Los episodios I, II y III de la saga de Star Wars están entre las películas más execradas de todos los tiempos. Casi todos los críticos de renombre han coincidido en que esta segunda serie de películas es, cuando menos, una gran decepción para todos los que conocieron la trilogía original de Luke Skywalker, la Princesa Leia y Han Solo. Sin embargo luego de ver la primera entrega de esta serie con toda la atención y el detalle del caso (alguna vez la vi sin prestarle mucha atención) no puedo sino pensar en que toda la lluvia de críticas que le han caído a esta serie de películas no son más que una simple y bien concertada exageración.

La Amenaza Fantasma (Título original: The Phantom Menace) cuenta la historia de Anakin Skywalker (Jake Lloyd) un niño de 9 años, cuyo genio y habilidad para las cuestiones mecánicas lo ha hecho la posesión más valiosa de Watto, un esclavista toydariano que suele explotarlo para su propio beneficio. Sin embargo para Anakin las cosas empiezan a cambiar radicalmente al encontrarse en el taller de Watto a Quin-Gon (Liam Neeson), un maestro Jedi que ha quedado varado en el planeta (Tatooine) intentando proteger a la Reina Amidala de la Federación de Comercio, que intenta capturarla y obligarla a firmar una capitulación que inicie una invasión sobre su planeta (Naboo).

Quin-Gon pronto se da cuenta que las habilidades de Anakin sólo podrían corresponder a las de un Jedi y organiza un esquema para sacar al niño del planeta e iniciar su entrenamiento. Sin embargo, la Federación recibe el apoyo de Darth Maul, un Sith entrenado en la fuerza que amenaza con poner en riesgo el plan de rescate de la Reina Amidala y la vida misma de Quin-Gon, su aprendiz ObiWan Kenobi, y hasta la del mismo Anakin.

Hay que decir que la historia es en sí misma atrapante. Quizás lo que les molesta a muchos es que esta historia se separa mucho del tono divertido y de aventuras de la serie original y se aproxima mucho más a la esencia de un thriller político. Eso no es nada raro teniendo en cuenta que el George Lucas que escribió esta película es 22 años más maduro que el joven arriesgado que escribió «Una nueva esperanza«.

Sobre la dirección, no tengo otra opción más que decir que es casi perfecta. La representación de Coruscant es impresionante, así mismo sucede con las escenas en el desierto y en Naboo. Sin embargo, hay muchas escenas en las que se pierde el toque realista de la serie original, precisamente por una sobre-utilización de los efectos por computadora.

Pasando a las actuaciones, hay que decir que están bastante en el promedio. No puedo pensar en un sólo actor sobre el que pueda decir «¡Oye, pero qué bien lo hizo!», sino como que el peso de la trama los va arrastrando a todos, casi que a a la fuerza.

Las secuencias de esta película que son dignas de recordar son sin duda la carrera de autos de Anakin, donde Jabba, el Hutt, tiene una participación especial. Y por supuesto las peleas con sables de luz entre Darth Moul, Quin-Gon y ObiWan.

Todos estos elementos se articulan en una premisa extraordinaria, que es quizás, lo que en mi opinión, le da un alma que muchos han desconocido, premisa que en nuestras latitudes se expresa en un lema falsamente atribuido a las Sagradas Escrituras: Ayúdate que yo te ayudaré. Todos los personajes principales en algún momento de la historia, deciden que la mejor manera de conseguir sus propósitos es actuando firmemente sobre ellos y no esperar simplemente a que le lluevan los panes del cielo. ¿Será por esta razón que muchos la detestan? Quién sabe…

3,22 / 5,00

★★★★★