Venom: El Último Baile

Una coreografía de la soledad y la aceptación

Venom: The Last Dance es una entrega inesperada, una que reescribe la relación entre Eddie Brock y su simbionte con una humanidad cruda y desgarradora. Esta vez, Eddie (Tom Hardy) y Venom no son solo un par disfuncional en busca de supervivencia y poder, sino dos seres que, al aceptar su imperfección mutua, descubren una conexión auténtica y sacrificial que va mucho más allá de la dependencia. Es una película que nos recuerda que, a pesar de nuestras grietas, cada uno de nosotros alberga la posibilidad de reconciliarnos con nuestras sombras.

Desde los primeros minutos, se nota que The Last Dance combina sus habituales dosis de acción y aventura con un examen profundo de la soledad. Esta no es solo la historia de Eddie y Venom, sino un reflejo de lo que significa aceptar nuestra vulnerabilidad. La relación de Eddie y Venom ha sido tensa desde el inicio, un “matrimonio” forzado por la supervivencia; sin embargo, en esta entrega, Eddie finalmente abraza a Venom no como una presencia invasiva, sino como una parte fundamental de su identidad. El sacrificio final de Venom no es un mero acto heroico, sino una manifestación del vínculo que ambos desarrollan; su despedida es agridulce y conmovedora, rompiendo cualquier percepción de que este dúo era solo una alianza por conveniencia.

Este planteamiento cobra vida gracias al poderoso elenco. Tom Hardy, como siempre, se sumerge en su papel con total convicción, ofreciendo una interpretación que oscila entre el humor y la angustia. Chiwetel Ejiofor, quien interpreta a Rex Strickland, es el contraste ideal: el hombre pragmático del gobierno que, como en una película de Misión Imposible, reconoce que no todo enemigo es lo que parece. Su descubrimiento de que los simbiontes pueden ser aliados en lugar de amenazas añade una capa de complejidad ética al film, invitando a la audiencia a cuestionar sus propias ideas sobre la otredad y el miedo.

La actuación de Juno Temple como la doctora Teddy Payne es otra joya. Su personaje está marcado por la pérdida de su hermano en la infancia, un trauma que la ha transformado en una huésped perfecta para un simbionte. La narrativa sugiere que, a veces, los eventos más desgarradores de nuestras vidas pueden ser el umbral hacia un poder y una paz inusitados. Temple equilibra la fragilidad y la fortaleza en su papel, aportando una sensibilidad profunda que eleva el tono emocional de la historia.

En el aspecto visual, la película no intenta innovar de forma ostentosa, pero su éxito radica en su enfoque de los personajes. La soledad de Eddie se explora con una intimidad cruda, en la que cada escena entre él y Venom parece cargar con una vulnerabilidad palpable. Sin embargo, el punto fuerte del film radica en su banda sonora, que evoca la nostalgia de los 80 con una energía renovada y se integra perfectamente en el desenlace. En el clímax final de Venom, la música aporta una carga emocional tan grande que intensifica cada gesto y mirada de Eddie, haciendo que el público viva el sacrificio de Venom como un acto de verdadero amor y redención.

El alivio cómico de la familia Moon sirve como un respiro y aporta ligereza, logrando un balance perfecto sin alterar el tono de la narrativa. Su humor es orgánico, un recurso que humaniza la película y añade un sentido de comunidad y esperanza en medio de una historia repleta de sombras.

Venom: The Last Dance es mucho más que una película de acción o un thriller de superhéroes. Es un recordatorio poderoso de que incluso en los seres más complejos y “monstruosos” puede haber una capacidad infinita para el amor, el sacrificio y la redención. Es una película que tiene alma y, en última instancia, una que encuentra la manera de tocar el corazón de su audiencia.

Smile 2: Entre La Promesa y la Decepción

«Smile 2» es una película que, aunque logra entretener con momentos intensos y una banda sonora impecable, sufre de una incoherencia argumental que termina lastrando su potencial. En muchos sentidos, esta secuela tenía el terreno fértil para construir algo sólido sobre los cimientos de la primera entrega, pero, lamentablemente, opta por un desenlace que desinfla toda la tensión construida a lo largo del filme.

Una experiencia entretenida, pero inconexa

La trama de Smile 2 te mantiene al borde del asiento, jugando con la mente del espectador en todo momento. Los saltos de susto bien colocados, sumados a una atmósfera densa y oscura, logran sostener el interés durante gran parte de la película. Sin embargo, cuando analizamos el desarrollo del guion, se perciben grietas evidentes. La narrativa comienza prometiendo un conflicto más profundo entre la protagonista y la entidad que la persigue, pero, a medida que avanza, las piezas no terminan de encajar.

El problema radica en que, a pesar de toda la intriga que genera el filme, el final resulta una salida fácil y decepcionante: el clásico “todo fue un sueño”. Es un recurso que, en lugar de brindar un cierre satisfactorio o abrir nuevas interrogantes, simplemente arroja por la borda la oportunidad de construir una historia más coherente y significativa. Los eventos que parecen decisivos, las decisiones cruciales de la protagonista, todo se desvanece en el vacío de un desenlace que frustra al espectador.

Una banda sonora memorable

Si hay un aspecto que destaca de manera sobresaliente en Smile 2, es su banda sonora. Desde el inicio, la música juega un papel crucial en la creación de una atmósfera tensa y envolvente. Las composiciones, bien pensadas y colocadas, amplifican las emociones en pantalla, y en varios momentos la música es la que lleva la película sobre sus hombros, elevando escenas que, de otro modo, habrían pasado desapercibidas.

La banda sonora no solo acompaña la acción, sino que la potencia, dándole un toque distintivo que destaca entre otras películas del género. Es, sin duda, uno de los mayores aciertos de Smile 2 y una razón por la que algunos espectadores podrían seguir enganchados a pesar de las debilidades narrativas.

Noomi Scott: una actuación que brilla

En cuanto al reparto, Noomi Scott es, sin lugar a dudas, lo más impactante de la película. Su interpretación de una mujer atrapada en un ciclo de terror psicológico es convincente y poderosa. Scott se entrega por completo al papel, transmitiendo de manera efectiva la desesperación, el miedo y la angustia de su personaje. Cada gesto, cada mirada, contribuye a crear una figura protagonista que, aunque enfrentada a una trama incoherente, logra sostener el peso de la película.

Es frustrante ver que una actuación tan sólida como la de Noomi Scott se vea opacada por la falta de dirección coherente en el guion. Su entrega actoral merece un contexto mucho más robusto que le permita brillar aún más, y Smile 2 le falla en ese sentido. Aun así, su actuación es suficiente para mantener la atención de la audiencia y darle al filme un sentido de urgencia y humanidad que de otro modo no tendría.

La oportunidad perdida

El aspecto más frustrante de Smile 2 es que, desde su premisa, tenía todos los ingredientes para ser una gran película de terror. El primer acto construye un conflicto interesante, y la película juega de manera efectiva con la mente del espectador, haciéndole creer que hay una posible salida para la protagonista. Sin embargo, el desenlace trivializa todo lo que se había planteado antes.

El final en el que “todo fue un sueño” es una decisión narrativa que, más allá de sorprender, desinfla la tensión y elimina el sentido de urgencia que la trama había trabajado arduamente para construir. Este tipo de resoluciones son particularmente dañinas en el género del terror, donde la amenaza real y palpable es lo que mantiene la tensión en el aire. Si al final, esa amenaza resulta ilusoria, todo el viaje se siente en vano.

El futuro de la franquicia: ¿qué queda por contar?

Quizás lo más preocupante de este final es que deja muy poco margen para el futuro de la franquicia. Si la entidad que persigue a la protagonista es, de hecho, imposible de derrotar, ¿qué más se puede hacer en una tercera entrega? Si no hay posibilidad de una resolución, si la historia solo repite los mismos ciclos de desesperanza sin ofrecer una evolución significativa, entonces el interés por futuras entregas podría diluirse rápidamente.

En este punto, la historia se siente agotada. La entidad es invencible, y si la protagonista no puede encontrar una salida, ¿por qué debería importarle al espectador lo que venga después? La secuela deja la incómoda sensación de que ya no hay más terreno por explorar, lo que pone en duda la relevancia de una posible continuación.

Conclusión

Smile 2 es, en última instancia, una película entretenida con un gran potencial desperdiciado. Su atmósfera tensa, una banda sonora fantástica y una actuación memorable de Noomi Scott la hacen disfrutable en ciertos aspectos, pero las incoherencias narrativas y un final insatisfactorio terminan por socavar lo que pudo haber sido una secuela mucho más sólida. Para los fans del terror psicológico, ofrece algunos buenos momentos, pero no logra consolidarse como una obra duradera en el género.

¿Por qué California y Texas están en el mismo bando en la película «Guerra Civil»?

Si usted ha visto o ha leído un poco sobre el panorama político de los Estados Unidos, panorama que se polariza aún más para las fechas en que hay elecciones presidenciales, sabrá que hay dos estados diametralmente en cuestiones de ideología política, esos dos estados son California y Texas.

California, es un estado desmesuradamente demócrata y liberal, que promueve la integración de las minorías y los inmigrantes, los derechos de la comunidad LGTBI+, establecimiento de medidas que promueva la igualdad, salarios mínimos, derechos laborales, y en esencia un cúmulo de protecciones estatales y federales (léase nacionales), sobre los ciudadanos, contribuyan o no contribuyan a la sociedad.

Texas, por otro lado, es un estado ponderativamente republicano y conservador, que promueve las libertades individuales, el porte de armas, la identidad americana (léase estadounidense), la familia tradicional, el trabajo y el libre mercado como únicos medios para obtener beneficios y renta, y detrás de eso, la idea central de que cada individuo debe defenderse por sí mismo, lo que equivale a que todos están obligados a contribuir al desarrollo social, para no morirse de hambre.

Ahora ¿Cómo es que dos Estados con ideologías tan diferentes están en el mismo bando en la película del estudio A24, Guerra Civil? La respuesta es bastante interesante.

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¿Es Paul Atreides realmente un Mesías?

¿Viste la segunda parte de Dune y quedaste con la duda de si Paul Atreides (Timothée Chalamet) es realmente el Mahdi, el dios que los llevaría al Paraíso? Bueno, a continuación y sin tanto preámbulo, vamos a explicar no sólo qué es exactamente Paul Atreides, sino que analizaremos en detalle qué es exactamente lo que sucede en el Imperio, para que todo desembocara en el desmadre del final, con Guerra Santa incluida. Así que sin más ¡empecemos!

1 ^ Un poco de contexto, para que no te la comas sin pretexto.

Para entender a la perfección qué es Paul Atreides, primero tenemos que entender tanto el contexto político, como el contexto tecnológico de toda la trama.

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¿Cómo se llama la canción que suena en la película de Netflix «El Paciente»?

La pegajosa canción que sale, tanto en la escena del carro, cuando Betty casi arrolla a una niña en la calle, como al final, cuando se observa con cuidado qué ocurrió en la casa de los Grimaud (¿Quién es el verdadero asesino en «El Paciente»?), se llama Baisers Bizarres, y la canta la actriz que encarnó a Laura, Rebecca Williams, con la producción de Alex Beaupain.

La letra de la canción sigue de esta manera

Francés

Je suis un colis piégé,

un cheval de Troie

Un cadeau empoisonné

Pour qui m’ouvrira

Rouge est ma bouche

Quand elle sent le sang frais

Et qui la touche

S’en ressent á jamais

Baisers bizarres

Des délices aus lycée

Prise au hasard 

D’une lisse odyssee

Et je glisse ma malice Dans l’hélice d’un Ulysse 

De quartier

Penélope, enfant pop

S’enveloppe dans son top Échancré

Je suis une fleur vénéneuse

Au parfum capiteux

Une amanite tueuse

Me mange qui peut

Noir est mon coeur, Son charbon Germinal 

Est aux mineurs aux garçons

Vert sont mes yeux, vert charogne, vert vipère

Bleus sont tes bleus quand je cogne, quand tu perds

Baisers bizarres

Des délices aus lycée

Prise au hasard 

D’une lisse odyssee

Et je glisse ma malice Dans l’hélice d’un Ulysse 

De quartier

Penélope, enfant pop

S’enveloppe dans son top Échancré

Español

Soy un paquete bomba

Un caballo de Troya

Un regalo envenenado

Para cualquiera que me abra

Mi boca enrojece

Cuando huelo sangre fresca

Si me tocas

Nunca lo olvidarás

Besos extraños

Bocadillos después de clases

Escogidos al azar

Me alejo de mis males

Con Ulises en su nave

Del vecindario

Penélope, niña pop

Se envuelve en su top muy escotado

Soy una flor venenosa

Con un aroma embriagador

Un hongo venenoso

Comeme si puedes

Negro es mi corazón, de profundo carbón

es para los mineros, para los muchachos

Verdes son mis ojos, verde carroña, verde víbora

Moretones azules cuando golpeo, cuando pierdes

Besos extraños

Bocadillos después de clases

Escogidos al azar

Me alejo de mis males

Con Ulises en su nave

Del vecindario

Penélope, niña pop

Se envuelve en su top muy escotado


Aquí les dejo la canción en Youtube y Spotify