Transformers: El Último Caballero (Título original: Transformers: The Last Knight) es una película se sitúa en una interesante intersección entre la acción, la fe y la historia. Intersección aún más sugestiva si se tiene en cuenta que son elementos que no suelen encajar bien en una entrega cinematográfica.

En la cinta vemos cómo una inteligencia alienígena encarnada en Quintessa (Gemma Chan) logra controlar al ya legendario Optimus Prime para drenar a la Tierra de su energía y revivir al ya destruido planeta de origen de los Transformers: Cybertron. Y la pregunta de si lo logrará surge cuando un grupo de rebeldes encabezado por Cade Yeager (Mark Wahlberg) trate de interponerse en el camino de la hechicera autodenominada «origen de la vida».

El largometraje tiene una interesante mezcla de historia fantástica, ciencia ficción y drama familiar que la convierte en la opción perfecta para toda la familia. La dirección es espectacular: el manejo del color del director Michael Bay, sumado a una impresionante banda sonora  le devuelve el aire a una saga que venía decayendo desde hace varias entregas. Las actuaciones son fenomenales, en especial la de Sir Anthony Hopkins, que parece que ha resucitado en las películas de alto presupuesto, luego de su aclamada participación en Westworld.

Los diálogos son perspicaces y sirven de ambientación a memorables secuencias de acción que pasarán a la historia como algunas de las escenas mejores logradas en el cine de aventura. Pero todo lo anterior es posible por una fantástica premisa que pasa por la evaluación epistemológica que hace el director Michael Bay de sus personajes ¿Realmente somos libres de elegir o estamos atados por el destino?

En resumen, se puede decir que Transformers: El Último Caballero es la mejor película no sólo de de la saga Transformers sino de…

¡JA JA! ¡Y SE LA CREYERON!

Si usted creía que las otras 4 películas de Transformers eran malas, prepárese.

El Último Caballero no sólo es de lejos la PEOR película de la serie de Transformers, de Michael Bay, o de Hollywood, sino que está muy cerca de ser la peor película jamás producida en la historia humana. Y es que en siete años de escribir este blog, esta es la primera vez que resulta auténticamente INSOPORTABLE terminar de ver una cinta. Y eso que tuve la experiencia de pasar por varios de los «filmes» de Dago García. Con eso les digo todo.

Desde el punto de vista visual, este largometraje es una completa tortura; tortura que se torna en un infierno absoluto si la ves en el formato 3D. Y es que para empezar, la historia es completamente ridícula… imagínate ¿mezclar la fantasía clásica británica con la mitología de una saga de juguetes hechos en China? Y como si eso no fuera suficiente, al director le pareció que debía extender semejante suplicio tartárico por un total de DOS HORAS Y MEDIA, 150 minutos en los que usted tiene que sufrir las pésimas actuaciones de Mark Wahlberg, Laura Haddock e Isabela Moner y lamentar que un actor de la talla de Sir Anthony Hopkins haya decidido meterse en semejante tren descarrilado.

Y ni hablemos de los huecos argumentales en los que cabrían sin ningún problema la Tierra, Marte, Júpiter y hasta el mismo Cybertron, si no fuera este último una creación de la más absurda rama de la ciencia ficción. El único mensaje que deja esta película es NO VUELVAS A GASTARTE UN CENTAVO EN UNA PELÍCULA DE TRANSFORMERS O VAS A PERDER LA PLATA.

Para terminar: Si usted logró llegar hasta aquí, lo felicito, quiere decir que si no se ha visto ese bodrio, probablemente ya no lo hará, cosa que no sucederá con aquellos que sólo leen el primer párrafo y que van dichosos de la vida a sufrir la tortura descrita por Dante en 150 minutos de tormento cinematográfica. Que les quede de lección.

Malísima.

★★★★★

-5,00 / 5,00