El 14 de Julio del año 2000 fue un día que cambió la historia del cine contemporáneo para siempre. Ese día se estrenó el que sería el primero, de una larga lista de largometrajes dedicados única y exclusivamente a los superhéroes. Ese día se estreno la primera película de los X-Men.
16 años, 7 meses y 17 días después, con la más reciente entrega del Universo Marvel producido por 20th Century Fox, titulada simplemente Logan, se cierra definitivamente un ciclo que ha atraído a millones de espectadores a los cines y que ha generado miles de millones de dólares en taquilla en todo el mundo. Este es el último largometraje en el que Hugh Jackman, el joven actor de teatro proveniente de Australia convertido en una superestrella de Hollywood, encarnará al mítico James Howlett, también conocido como Logan, también conocido como Wolverine.
Es el año 2029, y durante los últimos 25 años no ha nacido otro mutante en el planeta Tierra. Logan (Jackman) se ha refugiado en Texas para mantener oculto al profesor Charles Xavier (Patrick Stewart) del otro lado de la frontera, en México, para protegerlo de los múltiples bandos interesados en explotar su habilidad, aún a tan avanzada edad.
Sin embargo, la capacidad de camuflaje de Logan pronto se ve comprometida por la presencia de dos desconocidos; la primera una mujer mexicana llamada Gabriela (Elizabeth Rodríguez) y el segundo, un mercenario llamdo Donald Pierce (Boyd Holbrook), ambos muy interesados en el talante de Logan, ya sea como héroes, o como asesino.
Pronto Logan, cuya capacidad de sanar ha sido altamente comprometida por el adamantium incorporado en su cuerpo, deberá decidir si dar una última batalla para proteger no sólo al Profesor X, sino también a Laura (Dafne Keen), una niña con la que podría tener más en común de lo que él mismo querría admitir.
Para empezar hay que admitir que la historia, si bien no es especialmente original, sí logra ser esencialmente humana. Esto es evidente en el hecho que son los personajes, y no las escenas fantásticas hechas a computador, lo que mueve la trama.
La cinematografía, apoyada en colores cálidos y brillantes, en contraposición al azul intenso usado por Bryan Singer en las otras películas de X-Men, resalta aún más su realismo, interpretando el futuro de una manera real, quizás no tan espectacular como en otros universos del cómic, pero sí vívida y cruda, como la realidad misma.
La película, sin embargo, toma demasiado tiempo, esfuerzo y sobre todo, paciencia de los espectadores en las escenas de lucha. Es decir, está bien ver a Wolverine o a Laura rebanando cuellos a diestra y siniestra… una vez, pero verlos hacer lo mismo repetidamente genera cierto nivel de hastío. Algo completamente innecesario en una cinta de esta calidad.
Así mismo, aunque hay escenas grandiosas (atención a la escena del Hotel en Las Vegas) y unos diálogos precisos (las conversaciones entre Charles Xavier y Logan), también hay que decir que los huecos argumentales son en ocasiones gigantescos, sobre todo en la última parte, donde no se entiende si la repentina debilidad de ciertos personajes se debe al agotamiento del presupuesto, o a la pereza de los guionistas.
Finalmente, el mensaje que pretende entregar la película, de nunca es tarde para ser el héroe que otros necesitan, se cumple a cabalidad. Wolverine consolida así, el viaje de su personaje, mismo que inició en el año 2000, cuando un joven australiano se quedó con el papel que lo marcaría para toda la vida. Esperemos que así como este fue el fin de Wolverine, no lo sea para la carrera de Hugh Jackman, que aún tiene mucho para ofrecer en el séptimo arte.
4,55 / 5,00
★★★★★
2 comentarios en “Crítica X ^ Logan”