¿Qué sucede cuando pones a la novicia rebelde, al cura de El Exorcista y don Juan de Marco a protagonizar una precuela de El Conjuro? ¿Qué tal es el resultado? Las respuestas a continuación, en la reseña sin spoilers de La Monja.

La Monja cuenta la historia del Padre Anthony Burke (Demián Bichir), de quién no podemos cuestionar por qué tiene un nombre y un apellido anglosajón, cuando claramente es latinoamericano porque después salen algunos a decir que eso es racista. Pero bueno. Burke es comisionado por altos funcionarios de El Vaticano para que vaya a Rumania a investigar el suicidio de una religiosa en la Abadía de la Carta.

El Vaticano le asigna una acompañante inusual a Burke, la joven novicia Irene (Taissa Farmiga) ya que según ellos «conoce el terreno», aunque la chica nunca haya pisado Rumania. Burke y Irene contratan como guía al Francés (Jonas Bloquet), el mismo individuo que encontró a la religiosa muerta frente a la abadía, para que los lleve a la escena del crimen y ellos poder terminar la investigación. Pero lo que ninguno de los tres sabe es la muralla de secretos que rodea la abadía, que tiene un habitante que usa los hábitos no para alabar a Dios, sino para corromper a sus seguidores. La Monja.

Al igual que las otras 4 películas del Universo de Terror de El Conjuro, a La Monja se le nota su buen presupuesto (22 millones de dólares), los encuadres están bien manejados, y el sonido es decente. Sin embargo, resulta un tanto desafortunada la elección de la paleta de colores. El Conjuro siempre se ha caracterizado por ofrecer un contraste excelente entre los héroes y los villanos, usando el color, pero aquí el uso del color es bastante repetitivo y no se aprovecha para nada el uso de la luz. Y las otras 4 películas de la serie demuestran que aunque se trata de generar un ambiente clasutrofóbico y cerrado, esto se puede lograr sin lesionar la parte visual con una gama de colores tan redundante.

Sobre el guión se puede decir que sufre bastante por la falta de material. Evidentemente la historia es 99% ficticia, a diferencia de las otras de El Conjuro, pero Annabelle: El Origen pudo superar con bastante éxito este escollo. Pero en general, una vez establece los personajes, el guión fluye con bastante naturalidad hasta llegar al final.

Las actuaciones son, por otro lado, bastante diversas en calidad. Demián Bichir no le veo un personaje construido, es él, simplemente vestido de cura. Al jóven Jonas Bloquet le falta carisma para interpretar ESE personaje, y pues la que salva el barco es Taissa Farmiga, aunque bastante similar a su registro normal; su hermana Irene es muy similar a, por ejemplo, sus personajes de American Horror Story. Pero sí se le reconoce que tiene un personaje construido.

La película es entretenida, sí, se puede ver sin entrar en el letargo, y sus escenas están bien trabajadas, sobre todo en la parte de efectos especiales. Los sustos son reales, y se nota esfuerzo por parte del director de no servir los mismos clichés de siempre, pero le falta el toque, el corazón, el alma, la misma que vimos en El Conjuro 2 cuando Ed cantó la canción de Elvis, y vimos a Lorraine aterrada de sus propias visiones. El alma que vimos cuando vimos a Janice en la silla, en la escalera, siendo arrastrada hacia una muñeca malvada. En esos momentos hubo conexión, en esta película eso falta.

En resúmen: La Monja es una película muy buena en algunos aspectos como el ritmo y los encuadres, pero muy naif en otras como el manejo de la luz, los colores y el amarre a una buena premisa. Quizás, porque es apenas la SEGUNDA película del director. Pero bueno, quizás, no hay que verla tanto como una película, sino como una introducción larga a las películas de El Conjuro, que es lo que finalmente es.

3,70 / 5,00

★★★★★