Cuando The Witch (The VVitch / La Bruja) vio por primera vez la luz de los proyectores cinematográficos en 2015, se generó una agria polémica sobre el verdadero significado de la película. Los Millennials, auto-nombrados preservadores de la verdad única sobre el universo, para siempre jamás, se rasgaron las vestiduras con el cuento de que la película «perpetuaba los estereotipos misóginos asociados a las mujeres practicantes de la Wicca» y con el de que «no era más que propaganda religiosa a favor de la normatividad del cristianismo». Lo que nadie, ni los Millennials desocupados que esbozaron los anteriores argumentos, pudieron decir es que la película estaba mal hecha y eso es precisamente lo que analizaremos a continuación. ¡Empecemos!
The Witch / La Bruja cuenta la historia de una familia de colonos ingleses asentados en la Colonia de Massachusetts, alrededor de 1630. La familia conformada por William (Ralph Ineson), su esposa Katherine (Kate Dickie), y sus hijos Thomasin (Anya Taylor-Joy), Caleb (Harvey Scrimshaw), Mercy (Ellie Grainger) y Jonas (Lucas Dawson), terminan exiliados en los bosques vírgenes de la Nueva Inglaterra, luego de una audiencia ante las autoridades coloniales en las que se les acusaba de radicalizar sus puntos de vista religiosos, .
Más temprano que tarde, la familia se dará cuenta que el sitio dónde se encuentran apostados en lugar de bendecirlos, parece conducirlos a la desgracia total, exacerbada por las sospechas de que Thomasin, la hija mayor de la familia, pudiera ser una bruja.
Lo más destacable de este largometraje es la edición. Podría decir, sin ningún asomo de duda que la edición de The Witch es una de las mejores de la historia del cine, y como por si eso fuera poco, el magnífico manejo de los colores, la iluminación y los escenarios por parte del director Robert Eggers hacen un complemento perfecto con el trabajo de Louise Ford, la editora de la película.
El ambiente neo-inglés es de un detalle inmaculado. Incluso a 30ºC, en medio del trópico, se puede sentir el frío que sienten los personajes de la cinta, la desesperación, pero sobre todo la soledad, la escasez y el hambre que estos padecen. ¿Y qué decir de las actuaciones?
Incluso los niños Ellie Grainger y Lucas Dawson, que son el eslabón más débil de la cinta, hacen un trabajo fabuloso. Sin embargo, lo más resaltable sobre las actuaciones es la manera en que encajan perfectamente con la historia, haciendo que las escenas apoteósicas de la cinta sean unas verdaderas obras de arte.
Salvo las excusas ridículas que esbozan algunos Millennials, no veo falla alguna en esta cinta, ni ninguna razón por la que no pueda ser disfrutada, salvo en lo que tiene que ver por sus escenas violentas, pero nada que un adulto, exactamente el público objetivo del film, no pueda manejar.
En Resumen: La Bruja es una película que posee todos los elementos para convertirse en un clásico contemporáneo del séptimo arte, con logros impresionantes en edición, dirección, musicalización y actuaciones. Un recomendado total de esta página.
El Sabanero X 