¿Cómo sería el mundo si la Unión Europea fuera la potencia dominante sobre el Planeta Tierra? Respuesta: Sería un lugar aburridísimo con carteleras de cine repletas de bodrios cinematográficos como Overdrive, más conocida en español como La Gran Fuga. Afortunadamente, entre su ridícula montaña de regulaciones, su inútil y costosa burocracia, su política inmigratoria pro-musulmana y el afán desmedido que tienen algunos países por abandonar el experimento de las 12 estrellas doradas, ese escenario de supremacía europea está muy lejos de la realidad.
Overdrive cuenta la historia de los hermanos Foster, Andrew (Clint Scott Eastwood) y Garrett (Freddie Thorp), un par de ladrones que recorren la Unión Europea robando autos clásicos de altísima gama. Sin embargo, en el momento en que los hermanitos roban un costosísimo Bugatti de manos de un mafioso italiano, Jacomo Morier (Simon Abkarian) su vida de robos y opulencia está a punto de llegar a su fin.
Andrew y Garrett tendrán que elegir un equipo de élite para llevar a cabo un golpe perfecto contra otro poderoso Lord de la Mafia, Max Clemp (Clemens Schick) para compensar la ofensa hecha a Morier. Sin embargo, las cosas podrían tener un giro inesperado cuando el mismo Morier tome a la prometida de Andrew, Stephanie (Ana de Armas), como prenda de garantía para su trabajo.
Para empezar, la historia del criminal que se mete con la gente equivocada y termina trabajando para ellos, con novia secuestrada a bordo, es una truco argumental que está más agotado que el del tipo que corre al aeropuerto a buscar a la chica que engañó durante toda la película.
En segundo lugar, en momentos en que Netflix está presentando la serie alemana Dark, resulta obvio que en Europa SÍ se pueden hacer películas y series con buena calidad visual. Sin embargo Overdrive parece una película hecha con el mismo director, el mismo cinematógrafo, y el mismo camarógrafo del Comisario Rex en 1994.
Y no sólo es que la película tenga sus colores difuminados, o la iluminación muerta, sino que hasta los movimientos de la cámara son absurdos e infantiles, al igual que los del otro bodrio europeo de este año: Collide. No sé de qué le sirve el Suma Cum Laude en la Escuela de Artes Cinematográficas USC al director Antonio Negret, si a la hora del té, sale con este chorro de babas.
Ahora, las actuaciones… ¿Quién le habrá dicho a los productores de esta película que era buena idea tener al clon jóven de Clint Eastwood en esta película? ¿Es que acaso bastó el papelito de extra con parlamento en Rápidos y Furiosos para que lo pongan a protagonizar? Y no sólo es que Scott Eastwood no tenga ni la menor idea de lo que es actuar, sino que alguien haya pensado que él podía llevar el peso de una película, así sea de una película TAN MALA como esta. Ana de Armas, una de las estrellas en ascenso de Hollywood parece que ahora en vez de subir, va es bajando. Espero que su sueldo para esta película haya sido muy alto, porque para salir de novia en apuros de Scott Eastwood…
Y de los europeos ni hablemos… parece que estuviéramos viendo a los villanos de un Western Spaghetti de 1960, de esos que protagonizaba, eso sí con muy buen tacto, el papá de Scott Eastwood. Villanos que en 2017 se ven sobreactuados, pasados de moda y sobre todo, falsos y ridículos.
Ahora ¿hay algo que nos puedan enseñar los 96 minutos de duración de esta cinta? Sí, que cada vez que vea un cartel mal hecho de una película producida por alguien de apellido francés o alemán, o con la banderita de la Unión Europea por algún lado, ni se le ocurra comprar la boleta, porque va a exponer su cerebro a una sucesión casi infinita de imágenes, sonidos, personajes y situaciones sin sentido que lo va a llevar al límite, pero del aburrimiento. De nada.
El Sabanero X 