A diferencia de los largometrajes de los que hablo todas las semanas en este blog, The Fundamentals of Caring no es una película a la que haya que ir a ver a una sala de cine, rodeado de un montón de gente hablando, chateando por celular, y montando los pies en las sillas de abajo, mientras se intenta comer unas crispetas carísimas y tomar una gaseosa hecha de Dios sabrá qué cancerígenos. No, The Fundamentals of Caring, es una película que sólo podremos ver desde la cruel comodidad de nuestros hogares a través de la plataforma web Netflix.

No, pues ¡qué sufrimiento no tener que verla con el zoológico de corronchos maleducados que desbordan las salas de cine de nuestro país en estos días! ¡qué sufrimiento!

The Fundamentals of Caring cuenta la historia de Ben (Paul Rudd), un escritor retirado que tras la muerte accidental de su hijo y del inminente divorcio de su esposa, decide hacer algo de dinero trabajando como cuidador profesional. Y su primer cliente, Trevor (Craig Roberts), no se lo hará nada fácil.

Sin embargo, la visión fatalista-cómica que tanto Ben como Trevor comparten los convierte, más que cuidador y cuidado, en un buen par de amigos, que toman como su primera misión ir a los sitios a los que Trevor siempre ha querido ir, pero que su condición física (distrofia muscular Duchenne) le ha impedido toda su vida.

En su viaje a través del Noroccidente de los Estados Unidos, Trevor y Ben encontrarán a Dot (Selena Gómez), una chica brutalmente honesta que complementará perfectamente el viaje, que más que a un punto físico, es el viaje hacía una visión más amable de la vida para todos estos personajes escépticos de su estancia en este planeta.

La historia de los personajes amargados en tono de comedia, atravesando los Estados Unidos no es que sea particularmente nueva; de hecho algunos autores hasta se atreven a clasificar este tipo de películas dentro de su propio género. Pero en esta versión, no se puede sino sentir una gran frescura y un gran toque por parte del director.

Respecto a la dirección, se puede decir que la película se hace notar por una cinematografía que va más acorde con las producciones de, por ejemplo, HBO, que con las de un blockbuster de Hollywood, pero aún así se nota que es una restricción de presupuesto, no de ideas. Es el típico caso de «Si Dios te da limones, entonces haces limonada». El director quizás tenía pocos recursos para garantizar al 100% un estilo de alta calidad, pero lo que hizo, lo hizo impecablemente, como bien lo demuestran algunas de sus escenas, especialmente la escena final con Selena Gómez.

Los diálogos son buenos. Logran sostener el delicado equilibrio entre la comedia y el drama, manteniendo la coherencia del filme y sobre todo su premisa que pasa por la reflexión de que nunca es tarde para convertirte en una mejor versión de ti mismo.

Respecto a las actuaciones puedo decir que todos llegaron a un nivel por encima del promedio, no muy por encima, pero sí por encima… como un 3,7/5,0. Paul Rudd, que aunque hace el mismo personaje en todas sus películas, logra compensar con carisma su falta de creatividad. Craig Roberts, para quien debió ser algo complicado encarnar a un discapacitado, más no a un adolescente con problemas de humor. Y Selena Gómez, que pues creo que estaba encarnando una versión pobre de ella misma. O cómo se hubiese imaginado ella que sería si se hubiese quedado en Texas, en lugar de ir a cantar canciones con Barney y sus amigos en California.

Una de las mejores películas familiares de estos últimos años. Muy recomendada.

4,61 / 5,00

★★★★★