Selene (Kate Beckinsale), como siempre, queda metida en el medio de una batalla entre vampiros y lycans… otra vez.
¿Por qué debería verla?
La única razón por la que le recomendaría ver esta película a alguien, es porque cambió de enfoque… ya no se siente como una película de acción-terror, sino una película de fantasía, al mejor estilo de El Señor de los Anillos, al cuál le robó uno que otro elemento. Pero más allá de eso…
¿Por qué no debería verla?
Porque esta es una franquicia completamente agotada. Usted sabe que una franquicia no da más cuando lleva 13 años y los personajes no han aprendido nada todavía, y a los guionistas sólo se les ocurre meter elfos-vampiros para seguir echando cháchara. Los personajes carecen de motivación y/o desarrollo coherente, lo cuál derrumba cualquier sentido que pueda tener en sus 107 minutos.
¿Debería verla o no?
No, a menos que tenga unos tragos encima, o esté bajo los efectos de alguna droga alucinógena.
Sería muy, pero muy sencillo para mi empezar esta reseña con la onomatopeya de una larga y sonora carcajada, seguida de una larga diatriba que explicara en detalle por qué «Crepúsculo» (Twilight) es el libro más superficial y tonto del mundo, aduciendo por supuesto, su insinuación falaz sobre la dependencia afectiva de las mujeres hacia los hombres (o hacia los vampiros, dado el caso), la trivialidad intrínseca de su premisa, o su escalofriante sucesión de diálogos relamidos; pero a decir verdad resulta mucho más constructivo intentar entender cómo un libro de estas características aparentemente tan elementales y deficientes, pudo poner a leer a una generación completamente enfrascada en las distracciones de los servicios de la televisión, la mensajería instantánea y las redes sociales.
¿Quién diría que el mercado de novelas fantásticas para adolescentes y adultos inmaduros, mal llamadas «young-adults fantasy» estuviera tan al alza? Y es que después de Twilight, Eragon, Percy Jackson, Beautiful Creatures, etc, etc, etc… parece que los editores han encontrado finalmente la gallinita de los huevos de oro que hace que hasta los más reacios se sienten a leer las aventuras inverosímiles y superficiales de algún tonto de cualquier género que de repente se da cuenta que detrás del mundo normal y corriente en el que vive (y en el que es un perdedor), existe otro mundo, uno fantástico, que da la gran casualidad es exactamente lo que este personaje completamente aburrido, necesita para vivir una vida plena. Y Cazadores de Sombras (The Mortal Instruments)) en su primera entrega titulada Ciudad de Hueso (City of Bones) no se salva de la misma formula cuadriculada y aburrida. Y mucho menos se salva de que la llevaran a la pantalla grande, pero curiosamente en una extraña inversión de lo usual, en este caso diríamos que la película le hizo un enorme favor al libro.
Tanto el libro como la película siguen la historia de Clarissa «Clary» Fray, una neoyorquina de 16 años, que tras la desaparición de su madre se ve enfrentada a un mundo lleno de demonios, vampiros, hombres lobos y de una extraña clase de guerreros llamada «Cazadores de Sombras» (Shadowhunters).
El libro consta de 23 capítulos y un epílogo, y está escrito casi en un 95% en tercera persona desde la perspectiva de Clary. Al igual que otras novelas como Inferno y El Código Da Vinci estos capítulos no son una unidad integral sino que parecen más colchas de retazos mal cosidas, con el evidente propósito de mantener fluida la prosa y de mantener al espectador en suspenso, pero evidentemente la escritora de esta novela o no tiene ni la más remota idea de como hacerlo, o el editor tenía demasiado afán en justificar su sueldito, porque el resultado final es espantoso.
No hay nada de original en «Ciudad de Hueso», de hecho parece una especie de Frankestein entre Harry Potter, Twilight y Buffy, la Cazavampiros. Al igual que en Potter los protagonistas pueden hacer un sinnumero de hechizos, pero la escritora seguro pasó menos de dos minutos en imaginar como cambiar la varita mágica y los hechizos verbales y los sustituyó por estelas y hechizos escritos, llamados runas. (Cuidado te ganas un Nobel de Literatura, Casandra Clare.) Al igual que en Twilight, en medio de los vampiros y los hombres lobo, hay una historia de amor, pero mientras que Stephanie Meyer se tomó su tiempo para consolidar su ahora mundialmente famoso triángulo amoroso, parece que Clare tenía mucha prisa en establecer el suyo propio.
Las novelas del llamado género «Young Adult» son tantas que hay una por cada estado de los Estados Unidos. Si tan sólo alguna fuera lo suficientemente buena.
El argumento sigue el mismo patrón de Harry Potter, aventuras mágicas tras otras, que ponen en peligro a los protagonistas, pero a diferencia de Rowling, Clare no lo hace para consolidar el argumento y la historia dirigiéndola a una conclusión satisfactoria, sino simplemente para llenar hojas y hojas de papel de manera innecesaria y la premisa de que «La magia en el corazón de Estados Unidos también existe» se diluye en imágenes ya conocidas, en donde los dragones se remplazan con motos voladoras y las hadas suplantan a los elfos.
Si no era ya suficiente con todo eso, los personajes son lo peor de este libro. Los protagonistas, los supuestos «héroes», son un cúmulo de inmadurez, malos modales y groserías, cuyo único desarrollo en 500 páginas mal contadas es el de decir de quien o de qué están enamorados. Si así son los «héroes», los villanos son mucho peor, pero no por lo malvados, sino por su poco antagonismo y participación. El mismo villano principal, solo aparece un rato al final y se vale de trucos de villana mexicana para lograr sus propósitos.
Sin duda, una muy mala elección para el sexto y último libro para este año. Pero increíblemente es la película quien logra darle un poco de aire a ese título. La cinta, sin ser exactamente una obra maestra del séptimo arte, logra en sus primeras 2/3 partes mejorar en un 150% el pobre argumento de libro, corrigiendo errores en la estructuración de la historia y en los diálogos y planteamiento de los personajes. El cambio número 1 es Clary, en el libro, la niña es sólo una inmadura niña caprichosa con un egoísmo infinito a pesar de que su madre está desaparecida. Sus actos de «heroismo» a lo largo de la película se concentran más en salvar a las personas que la definen a ella como ser humano, que en un acto de desinterés y ella mismo lo dice frecuentemente. En la película Lily Collins logra darle una sencillez y una inocencia delicada absolutamente encantadora. Jamie Campbell, que es el opuesto masculino de Clary, el cazador de sombras, Jace Wayland, le imprime humor y carisma a un personaje que en el libro hace ver Dolores Umbridge como una princesa Disney.
Lamentablemente en la última parte de la película, el argumento del libro no da para mucho, y se nota cierto desorden que por ratos carece de sentido y de lógica, pero en términos generales digamos que logra sacar a flote un giro final que ni en María la del Barrio se atreverían a incluir. Definitivamente la película logra maravillas con un libro que es malo con ganas. Así que sientase libre de ver únicamente la película, con todo y secuelas, sin sentir si quiera la necesidad de tocar el libro. Al menos la película tiene banda sonora.
Y luego de semanas de críticas intensas, incluso antes de su desafortunado estreno, RCN por fin sacó del aire a «Chica Vampiro», serie que no llevaba ni diez días al aire. Este es sin duda uno de los fracasos más grandes de RCN, superado únicamente por el de la novela que protagonizó Jaider Villa que no duró ni 3 días. ¿Pero es en realidad la «Chica Vampiro» tan mala como la pintan, para que genere comentarios como este:
Un día el hombre se dio cuenta que cagaba, mas adelante el hombre se dio cuenta que ahora la mierda esta en RCN con la chica vampiro.
Antes de decidir a escribir sobre Twilight o «Crepusculo» como se conoce tanto la serie de películas, como las novelas en las de Stephanie Meyer, tenía que ver la serie completa, y debo decir que las vi en sentido contrario. Primero Eclipse, luego Luna Nueva y por último Crepúsculo.
Habiendo empezado por la tercera entrega de la saga, me sorprendió en realidad. Es muy entretenida y muy bien escrita, luego pase a la segunda entrega y empecé a dudar de que tan merecida era la aclamación de la que hace gala la Saga de Crepúsculo y por último vi la primer entrega y entonces entendi a que se debe toda la alharaca que se escucha en cine, radio, televisión e internet, sin mencionar el zumbido constante que hay en las redes sociales de Twitter y Facebook.
La primera película de la Saga (Twilight, 2008) es en realidad una excelente película, excelente dirección, excelente fotografía y excelentes actuaciones, se siente completamente natural, nada es forzado y todo encaja perfectamente, se siente real, me recordó mucho a la primera cinta donde vi a Kristen Stewart de adolescente «Speak» donde ella demostró ser capaz de una carga dramática enorme. Kristen Stewart es una gran actriz, logra canalizar perfectamente su talento en encarnar a la confundida adolescente Bella Swan, Pattinson también hace un excelente trabajo, los dos se complementan perfectamente en la pantalla. La historia es sólida y estructurada, precisamente porque no es una película de vampiros sino es una película sobre una chica que da la casualidad que se enamora precisamente de alguien, diferente que resulta ser un vampiro. Acertaron en darle al personaje de Stewart toda la prioridad, ya que en los libros toda la acción gira en realidad alrededor de ella.
Las cosas cambian en la segunda película (New Moon, 2009) , la verdad no entiendo cual era el afán por cambiar a la directora, creo que para un tipo de película como Twilight se necesita una sensibilidad especial que se logró con la primera película, si bien no era una pieza que en realidad se haya programado para ser un super hit comercial, no había necesidad del estudio de cambiar de dirección, solo por darle esteroides (innecesarios además a la película). Todo lo bueno de la primera película se dañó con la segunda y es que llevar al director de American Pie, una grotesca comedia, a dirigir el clásico romántico de la década era desde el inicio una pésima idea, y al final toda la película se apoyó en los recién creados músculos de Taylor Lautner. Y el núcleo central que era la relación casi masoquista entre los protagonistas paso a un segundo plano. Desaprovecharon a Dakota Fanning, los villanos era insípidos y la fotografía es bastante mediocre, sin hablar de lo mal escrita que estuvo la historia, teniendo en cuenta que en la primera película exploraron bastante bien el personaje de Bella, en la segunda película queda como una tonta niña caprichosa que debe ser rescatada por lobos y vampiros. Y lo peor es que de lo que hablaba todo el mundo era de la escena donde los licántropos liderados por Lautner se convierten en lobos de verdad. Por favor.
La tercera película (Eclipse, 2010) logra un cambio interesante, si bien no seguía el patrón de la primera película, tampoco seguía la sarta de idioteces y errores tontos de la segunda, de hecho está muy bien escrita y logra lo que se supone que debía lograr la segunda: una película muy buen puesta de acuerdo con su estatus de blockbuster sin ser una obra de arte digna de competir en los Oscars pero los suficientemente buena para calmar a los críticos y llenar las salas de cine. La historia principal romantica está perfectamente desarrollada, la fotografía es buena y las actuaciones son consistentes, sin mencionar que el cambio de la Villana (Victoria) es un punto positivo. Lautner, Stewart y Pattinson se consolidan como los protagonistas indiscutibles de la saga, y sin embargo los otros personajes tienen su parte, en general es una película que vale la pena ver.
Para concluir se puede decir que Twilight era una película que hacía falta, luego de la supremacía Potter donde los temas sexuales era inexistentes, ver esta donde se habla tan abiertamente y tan acertadamente (menos en la segunda película) sobre las relaciones sexuales, la castidad y todo eso era en definitiva refrescante.