Para todos los que criticamos ferozmente el parecido descarado que tuvo El Despertar de la Fuerza (Episodio VII), con Una Nueva Esperanza (Episodio IV) fue una total sorpresa ver como Los Últimos Jedi (Título original Star Wars: The Last Jedi) se salió completamente del molde, no sólo del que el público esperaba, sino de toda la franquicia como tal.
Los Últimos Jedi continúa con la historia de la enigmática Rey (Daisy Ridley) y su conexión no sólo con las fuerzas que respaldan la democracia en la Galaxia, encabezadas por la General Leia Organa (Carrie Fisher), sino con aquellas que bajo el nombre de La Primera Orden quieren imponer un orden autocrático y dictatorial reminiscente del Imperio Galáctico de Palpatine.
Rey tendrá que enfrentarse al hecho que aquellos que ella considera los buenos y heroicos como Luke Skywalker (Mark Hamill), no son tan perfectos como parecen y que los malos como Kylo Ren (Adam Driver) podrían tener justificación para sus actos, en apariencia malvados.
Hay dos razones por las que esta película me parece una apuesta positiva dentro de la saga de La Guerra de las Galaxias:
En primer lugar, es agradable ver como la película se acerca nuevamente al tono narrativo y visual que manejó George Lucas en la trilogía original de los 70s y 80s. Se nota un deseo genuino del director Rian Johnson de devolver un poco del ambiente retro de la serie.
En segundo lugar, resulta refrescante ver un estilo mucho más adulto en la cinta. Sí, obviamente hay chistes y situaciones jocosas, como toda película de Disney debe incluir por reglamento, pero aquí se notó un desdén total del director en este sentido, y sí mucha más atención a construir una historia que pueda considerarse épica.
Pero esta aproximación mucho más adulta, mucho más filosófica y definitivamente mucho más bélica a la historia de Rey y Kylo, no viene completamente gratis, porque el precio que paga la cinta para alcanzarlo es alto, muy alto.
En general los primeros 40-60 minutos de la cinta son prácticamente intolerables. La historia es aburrida, repetitiva, no se mueve, salen personajes sin importancia a cada rato, el argumento fuerza el camino de los personajes. Pero esa parte de la película es la que monta los cimientos para lo que sigue en los siguientes 90-110 minutos.
La última parte de la cinta es una aproximación interesante, porque se narra en forma de tragedia, en la ley de Murphy, en esa extraña acepción que tiene de que «Si algo puede salir mal, saldrá mal», algo que en el Universo de Star Wars es completamente nuevo, si a eso vamos.
Ahora, los personajes (quizás con la notable excepción de Luke Skywalker y quizás Poe Dameron) tienen muy poco desarrollo en esta cinta. Rey es la misma al principio y al final de la película. Kylo Ren es el mismo. Finn es el mismo. Hasta la Princesa Leia es la misma. La que sí me sorprendió fue Laura Dern, ya que cuando la vi pensé que se trataba de un chiste haberla incluido como una especie de Princesa Leia de respaldo, pero a medida que fue avanzando la historia, fue bastante obvio que tenían otros planes para ella, y la interpretación, si bien no fue magistral, al menos sí fue muy elegante.
Quizás por el poco desarrollo que tienen los personajes, las actuaciones que sí se destacan son las de los mismos que mencioné en el párrafo anterior, la de Mark Hamill y la de Jason Isaac.
¿Que si hay momentos, escenas y diálogos memorables? De hecho sí los hay y muchos. Rian Johnson se nota muy ducho en las escenas de combate, así como en aquellas dramáticas, guardando el debido equilibrio y la debida armonía. Exactamente igual que como deben equilibrarse la Luz y el Lado Oscuro.
El mensaje que deja la película, aunque no es tan brillante y positivo como en otras películas de Star Wars, o de Disney, sí invita a la reflexión y es que aunque tengamos siempre todo fríamente calculado y planeado, con el optimismo y la seguridad de haber hecho las cosas bien, un sólo error, un mal calculo o simplemente la casualidad y la mala suerte pueden echar todo a la basura. Pero aunque todo se vaya por el caño, lo que te dice la historia de esta película es que, aunque no vemos el sol de noche, sabemos que siempre, en algún momento, aunque parezca tardar, siempre amanecerá.
Quizás, sólo quizás, un poco de esperanza es lo único que necesitamos para poder seguir adelante.
El Sabanero X 
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