Desde hace ya algún tiempo había escuchado algo de ruido respecto a cierto anime titulado Death Note, irónicamente más por la expectativa de la película distribuida por Netflix, que por alguna característica particular del anime en sí.
Teniendo en cuenta esta situación, y al hecho bastante común de que los fanáticos del anime suelen destrozar cualquier intento de Hollywood de llevar al cine alguno de sus dibujos animados, como bien sucedió con Dragonball: Evolution y más recientemente Ghost in the Shell, decidí no ver el anime hasta ver la película de Netflix para hacerme una opinión mucho menos sesgada de la misma.
Después de todo, hasta el mismo Akira Toriyama, creador de Dragon Ball Z afirmó en alguna ocasión que los fanáticos de los animes suelen exagerar demasiado cuando sale una versión live action de sus contenidos japoneses favoritos. Y si lo dijo ÉL, que creo quizás el anime más popular de la historia de la humanidad, cuando vio la lluvia de críticas (muy merecidas, por cierto) que le cayeron a Dragonball: Evolution ¿Por qué no escucharlo y darle la oportunidad a estas nuevas versiones?
Y eso es precisamente lo que haré con… Death Note.
Death Note cuenta la historia de Light Turner (Nat Wolff) un adolescente de Seattle, cuya vida transcurre entre los conflictos con su padre, los matoneadores de su escuela y su atracción hacia Mia Sutton (Margaret Qualley). La vida para Light iba bastante encaminada a permanecer atascada entre esas tres paredes, cuando una mañana, justo antes de una intensa lluvia, una libreta marcada con las palabras DEATH NOTE cae literalmente del cielo.
Pronto Light se da cuenta que la libreta está asociada a una entidad que se hace llamar Ryuk, que le explica que cada vez que anote el nombre de alguien en la libreta, esta persona morirá en la forma específica que él determine también. En lugar de tomar aterrorizado la salida que le ofrece Ryuk, Light decide utilizar la libreta para generar una ola de terror en los criminales más buscados, que pronto ven como son diezmados por la fuerza desconocida de la libreta que ellos mismo llaman Kira.
Pero más temprano que tarde Light descubrirá que sus acciones con la libreta han generado serios resquemores en las fuerzas de policía, además de los obvios en la mafia, lo que sumado al desacuerdo de Ryuk con el uso positivo que hace el muchacho de sus poderes podrían desencadenar una serie de eventos que termine con la vida del Guardián de la Libreta.
En primer lugar, desconociendo TOTALMENTE de que trata el anime, puedo decir que la historia de esta película es excitante, llamativa y sobretodo muy entretenida. La dirección, sin ser sobresaliente, es incluso mejor que el de una película que anda en estos días en la pantalla grande: La Torre Oscura, y lo mejor del asunto es que hay un hilo de suspenso en los 100 minutos exactos de la cinta que no permiten que el espectador promedio (no un Otaku Radical) ponga pausa en su control remoto.
La película tiene un buen manejo de los planos y la iluminación, quedando debiendo un poco, quizás, en la parte del sonido.
Las actuaciones, sin ser particularmente sobresalientes, son al menos interesantes. Nat Wolff demuestra que es capaz de llevar el peso de una película, sin encarnar exactamente el prototipo de belleza en Hollywood. Así mismo Lakeith Stanfield que encarna el antagonista de la historia, hace un papel convincente, y sobre todo, que encaja muy bien con el del protagonista. Ver el conflicto entre ambos resulta mucho más entretenido que ver el conflicto de, por ejemplo, Dominic Toretto con los hermanitos Shaw.
Margaret Qualley, que es una actriz que se ha destacado por elegir muy bien sus películas, no decepciona tampoco en esta, mostrando una dualidad interesante en su personaje. Y tampoco decepciona Shea Whigham que a pesar de tener un rol bastante secundario, resulta en un contrapeso interesante a Nat Wolff.
Pero el premio sin duda es para Willem Dafoe, que encarna a Ryuk. Aunque es obviamente una representación generada por computador, el trabajo de vocalización y gesticulación del veterano actor le dan a Ryuk un carácter sombrío, pero a la vez divertido e interesante.
Y todos estos aspectos sobresalen tanto porque están amarrados a una premisa muy interesante como lo es, la dualidad inherente en el universo, donde nada es 100% bueno, ni nada es 100% malo; y donde algo que denominamos inmoral o malvado, puede tener un impacto positivo, y al contrario, algo que se cataloga como bueno, puede terminar siendo inmensamente dañino.
Si usted no es un Otaku, obsesionado con el anime y sobretodo si aún no ve la versión japonesa de Death Note, la sugerencia es vea primera la versión de Netflix, y si le queda gustando, entonces sí pase al anime. No lo haga al contrario porque muy seguramente va a pasar el resto de sus días en el muro de las lamentaciones de las redes sociales llorando porque Netflix hizo una mala copia del material original japones.
Buena suerte con eso.
4,12 / 5,00
★★★★★
Un comentario en “Death Note (Desde la perspectiva de alguien que NUNCA ha visto el anime) ^ Crítica X”