Estrenada en Estados Unidos en Enero de 2018, y en Hispanoamérica entre Marzo y Abril del mismo año, Den of Thieves es una de las películas que estaba en mora de reseñar desde hace varios meses y que además, merece también su sesión de Análisis y Explicación. Pero ¿Qué tan buena es esta película? ¿Habrá valido la pena poner en el mismo largometraje a Gerard Butler, a Pablo Schreiber y a 50 Cent? A continuación las respuestas.
Den of Thieves (Juego de Ladrones, El Robo Perfecto) cuenta la historia de Nick O’Brien (Butler), un policía corrupto de Los Ángeles, que recibe información convincente de que un grupo de ladrones profesionales está a punto de atacar una sede de la Reserva Federal (el banco emisor en Estados Unidos) y él, más que evitarlo, quiere quedarse con el dinero para demostrar que no es un fracasado que perdió a su familia por borracho.
El robo está orquestado por Merriman (Schreiber), Levi (50 Cent) y Donnie (O’Shea Jackson Jr.) y cuenta con un complicado esquema para burlar la seguridad del banco y las intenciones de Nick. Pero lo que no se alcanzan a imaginar es que quizás haya alguien jugando no sólo con ellos, sino con Nick, y con todos los que están enterados de la operación.
Hay que reconocer que la película tiene un buen giro al mejor estilo de M. Night Shyamalan, pero en general parece una extensión de la introducción de El Caballero de la Noche (The Dark Knight), claro con unos villanos menos malvados y convincentes que Heath Ledger en el papel del Guasón.
Del resto, la película es efectivamente entretenida, y tiene la ventaja de no ser tan predecible, retando al espectador a imaginar cómo va a terminar. Sin embargo, los valores de producción no son nada del otro mundo. De hecho me recordó a una serie de televisión que estuvo al aire por allá en 2002, llamada Fastlane. Los mismos contrastes de color, los mismos escenarios urbanos, y hasta la misma aproximación a las escenas de acción. Y bueno, tampoco es que de eso haya mucho.
En resumen Den of Thieves es una película que sí, es entretenida; sí, mantiene al espectador a la expectativa de lo que va a suceder; pero lo hace con una base de producción si bien, no deficiente, sí, para nada sobresaliente, y mucho menos con algunos actores en el reparto, que es mejor que sigan dedicándose a cantar.