Una legisladora de Kansas ha introducido un proyecto de ley que le permitiría a padres, niñeras y personal escolar, nalguear con mucha más fuerza. El llamado «Estado Girasol» es uno de los 20 estados (la mayoría en el Sur de EUA), en los que se puede castigar físicamente a un niño, siempre que no se dejen marcas o contusiones, pero esta ley (en caso de aprobarse) protegería a los adultos que castigan a sus hijos lo suficientemente fuerte como para dejar enrojecimiento o decoloración. La mujer detrás de esta medida es Gail Finney de Wichita, una demócrata y madre de tres hijos. Ella puntualizó sus objetivos en el diario Wichita Eagle, en los cuales se define el castigo corporal para el sistema judicial, se restauran los derechos parentales, y se liberan de cargos de abuso infantil las prácticas de disciplina tradicionales. «Lo que está sucediendo es que hay menores muy desafiantes a los que no les importan sus padres o el personal de las escuelas» dijo Finney. Incluso con «una pequeña contusión, un padre de familia puede ser acusado de abuso infantil, cuando en realidad no fue nada serio».
Hay niños que literalmente hacen lo que les da la gana ¿Qué herramientas tienen los padres para evitar que sus hijos se les salgan de las manos?
Pero ¿qué cuenta como «algo serio»? Mientras en Kansas es ilegal golpear a un niño en la cabeza o el cuerpo con un cinturón, una vara o con el puño cerrado, el proyecto de ley permitiría «hasta diez aplicaciones en linea con la tradicional mano abierta y desnuda contra las nalgas cubiertas de un niño». También busca permitir «cualquier fuerza física razonable… que sea necesaria para aplacar, restringir o controlar al niño, con el fin de mantener la autoridad sobre él, reconociendo que el enrojecimiento o las contusiones pueden ocurrir en la delicada piel infantil como resultado».
¿Cómo evitar que un niño fuera del control de padres y maestros termine en esto?
Adicional a esto, el proyecto de ley da luz verde a los administradores de las escuelas de darle nalgadas a aquellos estudiantes cuyos padres hayan autorizado el procedimiento, incluyendo adolescentes y estudiantes de más de 18 años.
¿Qué opinas de esta propuesta? ¿Se puede aplicar en nuestros países? (Las cursivas son mías).
Y no se había terminado de anunciar que el alcalde de Sincelejo había decidido cancelar las tradicionales corralejas en este municipio, cuando ya la resentida camarilla antitaurina estaba celebrando con bombos y platillos la decisión. Pero en un giro sorprendente de la historia, el Consejo de Estado justificó los extravagantes sueldos de sus magistrados y les aguó la fiesta al referido grupo de misántropos al señalar que ni el alcalde, ni el concejo, ni ninguna entidad municipal de la capital de Sucre tenía la potestad de cancelar la tradicional fiesta taurina que se celebra en la ciudad a finales del mes de Enero con motivo de la festividades de «El Dulce Nombre de Jesús». El Tribunal, que de alto no tiene nada salvo los astronómicos sueldos que allí se pagan, señaló que:
El maltrato animal se encuentra excepcionalmente permitido en Colombia en la Constitución y en la Ley, en las actividades consideradas culturales en los términos del artículo 7 de la Ley 84 de 1989, declarado exequible por la Corte Constitucional en la sentencia C-666 de 2010
La Ley 1272 de 2009 declaró las corralejas de Sincelejo patrimonio cultural de la Nación, ergo están en una de las hipótesis o causales, en las cuales se permite el maltrato animal.
Adicionalmente, indica que esa declaración legal, sumada a lo previsto por la Ley 84 de 1989, determinan que el Concejo Municipal carece de competencia para adoptar decisiones como la plasmada en el Proyecto de Acuerdo objetado.
Tal y como lo señala el Consejo de Estado, las corridas de toros son actos de maltrato animal, pero poniendole lógica al asunto, hasta sacarle los piojos a un niño es un acto de maltrato animal, y yo no veo a los grupos defensores de animales armando alboroto por ese motivo. Es que claro, el asunto con las corridas de toros no tiene nada que ver con el maltrato o no del animal, sino sencillamente con un sentimiento de culpa que dicho maltrato se haga en público, frente a una audiencia que lo ve como entretenimiento.
¿Vamos a acabar con una tradición fundacional por los escrúpulos ridículos de un puñado de misántropos?
Para los antitaurinos que un grupo de personas aproveche las corridas de toros para reunirse con la familia o los amigos es el acto de crueldad más grande jamás cometido en la historia de la humanidad que no le llega ni a los talones a lo que hicieron en Auschwitz, pero sin embargo se les ve felices comiendo carne, pollo o cerdo; con zapatos y correas de cuero y en general consumiendo productos que al final de cuentas vienen y provienen de esos mismos animales que tanto dicen defender.
Pero si hacemos una comparación entre la vida que llevan los animales que los antitaurinos felizmente se llevan a la jeta todos los días y los toros que tanto dicen defender, vemos que la crueldad más bien va por otro lado. Un toro destinado para la lidia o para una corraleja vive aproximadamente cinco años, de los cuales solo «sufre» en el momento en que sale al ruedo, digamos que como máximo una hora. Haciendo una regla de tres simple, vemos que el animal solo sufre el 0.0023% de toda su vida. La misma cuenta aplica para los caballos que hacen parte del espectáculo ¿Cuanto tiempo esos animalitos que usan para hacer las postas de carne, y los cortes de cerdo y las presas de pollo tan apetecidas? A diferencia de los toros destinados a la lidia, que se crían en el campo abierto para que no se amansen, estos animales, producidos de la industrialización de la comida, viven toda su vida en enormes campos de concentración, en la oscuridad, engordando y sufriendo de cuanta enfermedad pueden padecer, muchas de ellas increíblemente dolorosas, sin embargo no veo a los defensores de animales dejando de comer, ni dejando de vestirse para salvar a estas «pobres criaturas» que sufren durante el 99.97% de sus vidas, mucho más que un toro destinado para las corridas.
¿Se habrán puesto a pensar que pasaría si llegaran a suspender las fiestas taurinas en todo el país?
Argumentan ellos que es una crueldad que la gente se divierta con el sufrimiento del toro, y probablemente tengan razón, pero eso no justifica que se rompa una tradición fundacional como son las corralejas en esta región del país y se deje en la calle a miles de personas que viven de estas festividades por unos escrúpulos estúpidos que no aguantan el primer análisis lógico. Empezando por el hecho de que en el caso que se llegaran a prohibir las corralejas en todo el país, lo primero que van a hacer los dueños de estos toros sería sacrificarlos en masa, al no representar ninguna utilidad potencial, y en cambio sí un gasto efectivo.
Para terminar les dejo este documental, para que vean que en cuestiones de maltrato animal, todos somos culpables y que ponerse una camiseta ridícula de «La tortura no es arte ni cultura» no los hace menos culpables.
Y luego de dos debates bastante «peculiares» en el congreso de nuestra amada República de Colombia, donde se escucharon desde propuestas de matrimonio a Avianca hasta términos tan originales como «sexo escatológico» se terminó de hundir el proyecto de ley que permitiría el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
En un primer debate que nada tendría que envidiarle a capítulo de «Dejémonos de Vainas» los congresistas que rechazaban el proyecto se agarraron de argumentos tan ridículos como el de que de aprobarse el proyecto la gran perdedora sería la mujer, o el de que se aumentaría la violencia sexual en los niños entre otras barbaridades que sólo muestran que en Colombia elegimos a un montón de ignorantes para sentarse en ese congreso que se supone debería representar al pueblo.
Son tan ridículos los argumentos que dan en el congreso personajes como el senador Gerlein, que la parodia no se hace esperar.
A mi modo de ver las cosas este debate no fue un debate sobre la igualdad de derechos, como se suponía debía ser, sino un debate sobre una estúpida palabra: Matrimonio. En ese congreso nadie parecía tener problema con que las parejas del mismo sexo formalizaran su relación, no, no, no, el problema era que quisieran llamar a esa unión matrimonio, ese era el meollo del asunto. Ese es el problema que surge cuando se mezcla la religión con la ley.
Y Jesús, que no era ningún bobo retrógrado como nos hacen creer Roberto Gerlein y Alexandra Moreno Piraquive, dijo que «Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» palabras muy sabias cuyo significado es que las cuestiones políticas no se deben mezclar con cuestiones religiosas ahí si que como dice la sabiduría popular «Cada loro en su estaca».
En Colombia se nos inculca desde pequeños, sea cual sea la religión que practiquemos que el Matrimonio es una unión de un hombre y una mujer bendecida por Dios. Ahora con esa programación metida en la cabeza, es difícil desligar esa definición del matrimonio civil que es, sin lugar a dudas, un concepto completamente distinto.
El error aquí consistió en adoptar una palabra tan profundamente ligada a la mentalidad religiosa, como lo es Matrimonio, dentro de nuestros códigos legales. Puede ser que el Matrimonio sea una institución civil desde los tiempos de la antigua Roma, pero por 1500 años fue el sacramento favorito de la iglesia y eso eco resuena tan fuerte hoy día que aún se hunden proyectos de ley por su causa.
«Matrimonio» no es la palabra correcta para designar uniones, ya sea de hombres con mujeres, hombres con hombres, mujeres con mujeres, o aliens con depredadores … al menos no en este país donde todo, hasta el día de la yuca lo quieren santificar a punta de marchas y eucaristías. Así como a los recién nacidos no se les pide la Partida de Bautismo, sino el Registro Civil, y como a los muertos no se les expide un Certificado de Extrema Unción sino un Certificado de Defunción, así mismo la unión de dos personas (naturales, no jurídicas, no vaya a usted a casarse con Avianca) no debería recibir ese apelativo. Sea como sea que lo quieran llamar, vinculo marital, unión civil, unión conyugal… Matrimonio no es la palabra adecuada.
«Yo no le propuse unión civil a ella» dice este cartel. ¿Por qué la palabra matrimonio es tan importante, cuando es una institución en franca decadencia?
En cuanto a la adopción, en un país donde la sexualidad irresponsable conduce a miles y miles de nacimientos no deseados cada año, que una pareja, sea cuál sea su orientación sexual, decida darle la oportunidad a uno de estos niños no debería rechazarse tan a la ligera. Por supuesto que hay que hacer seguimientos ¿Pero por qué negar esa posibilidad? ¿Prefieren que se imponga la cultura del aborto entonces? ¿Qué acaso el ICBF no está para verificar si una pareja está en capacidad económica y emocional de adoptar? Esas son las preguntas que nos deberíamos estar haciendo en lugar de pelear por una tonta palabra. Después de todo ¿Cuál es el afán por pertenecer a una institución que hace años está en decadencia? No quisiera creer que todo este alboroto es porque quieren matrimonios por lo civil, porque por la Iglesia no pueden. Si es así creo que el objeto de tanta lucha y tanto clamor no es más que pura y simple ilusión.
Esas son las preguntas que nos deberíamos estar haciendo en lugar de pelear por una tonta palabra. Después de todo ¿Cuál es el afán por pertenecer a una institución que hace años está en decadencia? No quisiera creer que todo este alboroto es porque quieren matrimonios por lo civil, porque por la Iglesia no pueden. Si es así creo que el objeto de tanta lucha y tanto clamor no es más que pura y simple ilusión.