Angry Birds, Angry Birds… ¿Qué puedo decir sobre Angry Birds? Bueno, para empezar puedo decir que ha sido la película que más trabajo me ha costado reseñar, pero no por que sea filosófica o argumentalmente compleja (jajajajajajaja), ni porque sea la peor basura del universo cinematográfico. No. El absoluto desdén que siento al escribir esta corta crítica se debe principalmente a que esta película es la más innecesaria y absurda recolección de clichés que se haya producido en película alguna jamás, animada o inanimada.

Pero como aún tengo pendiente la Reseña X de X-Men: Apocalypse, y la del último libro que me acabo de leer, no me queda otra que hacer esta reseña, antes de que se me empiece a acumular todo el trabajo.

Producida por Sony Pictures y dirigida por los neófitos Clay Kaytis y Fergal Reilly, Angry Birds (o The Angry Birds Movie, como se distribuyó en otros mercados) cuenta la historia de Red, un ave huérfana en medio de una altamente sofisticada sociedad de aves no voladoras en una isla en mitad del mar. El constante matoneo del que ha sido víctima Red, durante toda su vida, lo han convertido en un ser amargado y poco prudente a la hora de expresar lo que siente, razón por la que pronto es enviado a un curso de manejo de la ira, junto a Chuck, Bomb y Terence.

Pero pronto el grupo de conflictivos personajes se verá en medio de una encrucijada cuando un grupo de cerdos lleguen a la isla, con intenciones que para Red no son del nada claras.

¿Qué puedo decir del argumento que usted ya no haya podido deducir? Es decir, el típico personaje con traumas familiares del pasado, que todo el mundo cree malo y que al final… bueno, creo que usted puede completar muy bien la frase.

Aunque la animación está dentro de los límites aceptables, en realidad no hay un buen manejo del contraste de colores para ambientar las situaciones, y durante los 97 minutos que dura la cinta, siempre se ve el mismo color arena brillante por todos lados.

Quisiera creer que hay una premisa en medio del montón de escenas recicladas que manipulan al espectador para que se ría, quizás que la de nunca es tarde para demostrar lo que vales o lo que eres, o el valor de la amistad, pero en realidad esas premisas están tan diluidas que fácilmente pueden pasar desapercibidas.

¿Saben a qué película me recordó mucho esta Angry Birds? A Minions, otra película cuyo único objetivo fue la de hacerle mercadeo al montón de muñecos amarillos que tenían en bodega en las jugueterías. Acá es lo mismo, sólo que en vez de muñecos verdes, estos son rojos, con la increíble capacidad de dormir a cualquier espectador que no tenga la intención de fingir la risa para demostrar que no perdió la plata de la boleta. Malísima.

1,31 / 5,00