la constitución, un plebiscito pretende simplemente conocer la opinión del pueblo sobre un asunto de carácter nacional, es decir como una enorme encuesta, sólo que validada por el aparato estatal, en lugar de por una firma encuestadora, y por supuesto con una base encuestada mucho más grande.
En Colombia el plebiscito se encuentra dentro de los mecanismos de participación que permite la constitución de 1991, y reglamentado por la ley 134 de 1994, que indica que el plebiscito puede ser solicitado por el presidente, únicamente en cuestiones que NO NECESITEN LA APROBACIÓN DEL CONGRESO y que NO MODIFIQUEN LA CONSTITUCIÓN, y siempre por la mayoría del censo electoral.
En Colombia el censo electoral, es decir el número de ciudadanos habilitados para votar asciende a, aproximadamente 35’000.000, por lo que para que plebiscito se apruebe debe tener al menos 17’000.000 de votos, algo que no ha sucedido nunca ni siquiera en la elección de 2014 (15’341.383) en la que corrieron ríos de mermelada.
Ahora, para la aprobación del acuerdo entre el gobierno Santos y las FARC,se establecieron una serie de reglas DIFERENTES para el plebiscito, siendo la primera la modificación del umbral con el que se valida el plebiscito, que quedaría aprobado si el SÍ obtiene el 13% del censo electoral, es decir, aproximadamente 4’500.000 votos, además sea cual sea el resultado el Presidente de la República se verá obligado a acatar el resultado, si se supera dicho umbral.
¿Y usted que cree? ¿Es el plebiscito el mecanismo idóneo para aprobar o rechazar los acuerdos de La Habana? ¿Va a votar por el sí o por el no? Comente y no olviden suscribirse a mis videos.
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