¿Qué sucede cuándo pones a protagonizar una comedia de corte sexual a un legendario luchador de la WWF que ha pasado 3/4 de su vida en un ring con un calzoncillo ajustado? ¿Y qué pasa si lo acompañas de dos comediantes profesionales y los pones a todos a cuidar la virginidad de sus hijas? Pues, a continuación, cuando empecemos a discutir No me las toquen (Blockers / #SexPact) les daremos las respuestas.
No me las toquen cuenta la historia de 3 padres de familia, Lisa Decker (Leslie Mann) una madre soltera cuya hija Julie (Kathryn Newton) se ha convertido a lo largo de los años en su mejor amiga. Mitchell (John Cena), un padre obsesionado con los deportes, cuya esposa de origen Indio, constantemente lo critica por ser sobreprotector con su hija Kayla (Geraldine Viswanathan) a quién ha dirigido en una promisoria carrera deportiva. Y Hunter (Ike Barinholtz), el padre de Sam (Gideon Adlon), quien ha vuelto después de permanecer ausente tras el divorcio con su esposa.
La noche del baile de graduación de Julie, Kayla y Sam; Lisa, Mitchell y Hunter descubren que sus hijas han hecho un pacto para perder la virginidad esa misma noche, y los 3 padres desesperados intentan hacer todo lo posible para evitar que eso ocurre. Bueno, a excepción de Hunter cuyos objetivos bien pueden ser completamente distintos a los de Lisa y Mitchell.
Teniendo en cuenta que la mayoría de comedias de corte sexual son una completa basura, No me las toquen sorprende porque tiene alma. La película sí tiene buenos valores de producción, se ve y se oye muy bien. El vestuario, el manejo de colores y luces está bien cuidado, y las actuaciones, sobre todo la de John Cena, y la de las chicas es sorprendentemente buena. Pero nada de esto conectaría con el público sin la premisa en la que se fundamenta el largometraje.
La película muestra a 3 padres de familia, intentando salvar a sus hijas de entrar a su vida sexual, porque para ellos ese paso va a alterar para siempre el curso de sus vidas. Los 3 aprenden durante los 102 minutos del largometraje, que los hijos al recibir una buena educación, por parte de buenos padres, no necesitan ser salvados de sus propias decisiones. Y que el verdadero amor entre padres e hijos, surge cuando existe verdadera confianza entre ellos y que esa confianza no se traiciona a punta de mentiras.
En resumen No me las toquen, sí, es una película subida de tono, a la que no se deben llevar niños pequeños, pero para aquellos que sí puedan verla con sus hijos mayorcitos en familia, sirve de un gran ejercicio para comprender cómo llevar a buen termina un tipo de relación tan complicada como es la de padres e hijos.
4,62 / 5,00
★★★★★