¿Es «El buen amigo Gigante» la peor Película de Steven Spielberg? ^ Reseñas X.

Cada vez que empiezan a rodar los créditos finales de una película y los espectadores empiezan a salir de la sala, dejando el reguero de vasos, crispetas, empaques y toda clase de basura en el piso, las sillas y el pasillo, es inevitable escuchar comentarios. Por lo general unos aplausos indican que la película ha sido muy buena (Inception, El Conjuro 2), unas cuantas palmas aisladas que la opinión estuvo dividida, el silencio total que bueno, al menos no se perdió la plata y por último los aislados «mala», «malísima» y el famoso «¿ya?» que indican que el largometraje no cumplió con las expectativas del público.

gigante

En el caso de El buen amigo gigante (Título original: The BFG) la opinión estuvo tan dividida que luego que rodaron los créditos, mientras algunos llegaron a lanzar palmas, otros no ocultaron el desdén que les había producido la cinta, etiquetándola como la peor que había visto en toda su existencia. Cabe preguntar entonces ¿qué es lo que tiene «El buen amigo gigante» que genera opiniones tan diferentes entre el público? La respuesta es mucho más sencilla de lo que cabría esperar: su director Steven Spielberg.

El buen amigo gigante narra la historia de Sophie (Ruby Barnhill) una pequeña huérfana, que en una noche de insomnio descubre la existencia de un gigante de 7 metros de altura recorriendo las calles de Londres. El gigante, a quien Sophie posteriormente llama «El B.A.G.» o Buen Amigo Gigante (Mark Rylance), se lleva a la niña a su hogar fuera de la costa de Gran Bretaña con el fin de evitar que su secreto se revele.

El B.A.G. y Sophie logran establecer una conexión de amistad, pero pronto los otros habitantes de la tierra de los gigantes, empiezan a causar problemas dada su costumbre de comer niños humanos. A partir de allí el B.A.G. y Sophie deberán empezar a crear una estrategia no sólo para escapar de los gigantes come-humanos, sino para evitar que sigan secuestrando niños en el Reino Unido.

Si vamos a analizar el argumento, hay que tener en cuenta que esta película está basada en el libro homónimo escrito por Roald Dahl, y en definitiva es un argumento que le da un giro inusual al viejo cuento de los gigantes. Aunque me quedan algunas dudas de que tan buena idea fue traducir esa historia a un formato que mezcla actores reales con imágenes generadas por computadora.

Y lo anterior se hace mucho más evidente teniendo en cuenta que el director es Steven Spielberg. El buen amigo gigante no es ni la mejor ni la peor película de Steven Spielberg, y realmente dudo que sea un punto bajo en su carrera. De hecho esta película tiene un interesante y en algunos casos exagerado parecido con otra película de Steven Spielberg, Hook de 1991.

Ambas películas tienen un elemento de fantasía insertado en el mundo real, pero mientras que en el mundo real la película tiene coherencia y sentido, una vez pasa al terreno de la fantasía empieza a adquirir tonalidades muy poco agradables para el público, como el de la exageración de las situaciones cómicas, los largos silencios y los planos sobre las caras de los personajes. Y si a eso le encimamos la estilizada cinematografía de Janusz Kaminski tenemos una película poco digerible para el público contemporáneo acostumbrado a la frivolidad de, por ejemplo, Los Vengadores.

Pero al parecer esa misma complejidad visual no resulta del todo desagradable para el público al que va dirigida la cinta: los niños. Creo que jamás había estado en una sala de cine, con tantos niños callados de principio a fin. Y es que al menos desde la perspectiva infantil, la imagen del B.A.G. de los gigantes malos y de los errores de pronunciación de los mismos, logran de cierta manera cautivar su atención. Así que quizás los que estábamos sobrando en las salas eramos los adultos.

Respecto a las actuaciones y las escenas, no hay mucho que se pueda decir, salvo que están a tono con el resto de la película. La premisa de «A veces es necesario pedir ayuda» tan sencilla y a la vez tan poderosa, se refleja en unos diálogos en definitiva muy precisos, pero que en el contexto de la cinta parecen un anillo de diamantes envuelto en una hoja de periódico.

Quizás El buen amigo gigante refleja un poco la esperanza de Steven Spielberg de cambiar el chip de las nuevas generaciones a la hora de ir al cine, de no esperar el espectáculo colorido repleto de chistes fáciles y de un argumento empaquetado con rellenos, que es no sólo lo que esperan los niños hoy en día, sino también muchos adultos.

3,66 / 5,00

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