Un grupo de estudiantes de medicina, al mejor estilo de Grey’s Anatomy (al menos en sus primeras 3 temporadas) se involucra en un peligroso experimento que requiere que todos ellos, uno por uno, paren su corazón y permanezcan muertos durante al menos un minuto. Bajo esa trama elemental, el director escandinavo Niels Arden Oplev (La Chica del Dragón Tatuado, Suecia, 2009) intenta recrear el horror psicológico dirigido por Joel Schumacher en 1990 y que se convirtió en la punta de lanza para la carrera de la hoy multipremiada, hiper conocida y muy bien remunerada Julia Roberts. Y digamos intentar, porque la verdad, mucho éxito, que digamos, no tiene.
Flatliners o Línea Mortal: Al Límite, como se tituló en hispanoamérica cuenta la historia de Courtney Holmes (Ellen Page), una estudiante de medicina que ha vivido toda su vida con el trauma de haber causado, accidentalmente, la muerte de su hermana menor. Este episodio obsesiona a Courtney con la idea de averiguar de una vez por todas si existe algo más allá del momento en que el cuerpo muere.
La idea de Courtney rápidamente es secundada por sus compañeros de residencia, Jamie (James Norton), Sophia (Kiersey Clemons) y Marlo (Nina Dobrev) quienes deciden ingresar al experimento, a pesar de las advertencias insistentes de uno de otro de sus compañeros, Ray (Diego Luna). Sin embargo, más temprano que tarde, los 4 flatliners tendrán que aceptar no sólo la consecuencias positivas de su experimento, sino el infierno que desata detrás de él. (Análisis y Explicación de Flatliners)
Aunque en efecto, el argumento de la película sí es interesante y por momentos entretenido, la manera en como está puesto en escena sí es bastante mediocre. Niels Arden Oplev le imprime un carácter muy poco cinematográfico a la cinta, y muchísimo más cerco del estilo visual de una serie de televisión, hasta el punto que en comparación hasta el capítulo más burdo de Smallville parece merecer más la gran pantalla que Flatliners.
Las actuaciones, salvo quizás la de Ellen Page y de Kiersey Clemons, no son nada buenas. Ni siquiera la de Diego Luna. Hay mucho más interés por parte de los actores en lucir perfectos, algo completamente incoherente con sus personajes, unos estudiantes de medicina que no tienen tiempo ni de ir al baño y algo en lo que Grey’s Anatomy, al menos en sus primeras temporadas, si se cuidó de hacer muy bien. Y la manera de entregar los diálogos, grave.
Hay que decir que sí, que el director pone algo de esfuerzo en generar una atmósfera de suspenso, con un guión BIEN escrito que mantiene suspenso hasta el final, pero en realidad ni la técnica visual, ni los actores, ni mucho menos la música colaboran.
Así mismo, los personajes logran un desarrollo artificial originado no por una circunstancia interna, sino porque literalmente no tienen opción. Es así que la premisa de la película se mueve en un marco bastante negativo que es: NO TE METAS CON LO QUE NO CONOCES. O sea ¿en serio? No más investigación, ciencia, o prueba, porque la película Flatliners insinúa que intentar descubrir la verdad detrás de algo desconocido es muy mala idea.
Terminará en un par de meses en uno de esos canales que incluyen a la fuerza en los paquetes de televisión por suscripción.
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