«Lamentos», película dirigida por Julián Casanova, apareció hace algunas semanas en las carteleras colombianas con el incómodo lastre de una película casi homónima: la nefasta «El Lamento» de Dago García que es, sin duda alguna, una de las peores películas no sólo de Colombia en el 2016, sino del universo entero desde el inicio de los tiempos (misma razón por la que no pienso gastar un centavo viendo «El Paseo 4», ni «Usted no sabe quién soy yo 2»). Pero luego de ver «Lamentos» resulta obvio que las asociaciones, fuera de la funesta similitud de los nombres, son nulas.
Este largometraje cuenta la historia de Walter (Walter Ardila) un anciano que parece conocer demasiado sobre las extrañas desapariciones que ocurren en un pueblo perdido de los Andes Colombianos, cuya responsable es una extraña mujer vestida de novia. Pronto Walter tendrá que revivir el pasado para evitar que esta presencia le arrebate la vida a más personas, pero el precio que tendrá que pagar para lograrlo podría resultar demasiado caro.
En primer lugar hay que decir que la historia de la película no es su punto fuerte, resulta por momentos melodramática y predecible. No han pasado diez minutos de la cinta y ya es bastante obvio quien es Walter y quién es la mujer vestida de novia, por lo que la revelación del CÓMO llegaron a ese punto pierde parte de la emoción.
El director Julián Casanova logra narrar la historia de manera inteligente, con planos y secuencias llamativas, pero parece que se obsesiona demasiado con los momentos, es decir, una película debe tener el equilibrio entre personajes, trama y momentos, pero en esta cinta, los dos primeros elementos parecen primar sobre el último, en un desequilibrio que impacienta al espectador promedio.
Las actuaciones son buenas, quizás la de Walter Ardila es la mejor de todas, haciendo que toda la trama ficticia luzca lo más natural posible. Pero los actores más jóvenes no dan la talla y sus actuaciones parecen más de Tu Voz Estéreo, que de un largometraje de pantalla grande. Y el mismo problema sufren los diálogos.
Ahora, la película, en su obsesión por los momentos logra tener escenas dignas de recordar (como la de la imagen), con un buen manejo de los encuadres y la musicalización, pero que no logran conectarse para venderle al espectador un todo con el cuál se pueda sentir satisfecho.
¿Cuál es el mensaje que quiere entregar Lamentos al público? ¿Quizás sea «ten más cuidado con tus amigos»? ¿O quizás «Nunca es tarde para enmendar los errores»? Sea cual sea, estoy seguro que la película tiene puntos positivos, pero no creo que logre llegarle al espectador promedio, aunque quizás, sólo quizás, esa no sea la intención del director.