El ABC del «Conflicto» en Colombia.

El tercer punto de los Acuerdos Santos-FARC (Título original: Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera) habla sobre el «Fin del Conflicto», pero antes de empezar a tratar lo que dice este punto del acuerdo (Punto 1, Punto 2) creo que resulta necesario saber qué carajos es el denominado «Conflicto».

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El «Conflicto», a diferencia de lo que muchos creen, no se trata de las hostilidades armadas entre el Estado y las FARC, o bueno, al menos no es SÓLO eso. La teoría con la que bautizaron las relaciones Estado Colombiano-FARC con ese nombre, es que Colombia tiene una deuda histórica muy bien documentada con su clase trabajadora, deuda que se puede remontar hasta 1810, cuando las élites criollas decidieron que iban a dejar la misma pirámide social de la Colonia, pero con ellos al frente. Élites criollas que, dicho sea de paso, hoy día siguen controlando al país.

Estas élites con el tiempo se disputaron el poder en base a qué tipo de país querían construir, ahí estaban las élites liberales y las élites conservadoras, que en efecto se fueron a la guerra con tal de probarle a la otra parte quién tenía la razón. Así que en lugar de crear un consenso para que Colombia saliera adelante, terminaron destruyendo al país. Ahora es en la primera mitad del Siglo XX donde por primera vez un político (Jorge Eliecer Gaitán) empieza a utilizar todo esa situación para generar reacciones políticas. Es decir, se aprovechó de los sentimientos de odio, resentimiento y venganza que había en la población de clase baja para construir una campaña electoral… enardeciendo la gente, y luego cuando lo asesinaron estalló la bomba.

Es por cuenta de esta violencia y de la bastante evidente intervención de grupos marxistas de Cuba y la Unión Soviética que en Colombia se gestaron las FARC. Hasta ahí parece que todo tiene bastante lógica ¿no? Es decir, las FARC nacen de la injusticia social que ha existido desde los tiempos en que Manuelita Saenz se le metía en el cuarto a Simón Bolívar, y por eso se denomina «Conflicto».

Pero varios autores, entre ellos Carlos Padilla en su trabajo titulado The FARC and Hugo Chavez, han declarado abiertamente que las FARC que conocemos hoy en día no son, ni de lejos, las que iniciaron en la llamada República Independiente de Marquetalia. Fue en la Séptima Conferencia Guerrillera en 1982 que las FARC se refundaron, se redifinieron y cambiaron completamente su misión y su visión.

Hasta la Séptima Conferencia Guerrillera, las FARC eran un grupo de campesinos que hacían resistencia, en algunos casos violenta, contra los excesos del Estado en territorios campesinos. A partir de ese momento, la guerrilla cambió el chip y decidieron que el objetivo de las FARC era tomarse el poder y para eso iban a necesitar dos cosas: dinero y entrenamiento, y además una plataforma política.

Es así como la guerrilla entra en el lucrativo negocio de las drogas ilícitas que le permitió en primera medida dejar de hacer resistencia con caucheras y palas y hacerlo con armamento especializado, y para poder emplear estrategia, empezaron a mandar integrantes a los lugares donde imperaba el socialismo. Es así como muchos «estudiantes» de la época terminaron en Cuba, Vietnam y la Unión Soviética, justo para ver como Belisario Bentacourt firmaba los llamados Acuerdos de la Uribe, donde nació la Unión Patriótica.

A diferencia de lo que muchos creen la Unión Patriótica no era un grupo de civiles que simpatizaban con las ideas de izquierda, como ahora algunos nos quieren hacer creer, la Unión Patriótica era el brazo político de las FARC que nacieron de la negociación, mientras seguían armados. La idea era que cuando las FARC formaran su brazo político, el brazo armado desaparecería gradualmente, pero cuando las FARC empezaron a amenazar poblaciones enteras para que votaran a favor de la Unión Patriótica, se vio que las cosas no iban a resultar nada bien.

Muchos ahora creen que a la Unión Patriótica la exterminaron por razones políticas, pero eso no es enteramente cierto. De hecho esta orgía de sangre inicia por las confrontaciones entre las FARC y los carteles de droga que se empezaban a consolidar en el país. Era una pelea por territorios y rutas, que algunos políticos aprovecharon para eliminar por completo a todos los miembros de ese partido.

Fue uno de los momentos más oscuros del país, sin duda alguna y los miembros de las FARC cambiaron algunas de sus posturas y radicalizaron muchas otras más y se convirtieron con la decadencia de los carteles de droga, en los mayores productores de cocaína del mundo. A partir de allí fue el dinero, y no los ideales campesinos y marxistas los que imperaron. Es por eso que algunos señalan que el fin del conflicto con las FARC ocurrió con el episodio de la Unión Patriótica y que a partir de allí se trata de otro tipo de situación, que utiliza el nombre FARC y los ideales campesinos y marxistas como excusa (y a veces ni eso).

Es a mediados de los años 90 que las FARC dejan de preocuparse si quiera por montar una excusa y empiezan los desmanes, no sólo fue que se convirtieran en el cartel de droga más grande de Colombia, sino que los mandos medios, que no veían mucho del billete, empezaron con las llamadas «pescas milagrosas» donde las FARC secuestraban gente en grupos numerosos para pedir rescates. Muchos mueren, pero eso no es nada comparad con las tomas a las poblaciones.

En general las FARC sólo sacaban poblaciones de interés para dos cosas: una para la siembra de coca y en segundo para las rutas de acceso al mar. Es por esta causa que atacaron bases del ejército, y mataron cientos de soldados que ya se habían rendido, mientras secuestraron por décadas a otros. No porque quisieran enfrentar al Estado, sino porque les estorbaba en su fructífero negocio de producción de drogas.

Entonces, surge una pregunta final ¿es posible catalogar la situación Estado-FARC como conflicto, dado que la organización como tal no se rige por los principios original del movimiento marxista-campesino? ¿se puede juzgar a una empresa por los dueños que tuvo por última vez hace 30 años? ¿Para imponer ideales marxistas-campesinos es necesario meter bombas en sitios llenos de civiles? ¿Meter un cilindro-bomba en una iglesia llena de niños? ¿En serio? Yo, no creo.

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