Una de las características que convierten a un largometraje en una gran experiencia cinematográfica son los personajes. Y Lego Batman: La Película (Título original: The Batman Lego Movie) es la prueba fehaciente de ello.
Lego Batman es, en esencia, una película que a pesar de ser una parodia hecha con bloques de construcción de Lego, logra traducirse en un excelente largometraje. Tan excelente que por momentos se siente forzado.
La película cuenta la historia de Batman (Iván Marín, sí el Iván Marín que todos conocemos) un súper héroe que luego de décadas de luchar contra el crimen en Ciudad Gótica, se ha convertido en un ser solitario y egocéntrico, a pesar de los esfuerzos de su mayordomo Alfred Pennyworth (Germán Fabregath). Las cosas para Batman se empiezan a complicar cuando el Comisionado James Gordon (Salvador Delgado) sale al retiro dejando en su lugar a su hija Barbara (Mireya Mendoza) quien tiene serios reparos sobre la dependencia que tiene la ciudad sobre su superhéroe; y más aún con la sospechosa entrega voluntaria de el Guasón (Alejandro Riaño) a las autoridades.
Hay que reconocer que la trama de la película es buena, pero es buena precisamente porque se basa en la construcción del personaje de Batman que cumple con los tres elementos que clave: motivación, desarrollo y personalidad. Y en el caso de Lego Batman, los tres elementos se cumplen a la perfección, incluso mejor que en el Batman de Batman v Superman. Y es en esa perfección de detalles donde se encuentra el punto debil de esta cinta.
En las películas dónde los personajes se encuentran con buenos personajes, estos muestran sus elementos positivos como parte de una trama bien estructurada de manera natural. En esta película estos elementos parecen forzados, como si los guionistas hubiesen seguido al pie de la letra un manual para construir personajes, dejando un poco sin alma a una película, que de otro modo sería grandiosa.
No hay mucho que se pueda decir de la dirección, del doblaje, de los diálogos o de las escenas, salvo que son buenos, dentro de lo que se podría esperar en una película de estas, pero nada que vaya a cambiar la manera en la que se hace cine, al contrario, sólo perpetúa el estereotipo Disney de las películas animadas.
Y aunque la premisa de Somos mejores si no estamos solos es muy directa y apropiada, sobre todo para el público infantil, lo único que se puede decir de esta película es que es buena para reírse un rato. Nada más.
3,36 / 5,00
★★★★★